BOGOTÁ - América Latina es una de las regiones más golpeadas por la pandemia de COVID-19, según estimaciones de organismos internacionales como la CEPAL, el Banco Mundial y la OMS.
Tras una historia económica débil, la crisis económica generada por el brote golpea aún más fuerte, "con un bajo crecimiento promedio y progreso limitado en los indicadores sociales, y después de un periodo de agitación social que sacudió a algunos países a finales de 2019", indica el Banco Mundial.
Además, a pesar de que varios países siguen tomando medidas y restringiendo algunas actividad para evitar la propagación del virus, los casos siguen aumentando y América Latina y el Caribe suman hoy 575.976 fallecimientos y 18.241.436, contagios, con el segundo país en el mundo con el mayor número de pacientes infectados: Brasil.
Desempleo, pobreza y creciente incertidumbre son algunos de los efectos de esta crisis que hoy golpea al mundo.
Lo más dramático es que, según percepciones de las organizaciones internacionales y económicas, a nivel mundial, es que la crisis puede extenderse, de manera drástica, en el tiempo.
PIB regional
Según el informe de la ONU sobre la Situación y las perspectivas de la economía mundial en 2021, publicado el lunes, "en 2020, la economía mundial se hundió un 4,3 %, cerca de 2,5 veces más que durante la crisis económica mundial de 2009. La humilde recuperación prevista para 2021 del 4,7 % apenas compensará las pérdidas del año 2020".
La pandemia "ha destruido a países de América Latina y el Caribe", donde, según el informe, el PIB regional disminuyó cerca del 8 % en 2020, a causa de "la prolongación de las medidas de confinamiento nacionales, la disminución de las exportaciones de mercancías y el colapso de las actividades económicas provocado por la caída del sector turístico".
El Banco Mundial, debido a la pandemia previó que el PIB en la región (excepto Venezuela) retrocediera un 7,9% en 2020 y espera un crecimiento de 4,0% para 2021.
Las Naciones Unidas prevé "una modesta recuperación", con un crecimiento del 3,8 % en 2021 y del 2,6 % en 2022, y se espera que la producción total no alcance el nivel anterior a la crisis hasta el año 2023.
Desempleo
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe Cepal advirtió, a finales del 2020, que una de las consecuencias inmediatas de la crisis es el aumento del desempleo, "que habría llegado a 10,7% en 2020, incrementando así la pobreza y la desigualdad".
En noviembre de 2020, la CEPAL y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hicieron una nueva publicación conjunta, en la que afirman que la reactivación del mercado laboral pos-COVID-19 "será lenta y se necesitará mucho tiempo para que los principales indicadores del mundo del trabajo regresen a los niveles previos a la crisis sanitaria".
Según este informe, se estima que los mayores efectos se sintieron en el segundo trimestre del año con una pérdida de aproximadamente 47 millones de empleos en la región, con respecto al año anterior. Y añade que las persona que perdieron sus trabajos no encontraron oportunidad y se retiraron de la fuerza laboral, por las medidas sanitarias.
Por ello, agrega el informe, "las pérdidas de empleo solo se expresaron parcialmente en un aumento de la desocupación abierta, que se incrementó del 8,9% en el segundo trimestre de 2019 al 11,0% en el segundo trimestre de 2020".
"Entre las personas que se vieron particularmente afectadas por la crisis sanitaria se encuentran las mujeres, los jóvenes y los inmigrantes", añade el informe de la CEPAL y la OIT.
La OIT también publicó un informe en diciembre, denominado Panorama laboral 2020, que señalaba que, "en el 2021, el empleo estará en terapia intensiva", dice un comunicado.
Durante los tres primeros trimestres del año 2020, explica la OIT, y como consecuencia de las medidas de contención, las tasas de participación y de ocupación laboral se contrajeron en cifras sin precedentes en la historia reciente : la primera se desplomó en 5,4 puntos porcentuales hasta 57,2% (con los datos disponibles al cierre del tercer trimestre de 2020). Es decir, se trata de personas que desistieron de buscar trabajo ante la falta de oportunidades.
Por otro lado, la tasa de desocupación que subiría hasta 2,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior, pasando de 8,1% a 10,6%. Es decir, explica la OIT, "el número de personas buscando empleo que no lo pueden conseguir aumenta en 5,4 millones y llega hasta 30,1 millones". Más allá de los porcentajes, la OIT enfatiza en que esto se traduce en que unas 23 millones de personas salieron de la fuerza laboral temporalmente y han perdido sus empleos y sus ingresos.
Inversión extranjera
Las actividades de inversión se han visto fuertemente afectadas. La disminución del 13 % en la inversión de 2020, dice el informe de las Naciones Unidas, eclipsa la caída experimentada en 2009.
El informe sobre La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2020 de la Cepal, publicado en diciembre, indica que América Latina y el Caribe recibió 160.721 millones de dólares por concepto de inversión extranjera directa en 2019, cayendo en 7,8% menos que en 2018, lo que se exacerbaría en 2020, debido a la crisis generada por la pandemia. Se prevé, entonces, una disminución de entre un 45% y un 55% en la entrada de estos flujos.
"A nivel mundial, los montos de inversión extranjera directa (IED) se reducirían un 40% en 2020, y de un 5% a un 10% en 2021. De esta manera, en 2021 la IED alcanzaría su menor valor desde 2005", agrega el documento, enfatizando en que América Latina y el Caribe "es la región que tendría la baja más pronunciada".
Afectación en las remesas
Según la reseña sobre migración y desarrollo del Banco Mundial, las remesas disminuirán, a nivel mundial, un 14 % en 2021, con respecto a los niveles de 2019.
En el informe, se prevé que en 2020 los flujos de remesas hacia América Latina y el Caribe serán de aproximadamente US 96,000 millones, lo que representa un descenso de 0,2 % con respecto al año anterior.
"Las remesas a Colombia, El Salvador y la República Dominicana registraron un crecimiento interanual positivo entre los meses de junio y septiembre, tras haber caído bruscamente en abril y mayo. Los flujos hacia México, el principal receptor de la región, se mantuvieron en parte porque los migrantes trabajaban en servicios esenciales en Estados Unidos y porque aquellos que reunían los requisitos se podían beneficiar además de los programas de estímulo implementados en dicho país", dice el texto del Banco Mundial.
En cuanto al costo de las remesas, el banco señaló que enviar US 200 a la región aumentó ligeramente al 5,8 %, en el tercer trimestre de 2020. Pero, por ejemplo, el costo de enviar dinero a Haití y la República Dominicana supera el 8 %.
Pobreza extrema
Las más recientes estimaciones del impacto de la COVID-19 en la pobreza mundial, según el Banco Mundial, muestran que en todo el mundo, "entre 88 millones y 115 millones de personas caerían en la pobreza extrema en 2020".
Así mismo, que la cantidad de nuevos pobres surgidos como consecuencia de la pandemia de COVID-19 en 2020 "aumentará a entre 119 millones y 124 millones".
En la región, el Banco Mundial dice que los pobres durante la coyuntura, en el 2020, aumentarían entre 3,3 y 4,3 millones.
Escolaridad
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a mediados de mayo de 2020, más de 1.200 millones de estudiantes habían dejado de tener clases presenciales escolares. De ellos, más de 160 millones eran estudiantes de América Latina y el Caribe.
UNICEF y PNUD evidencia el impacto de la pandemia en la educación, a través de un informe publicado en octubre, en el que destacó que "más de 144 millones de estudiantes" en la región "completaron cerca de cinco meses sin asistir a la escuela como consecuencia de las medidas de salud pública".
"La crisis sanitaria ha representado: el cierre prolongado de escuelas, el encierro por las medidas de confinamiento, y la pérdida de seguridad económica en los hogares", agrega el texto.
El Banco Mundial, por su parte, en su informe sobre La educación en Tiempos de Pandemia, indica que según información recolectada sobre los 33 países de la región, hasta el 7 de julio de 2020, "32 suspendieron las clases presenciales y 29 mantienen una suspensión a nivel nacional".
Las medidas no solo afectan el desempeño escolar, según el Banco Mundial, sino que se generan "graves implicancias para la salud mental de la población y en el aumento de la exposición a situaciones de violencias hacia niños, niñas y adolescentes".
Afectación mental
La Organización Panamericana de la Salud ha informado que las condiciones de la pandemia han llevado a una crisis de salud mental, nunca antes vista en la región.
El subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa, dijo a través de un comunicado: “los datos de 29 países muestran que, si bien 27 de ellos han integrado la salud mental en sus planes contra la COVID-19, solo dos cuentan con suficiente financiamiento".
Añadió que la pandemia ha interrumpido la cotidianas y ha obligado a las personas a estar aisladas por varios meses, lo que causa "una pérdida inimaginable de vidas” y afirmó que, según cifras de varios países, "la pandemia ha aumentado el nivel de estrés de muchas personas, y algunos están luchando contra la ansiedad y la depresión".
Este afecto se ve en toda la población y con especial atención en los profesionales de la salud: "Uno de cada cinco trabajadores de salud está sufriendo síntomas de depresión", añadió Barbosa.
La pandemia, además, ha perturbado o paralizado los servicios de salud mental esenciales del 93% de los países del mundo, en tanto que aumenta la demanda de atención de salud mental, según un estudio llevado a cabo entre junio y agosto de 2020 en 130 países de las seis regiones de la OMS.
El futuro
El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó las previsiones de crecimiento de la región en 2021 al 4,1%, cinco décimas más de lo que había pronosticado en octubre.
Por su parte, la Cepal señaló que América Latina y el Caribe tendrá crecimiento positivo en 2021, pero no alcanzará para recuperar los niveles de actividad económica pre-pandemia: una contracción promedio de -7,7% para 2020 -la mayor en 120 años- y un rebote de 3,7% en 2021.