Más allá de la crueldad y la actual crisis humanitaria, la guerra en Ucrania advierte lo que puede llegar a ocurrir si el expansionismo de Rusia se consolida, dijo a Martí Noticias el periodista chileno Carlos González, quien cubrió para la cadena Televisa parte del sangriento conflicto que resume en ‘Ceasefire Zone’, su próximo documental.
En unos 69 minutos, González busca sacar a la luz sus propias vivencias y los testimonios de las víctimas captados junto al camarógrafo Milan Zadělák. La guerra en curso, sigue cobrando vidas, destruyendo viviendas y desplazando a pobladores desde que comenzó hace casi tres años.
Reportes de prensa recientes indican que casi dos años después de la firma de los Acuerdos de Minsk para la paz en el este de Ucrania, los combates continúan esporádicamente en la zona del conflicto y las partes están lejos de cumplir con el cese al fuego pactado con la mediación de Rusia, Francia y Alemania.
“Es importante llamar la atención acerca de que Ucrania ha sido el principal experimento en términos de lo que puede llegar a ocurrir si el expansionismo ruso se consolida (…) No es secreto, Rusia tiene una intención bastante clara y es política de Estado recuperar la influencia que tuvo en Europa del Este y en el Cáucaso, en lo que fueran las repúblicas soviéticas”, dijo este reportero que cubrió la guerra hasta la firma de los Acuerdos de Minsk.
En el conflicto que comenzó en abril del 2014 han muerto unas 10.000 personas, entre combatientes y civiles, según cálculos de la ONU. Al menos un millón y medio de ucranianos han debido desplazarse a causa de esta guerra.
Los horrores y la sorpresa de la mayoría de las víctimas ante un conflicto que muchos no comprenden es parte del drama que dibujan estos reporteros.
“Nos tocó constatar en la morgue la llegada de soldados de las milicias prorrusas en un momento en que no se informaba que efectivamente habían milicianos de diferentes países. Habían, por ejemplo, mercenarios del Cáucaso”, dijo. “Es uno de los pasajes más crudos de esta película pero es importante que se vea lo que nosotros vimos”, agregó.
El documental incluye escenas de la detención y el interrogatorio al que fueron sometidos González y el camarógrafo Zadělák a manos de un batallón de las milicias prorrusas.
“Nos capturan los milicianos rebeldes de otro batallón, nosotros estábamos bajo la protección del batallón de los cosacos (…) no tenían idea que nosotros estábamos en esa zona cubriendo unas imágenes bastante inocentes, estábamos tomando desde un edificio unas tomas del aeropuerto bombardeado. En esa confusión nos arrestan unos milicianos”, contó.
El camarógrafo se arriesgó y dejó la cámara prendida.
“Toda esa secuencia, sin que se dieran cuenta los milicianos, la grabamos, hasta el interrogatorio, hasta que entramos al cuartel general de la milicia y ahí tuvimos un momento que por miedo a que nos fueran a dejar ahí arrestados o en el calabozo como nos amenazaban después, pues la apagamos”, explicó.
La idea de González, sin embargo, no fue hacer “una película de guerra”.
“Hay situaciones en la película donde se ve el dramatismo de una guerra pero yo me quise concentrar en recoger testimonios humanos y entender qué es lo que sucede en un país donde la gente está sufriendo”, dijo el realizador.
Además del incumplido cese al fuego, los acuerdos de Minsk incluyen la concesión de un estatus de autogobierno especial a los prorrusos, la reforma constitucional y la celebración de elecciones locales en los territorios separatistas.
Kiev se niega a avanzar en el aspecto político del acuerdo mientras no recupere el control de los tramos de la frontera con Rusia en manos de los rebeldes. También acusa a Moscú de haber invadido con sus tropas el este de Ucrania y exige que las fuerzas rusas abandonen esos territorios.
"La población civil no entiende muy bien qué es lo que pasa. En muchas zonas rurales la gente no tiene mucho acceso a la información y los líderes políticos y de opinión entienden que es un conflicto exportado, que no tiene nada que ver con broncas que tienen ellos entre ellos", comentó González.
"La última imagen la capturamos en el 2015 pero está concebido de tal forma que se explique que lo que nosotros vimos en aquella época es absolutamente válido en el día de hoy".
S.O.S por gente como Ludmila
Un avance del documental muestra el desespero y la angustia desde los ojos azules de Ludmila, una mujer de 72 años que permaneció en lo que quedó de su casa después que un misil la alcanzó.
“Lo único que tenía era su casa, su jardín, sus frutas (...) Afortunadamente sobrevivió y hoy día vive en un rincón de la casa que no fue destruida por el misil que partió en dos literalmente su casa", relató González.
Ludmila y otros sobrevivientes que han perdido todo se alimentan gracias a organizaciones humanitarias que operan en la zona.
Por gente como Ludmila, González impulsa una campaña para recaudar fondos.
“Por lo que está ocurriendo en materia humanitaria estamos esforzados de crear un fondo para apoyar a familias desplazadas por la guerra. Hemos creado una campaña que apenas termine nosotros vamos a lanzar el documental", dijo.
"Sería injusto olvidarme de este conflicto y de todo lo que viví en Ucrania (...) Sería injusto no contar la historia que muchas personas sencillamente no pudieron terminar de contar porque murieron antes de volver a casa", concluyó.