En una conferencia virtual con el Instituto Hudson, un centro de estudios conservador sin fines de lucro, el senador por la Florida, el cubanoamericano Marco Rubio, dijo que ve esperanzas de cambio en Cuba.
En la charla, Rubio se remontó a los últimos dos años de la administración Obama con “Fidel Castro en su lecho de muerte y sus partidarios, todos en sus 80 años, sintiéndose inmortales”, deseando concretar su forma de gobierno a través de la reapertura de relaciones con Estados Unidos.
Opinó que en ese momento el régimen cubano veía la normalización de relaciones y la apertura económica como el primer paso hacia la normalización del sistema comunista en Cuba, porque les permitía mantener el control del pueblo y de la economía.
Señaló que entonces llegó el presidente Donald Trump con una visión diferente de la política hacia Cuba, e hizo “estallar” dicho plan.
“Lo hizo estallar básicamente diciendo que podemos tener un compromiso económico con los cubanos. De hecho, esa es una de las grandes facetas no contadas de lo que hizo. Dijo que si eres un cubano individual que abre un negocio, puedes comerciar con nosotros, pero si eres una entidad estatal, especialmente aquellos propiedad del ejército cubano a través de GAESA, entonces no puedes, y él ha actuado de manera bastante agresiva contra eso”, subrayó.
Declaró, además, que los que quedan en el régimen son “en gran parte, tecnócratas, no son individuos que inspiran el tipo de celo revolucionario que Fidel podría tener entre algunos en la población”.
A su juicio, el cubano de a pie “ya no compra la idea de que los problemas económicos de la isla son el resultado del embargo estadounidense”.
El senador opinó, además, que la única forma de avanzar hacia ese cambio es una combinación de apertura política y económica, pero solo si se puede prevenir que el sistema actual se convierta en una característica permanente, y eso -apuntó- es lo que han hecho las sanciones estadounidenses.