Washington - El presidente de EEUU, Donald Trump, comienza a recoger los frutos de la cumbre de Singapur con el líder norcoreano, Kim Jong-un, a quien agradeció hoy la entrega de restos de soldados estadounidenses muertos en la Guerra de Corea (1950-1953).
"Después de tantos años, este será un gran momento para muchas familias. Gracias Kim Jong-un", tuiteó Trump, para quien el gesto de Kim supone un triunfo diplomático al tratarse de uno de los puntos acordados en la histórica reunión de ambos mandatarios del pasado 12 junio.
Previamente, la Casa Blanca había anunciado en un comunicado que un avión C-17 de la Fuerza Aérea de EEUU, con miembros del Comando de Naciones Unidas para Corea a bordo, había recogido los restos en el aeropuerto de la ciudad costera de Wonsan, en el este de Corea del Norte.
El Comando, en otra nota, explicó que se trataba de 55 cajas con restos de soldados que el avión transportó hasta la base aérea de Osan en Pyeongtaek, a unos 70 kilómetros al sur de Seúl (Corea del Sur), donde aterrizó antes del mediodía hora local.
Allí fueron trasladadas, en un acto cargado de solemnidad, por soldados vestidos de uniforme de gala y guantes blancos, a la espera de la ceremonia oficial de repatriación que el Gobierno de EEUU llevará a cabo el próximo 1 de agosto.
"Hoy, Kim Jong-un cumple parte del compromiso que asumió con el presidente de devolver a nuestros soldados caídos. Nos alientan las acciones de Corea del Norte y el momento para un cambio positivo", indicó la Casa Blanca.
Las cajas, cubiertas con banderas azules con el emblema de Naciones Unidas, fueron colocadas en camionetas que esperaban en la pista de aterrizaje de Orsan.
La entrega de hoy "es un primer paso significativo para reiniciar la repatriación de restos" desde Corea del Norte y las operaciones de búsqueda sobre terreno de los 5.300 soldados que se estima murieron allá, añadió la Casa Blanca.
Trump anunció el pasado 20 de junio que habían comenzado los trámites para la devolución de los restos de 200 soldados por parte de Corea del Norte, aunque la entrega, y aparentemente en menor número, no sucedió hasta hoy.
Más de 36.000 militares estadounidenses fallecieron en la Guerra de Corea y cerca de 7.700 desaparecieron, de los que 5.300 se cree que lo hicieron al norte del paralelo 38. Equipos conjuntos de Estados Unidos y Corea del Norte recuperaron 229 cuerpos entre 1996 y 2005, pero Washington suspendió el programa de búsqueda por el deterioro de las relaciones entre los dos países.
En 2007, Pyongyang entregó otros seis cuerpos. Según medios estadounidenses, durante los próximos cinco días en Osan, forenses realizarán un análisis preliminar de los restos, que después de la ceremonia del 1 de agosto serán trasladados a un laboratorio del Pentágono en Hawái para tratar de identificarlos mediante pruebas de ADN.
La entrega tiene lugar el día en que se celebra el 65 aniversario de la firma del alto el fuego que puso fin a la guerra, en un momento de acercamiento, especialmente tras la cumbre de Sinagupur, en la que EEUU y Corea del Norte se comprometieron a mejorar lazos y a trabajar por la desnuclearización si Washington garantiza la seguridad del régimen.
También se espera que la distensión sirva para anunciar la futura firma de un documento que establezca la paz entre los países participantes en esta guerra, que Corea del Norte considera un elemento fundamental para blindar al país frente a una invasión estadounidense.
La fratricida guerra de Corea se inició en la madrugada del 25 de junio de 1950 cuando tropas norcoreanas comandadas por Kim Il-sung, abuelo del actual líder, cruzaron el paralelo 38 para invadir territorio surcoreano.
Tras la entrada en la guerra del comando de Naciones Unidas liderado por Washington y del llamado "ejército de voluntarios" chino para apoyar a Seúl y Pyongyang respectivamente, el conflicto se prolongó durante más de tres años y se cree que dejó más de 2,5 millones de civiles muertos a ambos lados de la frontera.