Familias que perdieron total o parcialmente su vivienda a consecuencia del incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas a inicios de agosto, permanecen albergadas, en espera de una vivienda.
Al menos 22 familias, que se encontraban viviendo próximas a los tanques de combustible que se incendiaron en la zona industrial en la ciudad de Matanzas, perdieron sus viviendas y fueron ubicadas en la Escuela Formadora de Maestros “René Fraga Moreno”, en esa localidad.
Dayneris Leyva, quien perdió su casa y todas sus pertenencias en el siniestro, dijo a Radio Martí que no sabe cuándo tendrá su vivienda, pues "nadie" oficialmente ha anunciado el estimado de tiempo.
"Hay quien dice que 4, 5, y hasta 6 meses, hay otros que dicen que un año, eso no se sabe exactamente", explicó.
Según la información que pudo recabar, Leyva las viviendas están siendo construidas en Álvaro Reynosa, una zona un poco alejada de donde vivía antes.
"Aquí a todas las personas se les da la oportunidad de tener un local donde estamos nosotros, lo que no son las mismas condiciones que tenían allá en su casa y al final decidieron volver para allá, para esperar a que se construyan las casas en el Álvaro Reynoso, para trasladarse para allá", explicó.
A pesar de que desde hace una semana fue trasladada a este nuevo albergue, las condiciones en las que se encuentran las familias ahí no son las más optimas, pues era un lugar que "estaba cerrado y que no estaba preparado para que vivieran personas ahí".
"Ya nosotros elaboramos la misma comida. Nos dieron todo eléctrico pero bastante que se va la corriente aquí", se quejó la cubana, quien añadió que hasta el momento todavía no le han puesto el agua.
El incendio que destruyó cuatro de los ocho tanques de almacenamiento de crudo de la Base de Supertanqueros de la ciudad de Matanzas, iniciado el 5 de agosto, causó la muerte de 16 bomberos y más de 130 heridos.
Leyva dijo que el pueblo ha ayudado a los damnificados de una manera inmensa, que incluso, gracias a la colaboración de la gente es que tienen colchones para dormir, así como zapatos y ropa.
Como la ayuda es limitada, debido a la severa crisis económica energética que enfrenta la isla, todavía faltan cosas para hacer una vida relativamente normal, indicó.
(Con reporte de Ivette Pacheco para Radio Martí)
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