El gobierno ruso "coopera muy intensamente" con organizaciones del sistema de Naciones Unidas para ayudar a Cuba en medio de la crisis alimentaria que vive la isla, aseguró su embajador en La Habana, Víctor Koronelli.
Moscú suministra cereales y acredita la compra de petróleo, fertilizantes y trigo, dijo este lunes el diplomático al medio estatal RIA Novosti, citado por Oreanda-News. A través del Programa Mundial de Alimentos, señaló, "ya hemos realizado varios envíos de aceite vegetal, cereales y garbanzos a Cuba".
El gobierno cubano anunció la semana pasada la reducción del tamaño del pan que vende a la población por la libreta de racionamiento, por la falta de harina de trigo para su elaboración.
Cuba culpa de la crítica situación al embargo económico de Estados Unidos, pero la medida de Washington no impide la importación de alimentos, medicinas e insumos agrícolas, entre otros productos. La isla importó casi 350 millones de dólares en alimentos y otros productos de EEUU en 2023, mientras que las donaciones humanitarias alcanzaron los 36.6 millones de dólares en igual período.
Koronelli dijo que, además de estos envíos humanitarios, Rusia ejecuta un proyecto comercial de una empresa de Novosibirsk que suministra granos a un molino en la provincia de Cienfuegos para la elaboración de harina. El proyecto, aseguró, ha facilitado la entrega a Cuba de más de 100 mil toneladas de cereales.
El embajador subrayó las cifras que reflejan el soporte económico de Moscú a la isla de gobierno comunista tras el reforzamiento de las relaciones entre los viejos aliados de la Guerra Fría.
"Este año, como en el pasado, Rusia concedió a Cuba un préstamo de 100 millones de dólares. De este préstamo, 80 millones se destinaron a la importación de petróleo de Rusia, 10 millones a la compra de fertilizantes en Rusia y otros 10 millones a la compra de trigo, que ya ha sido abastecido", detalló Koronelli.
A cambio, el régimen cubano ha manifestado su apoyo incondicional al Kremlin en su invasión a Ucrania, y le ha abierto las puertas nuevamente a la colaboración militar y en materia de seguridad, una influencia que activistas, políticos y expertos señalan como un peligro para la estabilidad de la región.
La semana pasada, el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de España presentó una propuesta de ley destinada a detener la creciente influencia de Rusia en Cuba y su impacto para socavar las democracias.
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