La carne de cerdo, la principal proteína que consumen los cubanos, está en falta total en los mercados del país tras la decisión del gobierno de obligar a los privados a vender sus producciones al estado, y con precios impuestos por el Ministerio de la Agricultura.
Los productores del sector privado, principal fuente de suministro de la red de mercados agropecuarios, se niegan a aceptar las condiciones impuestas por las autoridades, y han preferido disminuir la comercialización de la carne antes de venderla al bajo precio que les ofrecen.
Algunos de los más exitosos criadores porcinos en Cuba han enfrentado procesos judiciales en los últimos meses, acusados de varios delitos, los más comunes, “cohecho y enriquecimiento ilícito”.
Es el caso de Bismar Rodríguez Pérez, quien se convirtió en el principal abastecedor de carne en la provincia de Holguín y actualmente cumple condena de ochos años de prisión.
Una situación similar atraviesa, en Puerto Padre, Las Tunas, el campesino Johnny Castelló, mayor productor porcino en esa provincia, y actualmente en prisión.
En ambos casos las autoridades confiscaron equipos, cochiqueras y el dinero depositado en el banco.
Muchos de los cuentapropistas que vendían el cerdo en pie a los campesinos que luego lo comercializaban en los diferentes puntos de venta en los mercados han sido forzados a cerrar, víctimas de multas y decomisos, tras la medida de precio topado impuesta por el gobierno.
Mientras, la Empresa Estatal Porcina muestra su incapacidad para abastecer los mercados cubanos. Las limitadas producciones del gobierno son destinadas al sector turístico.
Cubanos de la isla alertaron en entrevista con Radio Televisión Martí sobre la actual crisis por el desabastecimiento de carne de cerdo. En Los Palacios, Pinar del Río, Maikel Norton, comunicador independiente, dijo que los puntos de venta donde los privados ofertaban este producto están cerrados.
Los que tienen el dinero ahora acuden al mercado informal, donde están pagando hasta 45 pesos cubanos por una libra de cerdo, añadió.
Los que gobiernan no tienen en cuenta que un saco de soya para el consumo animal les cuesta 400 pesos a los campesinos, aseguró Norton.
La economista Martha Beatriz Roque Cabello, residente en la capital del país, señaló que el gobierno no respeta las reglas del mercado, y por tanto ha provocado esta crisis, lo que ocurre también con otros productos básicos en la red de sumistros.
El periodista independiente Jorge Bello, en Güira de Melena, Artemisa, informó que allí la situación es crítica. Dijo que ha llegado a pagar hasta 70 pesos cubanos una libra de carne de cerdo con hueso.
Las personas pasan semanas ahorrando para comprar dos libritas en la bolsa negra, denunció.
Vladimir Ríos Cruz, campesino residente en Jatibonico, Sancti Spíritus, afirmó que está convencido de que los guajiros no van a vender sus producciones de cerdo en los términos que quiere el estado.
En la carretera que conduce a Majagua, en Ciego de Ávila, los militares tienen granjas donde crían cerdos para su autoconsumo, aseguró.
La crisis, afirma desde Santa Clara el cuentapropista Yoel Espinosa Medrano, la provocó el gobierno.
Espinosa Medrano recuerda que la provincia de Villa Clara era la mayor productora de este alimento en Cuba, pero "el hostigamiento" contra los campesinos "ha sido muy fuerte".
Desde Camagüey, Leydis Tabares dijo que en estos momentos hay que tener amistad con un campesino para que te venda el cerdo “por fuera”, y al costo de 50 pesos cubanos la libra.
En el municipio de Banes, más al oriente del país, el activista de la Alianza Democrática Oriental, William Tamayo, comentó que las multas y confiscaciones acabaron con los vendedores. Las producciones estatales, señaló, son para los polos turísticos y los autoconsumos de los militares y dirigentes.
En una reciente comparecencia en el espacio oficialista de la televisión cubana Mesa Redonda, el Ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, dijo que las importaciones de pienso para consumo animal cayeron en lo que va de año en un 50 por ciento.