Venezuela no ha podido importar todo lo que necesita este año para compensar el declive de su producción de crudo y productos refinados, en momentos en que la estatal PDVSA intenta frenar la acumulación de deudas con sus proveedores, según fuentes comerciales y datos de la firma vistos en exclusiva por Reuters.
El declive, el más profundo en cinco años, se da mientras la peor crisis económica en décadas le resta capacidad de maniobra a Petróleos de Venezuela (PDVSA), provocando una caída de las importaciones del 21 por ciento en los primeros siete meses del año a 154.465 barriles por día (bpd), según los datos.
Venezuela también se encamina a sufrir el retroceso más pronunciado de su producción de petróleo en 14 años, ocasionado por años de gestión deficiente y baja inversión.
Proveedores con aversión al riesgo se han negado a despachar cargamentos a PDVSA sin recibir los pagos por anticipado, algo inusual en una industria en la que los compradores tienen normalmente de 30 a 60 días para pagar después de la entrega.
Otros han dejado de negociar con la estatal, que buscando una salida a sus problemas de caja está recurriendo cada vez más al trueque de su crudo por derivados importados, según intermediarios y una fuente de la compañía que no estaba autorizada a hablar públicamente.
"Ya no tenemos acceso a ningún tipo de crédito. Estamos importando a través de dos mecanismos: prepago y canje", dijo la fuente.
Las necesidades de importación de PDVSA comenzaron a crecer en 2012, tras una severa explosión que afectó a su mayor complejo de refinación, Paraguaná.
A pesar de tener las mayores reservas de crudo del mundo, las compras de Venezuela han aumentado aún más desde 2015 debido a una creciente necesidad de diluyentes para mezclar con el crudo extrapesado de la Faja del Orinoco, que no se ha podido compensar internamente.
Pero en 2016 la tendencia a una mayor importación de petróleo se revirtió ante la crisis de liquidez que enfrenta PDVSA, lo que también ha elevado la preocupación del mercado sobre su capacidad para pagar su deuda externa.
PDVSA, que normalmente no divulga cifras de importación, no respondió a una solicitud de comentarios.
La necesidad de mantener el ritmo de las importaciones ha sido parcialmente mitigado este año por una disminución del 10 por ciento en la demanda interna de gasolina y diésel, reportada por los minoristas de combustible del país.
En 2016, la base de proveedores de PDVSA cayó a 13 desde 19 en 2015, según los datos, un signo del nerviosismo de los vendedores.
Los envíos recibidos este año han provenido de Royal Dutch Shell, Reliance Industries, Total, ENI, Helsinge, Gunvor, Lukoil, Rosneft, BP, PetroChina, Chinaoil, Citizens Resources y la unidad refinadora de PDVSA en Estados Unidos, Citgo Petroleum, según los datos de la empresa.
Algunos proveedores, incluyendo Reliance, Lukoil y Rosneft, han aceptado acuerdos de intercambio, tomando crudo venezolano a cambio de productos refinados, según la data.
Los canjes parecen desarrollarse con menos obstáculos que las compras con efectivo.
Dos tanqueros de petróleo con alrededor de 1,5 millones de barriles de crudo ligero de Estados Unidos vendidos por BP han estado anclados durante más de dos meses cerca del terminal de PDVSA en la isla de Curazao, en espera de pagos antes de descargar, según fuentes comerciales y datos de seguimiento naval de Thomson Reuters.
Estos cargamentos son los dos más recientes de un grupo de 12 que han descargado desde abril tras largas demoras.
Los problemas de pago han decantado en una reducción de 34 por ciento este año, a 51.350 bpd, en la importación de la nafta que PDVSA utiliza como diluyente. Esto a su vez ha contribuido a una caída del 5 por ciento en las exportaciones de crudo este año a 1,42 millones de bpd, mostraron los datos internos.
Excluyendo algunos componentes como alquilato que Venezuela siempre ha importado para formular combustibles terminados, la mayoría de los productos recibidos este año han sido adquiridos para cubrir las deficiencias de su red de refinación.
El circuito venezolano de refinación y mejoramiento de crudo sufre de constantes incidentes y paradas no programadas, atizados en los últimos años por cortes eléctricos.
Productos refinados como nafta catalítica, diésel ultra bajo en azufre (ULSD), gasoil para generación eléctrica, mezcla para gasolina y bases lubricantes fueron importados por PDVSA este año en 27 cargamentos, casi todos comprados en el mercado abierto.
El único combustible en observar un aumento en las importaciones este año ha sido el gas licuado de petróleo (GLP), utilizado para cocinar en Venezuela. PDVSA ha comprado 38 cargamentos de PetroChina.
En el pasado, las refinerías venezolanas eran capaces de cubrir totalmente las necesidades internas de este tipo de combustibles.
Incluso después de haber aumentado este año las cotizaciones al detal de sus combustibles de motor, Venezuela sigue exhibiendo los precios más baratos del mundo gracias a gruesos subsidios que descansan sobre los hombros de PDVSA.