El preso político cubano Yosvany Rosell García Caso, de 37 años, atraviesa un estado crítico tras más de un mes en huelga de hambre, un proceso que comenzó el 23 de octubre de 2025 en la prisión El Yayal, parte del complejo carcelario “Cuba Sí”, en Holguín.
Su esposa, Mailín Rodríguez Sánchez, alertó sobre el grave deterioro físico que enfrenta su esposo y expresó su desesperación: “Se me va a morir, que Dios me lo ampare”.
Durante la madrugada del 26 de noviembre, García Caso presentó mareos, vómitos, diarrea y una disminución drástica de la orina, señales de un posible daño renal y de que su organismo se encuentra en una etapa acelerada de colapso, detalló su esposa.
Condenado a 15 años de prisión por participar en las protestas del 11 de julio de 2021 en Holguín, García Caso ha denunciado durante meses malos tratos, encierro prolongado y falta de atención médica adecuada.
Según testimonios recibidos por este medio, su salud se ha visto seriamente afectada dentro de la prisión, al punto de que especialistas consultados advierten que enfrenta un riesgo real de muerte súbita.
Actualmente, el detenido se encuentra ingresado en la sala de terapia intermedia del Hospital Clínico Quirúrgico “Lucía Iñíguez Landín”, en la capital holguinera. Aunque continúa rechazando asistencia médica como parte de su protesta, médicos han advertido que podría estar sufriendo desnutrición avanzada y deshidratación severa.
García Caso sostiene su huelga como reclamo directo de su libertad, alegando que su encarcelamiento es injusto y motivado exclusivamente por sus convicciones políticas. También insiste en su derecho a estar con sus hijos y verlos crecer, uno de los motivos centrales de su protesta.
Organizaciones de derechos humanos y activistas dentro y fuera de Cuba han expresado profunda preocupación por el estado del preso político y exigen a las autoridades cubanas que garanticen su integridad física y permitan el acceso a una atención médica adecuada y transparente.
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