HOUSTON, 15 mayo (Reuters) - La petrolera venezolana PDVSA compró cerca de $440 millones de dólares en crudo extranjero y lo envió directamente a Cuba con condiciones crediticias amistosas, que a menudo implican pérdidas, según documentos internos de la empresa estatal a los que Reuters tuvo acceso.
Los envíos son los primeros ejemplos documentados de que la nación miembro de la OPEP compra crudo para abastecer a sus aliados regionales, en lugar de venderles petróleo de sus propias reservas.
Venezuela realizó las entregas con descuentos, que no se habían informado anteriormente, pese a su gran necesidad de divisas para reforzar su economía e importar alimentos y medicinas en medio de una escasez generalizada.
Las compras de petróleo en el mercado mundial para subsidiar a Cuba, uno de los pocos aliados que le quedan a Venezuela, subrayan el deterioro de su sector energético bajo el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Las adquisiciones tuvieron lugar luego de que la producción de crudo de Venezuela tocó un mínimo de 33 años en el primer trimestre de este año, parte de una baja de 28 por ciento en 12 meses.
Las refinerías de la nación están operando a un tercio de su capacidad y sus trabajadores están renunciando por miles.
PDVSA compró el crudo por hasta $ 12 por barril por encima del precio que fijaba al mismo petróleo mismo cuando lo envió a Cuba, según los precios que aparecen en documentos internos revisados por Reuters.
Pero lo más probable es que Cuba nunca pague en efectivo por los cargamentos porque Venezuela ha aceptado durante mucho tiempo bienes y servicios cubanos a cambio de petróleo, bajo un convenio firmado en 2000 por los difuntos presidentes Hugo Chávez y Fidel Castro.
PDVSA, el gobierno de Venezuela y el gobierno de Cuba no respondieron a solicitudes de comentarios de Reuters.
El gobierno venezolano había dicho anteriormente que solo importa petróleo para mezclarlo con su propio crudo pesado a fin de mejorar la calidad y crear un producto exportable, o para surtir su refinería en Curazao.
Pero cientos de documentos de PDSVA examinados por Reuters, que detallan importaciones y exportaciones entre enero de 2017 y mayo de este año, muestran que la compañía ahora está comprando crudo a precios de mercado para entregarlo a países aliados, en embarques que nunca pasan por Venezuela.
Las entregas subsidiadas están destinadas a mantener el apoyo político de Cuba, uno de los cada vez más escasos aliados de Venezuela, según diplomáticos, políticos y ejecutivos de PDVSA.
"Maduro está regalando todo lo que puede porque el respaldo de estos países, especialmente el de Cuba, es todo el apoyo político que le queda", dijo al servicio noticioso un alto funcionario del gobierno venezolano que no quiso ser identificado.
Caracas ha estado bajo una creciente presión internacional, Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá han sancionado a Venezuela por lo que consideran los intentos de Maduro de consolidar una dictadura.
Mientras Venezuela gasta en compras de petróleo, importa menos de todo lo demás que sus ciudadanos necesitan desesperadamente. Los gastos venezolanos en importaciones no petroleras se desplomaron de casi $ 46 mil millones en 2011 a $ 6 mil millones en 2017, según datos del Banco Central de Venezuela y Ecoanalítica, una organización de investigación económica con sede en Caracas entidad de investigaciones económica con sede en Caracas.
El petróleo que PDVSA adquirió para Cuba fue, según los documentos, crudo ruso de los Urales, una variedad muy adecuada para las refinerías cubanas construidas con equipos de la era soviética.
PDVSA compró crudo a firmas chinas, rusas y suizas, no con efectivo, sino con promesas de que la empresa venezolana haría más tarde otros envíos de hidrocarburos, según muestran los documentos.
Eso se suma a las ya elevadas deudas petroleras de Venezuela con empresas energéticas estatales de Rusia y China, que juntas han extendido a Caracas más de $ 60 mil millones en contratos de préstamos por crudo, apuntalando el presupuesto venezolano en medio de las decrecientes exportaciones y la caída de los precios del petróleo.
"No tiene sentido importar petróleo para mantener el flujo de exportaciones subsidiadas", dijo a Reuters el presidente de Ecoanalitica, Asdrúbal Oliveros.
PETRODIPLOMACIA
El gobierno socialista venezolano ha utilizado durante mucho tiempo el petróleo para fines políticos domésticos e internacionales, subsidiando bienes y servicios en el país y repartiendo favores en toda la región con entregas de petróleo en términos muy generosos.
El año pasado, la Organización de Estados Americanos (OEA), que incluye a la mayoría de las naciones del Hemisferio Occidental, presentó una moción para presionar a Venezuela a fin de que convocara elecciones libres, liberara a los prisioneros políticos y declarara una crisis humanitaria.
El esfuerzo fue derrotado cuando 12 países que en los últimos años han estado recibiendo envíos regulares de petróleo desde Venezuela ─cerca de una tercera parte de la OEA─ votaron en contra o se abstuvieron. Finalmente, el organismo aprobó una moción diluida que instaba a celebrar elecciones libres y justas.
Venezuela ha evitado una condena formal de la OEA "gracias al apoyo del bloque de naciones caribeñas que se han beneficiado durante años de sus programas subsidiados de suministro de petróleo y ayuda al desarrollo", dijo el 30 de abril Michael Fitzpatrick, vicesecretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, durante una charla en el Atlantic Council, un grupo de análisis de política exterior en Washington.
La mayoría de esos países son miembros del pacto comercial Petrocaribe, lanzado en 2005 por Chávez y Fidel Castro, y que otorga a 16 estados caribeños y centroamericanos suministros de petróleo y derivados en términos favorables.
A través de la representante de su oficina de prensa, Móonica Reyes, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, no quiso hacer comentarios.
La ministra de Economía de El Salvador, Luz Estrella Rodríguez, dijo a Reuters que Petrocaribe y otros pactos promovidos por Venezuela habían desempeñado un papel importante en el desarrollo de su país.
"Nuestro país está muy agradecido", dijo. "El gobierno de El Salvador, por supuesto, es un amigo y un aliado del gobierno venezolano".
El Salvador se abstuvo el año pasado sobre la moción de la OEA para condenar a Venezuela.
Venezuela también suministró combustible el año pasado a Nicaragua, la República Dominicana, Haití y Dominica, según muestran los documentos consultados por Reuters.
Los miembros de los pactos de suministro petrolero con Venezuela recibieron en total, en el último año, al menos 103,000 barriles diarios de crudo y productos refinados de PDVSA, según indican los documentos, o alrededor del 6 por ciento de las exportaciones de Venezuela.
Producción en picada, importaciones declinantes
La caída en la producción de las refinerías venezolanas también ha hecho que el país dependa cada vez más de importaciones de combustible para satisfacer el consumo interno.
Los datos internos de PDVSA revisados por Reuters muestran que Venezuela compró el año pasado alrededor de 180.000 barriles diarios de crudo extranjero y productos refinados de PetroChina, Rosneft, Lukoil, Reliance Industries y otros proveedores, un 17 por ciento más que en 2016.
Esas compañías no respondieron a solicitudes de comentarios.
Las adquisiciones totalizaron más de $ 4 mil millones, según los registros de PDVSA.
El año pasado, las compras totales de la industria petrolera, incluidos equipos y servicios, consumieron el 45 por ciento del gasto de importación total de Venezuela, comparado con el 13 por ciento en 2011, según datos de Ecoanalitica. Las importaciones energéticas totalizaron $ 5.400 millones de un total de $ 11.900 millones.
La escasez resultante de alimentos, medicinas y empleos ha ocasionado que cientos de miles de ciudadanos huyan de Venezuela. La paga de los trabajadores de PDVSA ya no puede cubrir los artículos esenciales más básicos debido al derrumbe de su moneda, el bolívar.
"El salario de un trabajador no alcanza ni para una caja de huevos", dijo a Reuters Héctor Bertis, trabajador y líder sindical de PDVSA. "Vamos al banco y nos dan 10.000 bolívares, menos de lo que cuesta un pasaje en autobús".