Los cubanos no se benefician de los negocios estadounidenses, pero Castro sí lo hace, afirmó esta semana el diario The Washington Post en un editorial.
El escrito señala que la tendencia fundamental en las relaciones entre La Habana y Washington es hacia la colaboración entre las corporaciones de Estados Unidos y los militares cubanos.
Para el rotativo, se trata de una colaboración en la que los beneficios de los militares son prioritarios, y pasan por encima de los derechos humanos básicos de los cubanos.
El editorial resalta el negocio del gobierno de Raúl Castro con las visas, por las que cada estadounidense debe pagar $50 dólares. El año pasado 160.000 personas visitaron Cuba desde los Estados Unidos, unos $8 millones de dólares, lo que no es calderilla para un régimen con graves problemas financieros.
"Decimos esto para matizar la celebración por la renovación de los viajes aéreos regulares desde Estados Unidos a Cuba, y situar las cosas en una perspectiva más amplia. Pues si alguien cree que la política del presidente Obama va a "potenciar" el sector privado, en comparación con el sector estatal dominante, se equivoca rotundamente", señala el rotativo.
Aunque más importante, subraya el Post, es el hecho de que las Fuerzas Armadas cubanas son dueñas de las principales compañías turísticas del país y están expandiendo su papel en anticipación a una oleada de turistas estadounidenses.
"Los militares del régimen no tienen ninguna intención de compartir el mercado con los cuentapropistas. El gobierno de Obama afirma que el apoyo a los empresarios es un objetivo principal de su política, pero allí los empresarios no son otros que los militares", recalca el editorial.
El Post concluye que "la tendencia fundamental de las nuevas relaciones EEUU-Cuba es hacia la colaboración entre las empresas estadounidenses y los militares en la isla, en la que las ganancias tienen prioridad sobre los derechos humanos básicos del pueblo cubano".