Un dirigente estudiantil fue asesinado a tiros cuando participaba en una asamblea de su universidad en Anzoátegui, norte de Venezuela, informó la Fiscalía, sin precisar si tomaba parte de las protestas que realizan este jueves universitarios opositores.
José López Manjares, de 33 años, "se encontraba en una asamblea estudiantil. Al finalizar, uno de los asistentes se le acercó y le propinó varios disparos; posteriormente, huyó en una moto", según un boletín del Ministerio Público.
López era presidente de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Territorial José Antonio Anzoátegui. En el hecho resultaron heridas otras tres personas, según la Fiscalía.
Las autoridades, que no precisaron la filiación política de la víctima, realizan las investigaciones para identificar a los autores y determinar los móviles del crimen.
Según versiones de prensa, López organizaba durante la asamblea una manifestación. Otras versiones apuntan que ya había sufrido un atentado en diciembre pasado.
El homicidio ocurrió en una jornada en la que estudiantes universitarios protestaron en Caracas y otros puntos del país, en un nuevo brote de violencia que deja ya 33 muertos en poco más de un mes de protestas contra el presidente venezolano Nicolás Maduro.
En Caracas, agentes antimotines impidieron una marcha de cientos de alumnos de la Universidad Central de Venezuela (UCV) lanzando bombas lacrimógenas, a lo que un grupo de jóvenes encapuchados respondió con piedras y cócteles molotov.
"Somos estudiantes, no somos terroristas", gritaban los estudiantes a los antimotines que bloquearon una de las principales entradas a la universidad con camiones blindados.
Los estudiantes, los más confrontativos en las marchas, realizaron asambleas en la UCV y en otras universidades en distintos puntos de Caracas así como en otras ciudades del país, y luego salieron a las calles para rechazar una Asamblea Nacional Constituyente que convocó Maduro y exigir su salida del poder.
Un grupo llegó a la Conferencia Episcopal Venezolana, en el oeste de Caracas, donde entregaron un mensaje a la Iglesia y al papa Francisco, quien ha expresado su preocupación por la violencia.
"El mensaje al papa: nos están matando, es una dictadura. Que la Iglesia se sume a las movilizaciones", reveló Santiago Acosta, de la Universidad Católica Andrés Bello, al entregar la misiva.
La protesta estudiantil se desarrolla tras una jornada de fuertes disturbios el jueves en manifestaciones contra la Constituyente. Un joven de 18 años murió en el este de la capital, mientras que un policía falleció en una manifestación en el estado Carabobo (norte).
Las manifestaciones ocurren en medio de un fuerte deterioro de la economía, que golpea a los venezolanos con una severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación considerada la más alta del mundo, de 720% para 2017 según el FMI.
"He perdido 10 kilos por esta situación del país. Lucho para que esto mejore", declaró a la AFP Daniel, un estudiante de 20 años, en la UCV, en el sureste de Caracas.
Según sondeos privados, más del 70% de los venezolanos rechaza la gestión de Maduro, quien concluye su mandato en enero de 2019. Para la oposición su salida anticipada del poder es la única solución a la crisis.
"Seguiremos en la calle, pese a la fuerte represión del régimen, ante la gravedad de la crisis que hoy vive el país", retó Daniel Ascanio, de la Universidad Simón Bolívar.
Acosta aseguró que seguirán pidiendo elecciones, aunque el llamado a la Constituyente deja en el limbo los pendientes comicios de gobernadores que debieron realizarse en 2016, los de alcaldes de 2017 y los presidenciales de 2018.
"¿Cuántos heridos van? ¿Cuántos muertos?"
La dirigente Rafaela Requesens indicó que los estudiantes planeaban ir a la sede del Ministerio de Interior y Justicia para denunciar "violaciones de derechos humanos, represión y asesinatos" por parte de las fuerzas de seguridad.
"¿Cuántos heridos van? ¿Cuántos muertos? A pesar de que nos reprimen, luchamos por ustedes. Pusieron estos camiones porque saben que un piquete (cordón policial) lo tumbamos", espetó Requesens a los uniformados.
Cuando los estudiantes avanzaron de nuevo para intentar superar la barrera policial, se desató el enfrentamiento que duró más de tres horas.
Mientras algunos jóvenes armaban con dificultad los cócteles incendiarios en medio de una nube de gas, otros, incluidas algunas mujeres, recogían las bombas lacrimógenas y las apagaban en barriles con agua. Muchos, con síntomas de asfixia, tuvieron que retroceder.
El diputado y médico José Manuel Olivares, que acompañó la manifestación, aseguró a la AFP que ésta dejó una treintena de heridos, ninguno de gravedad.
Los policías, que obligaron a los jóvenes a replegarse, quedaron a pocos metros de la puerta del claustro. "Si quieres entrar a la universidad, inscríbete", gritó un joven a un oficial justo antes de arrojarle una roca.
La protesta se dispersó cuando los policías aumentaron la descarga de bombas, algunas directo a los manifestantes, que ya lucían exhaustos.
"Vayamos a nuestras casas, hay que recuperar energía, mañana volvemos a salir. Hoy defendimos nuestros derechos", pidió Requesens a docenas de jóvenes.
¿Fisuras en el chavismo?
La fiscal general Luisa Ortega, chavista confesa, condenó la represión de las protestas, en entrevista publicada el miércoles por el diario estadounidense The Wall Street Journal, lo que es interpretado por algunos analistas como fisuras en el chavismo.
Maduro está decidido a sacar adelante una Asamblea Constituyente que ahogue la ofensiva opositora en las calles. "Es el camino de la paz, de la reconciliación de Venezuela", declaró este jueves a la televisora oficial.
"Es una batalla compleja, pero nuestra patria no nos la va a quitar nadie", agregó el mandatario, quien el martes entregó al poder electoral el decreto de convocatoria a la Constituyente.
La oposición asegura que esa iniciativa consolida el "golpe de Estado", que según dice inició cuando el máximo tribunal de justicia asumió temporalmente a fines de marzo las funciones del Parlamento, único poder del Estado que controla.
(AFP)