Ejecutivos canadienses y británicos de tres empresas extranjeras que fueron cerradas por las autoridades cubanas en 2011, por sospechas de prácticas comerciales corruptas, han sido acusados tras más de un año en prisión, y se espera que sean juzgados pronto, dijeron a Reuters fuentes cercanas a los casos.
Los cargos contra los ejecutivos incluyen varios delitos económicos y de funcionamiento fuera de los límites permitidos en sus licencias para hacer negocios en la isla de Gobierno comunista, dijeron las fuentes, que pidieron el anonimato, entre ellas un pariente cercano de uno de los acusados.
A algunos de los acusados extranjeros se les atribuye haber pagado sobornos a funcionarios a cambio de oportunidades de negocios.
Los arrestos, que forman parte de una extensa campaña del Gobierno para acabar con la corrupción, comenzaron en julio del 2011 con el cierre de la empresa canadiense Tri-Star Caribbean y la detención de su presidente ejecutivo, Sarkis Yacoubian.
En septiembre de 2011, una de las más importantes empresas comerciales de Occidente que operan en Cuba, el Grupo Tokmakjian de Canadá, fue cerrada, y su jefe, Cy Tokmakjian, fue puesto bajo custodia.
Las dos compañías canadienses proveían ambulancias, equipos pesados y otros vehículos a las empresas cubanas, incluida la distribución de la marca automotriz Hyundai.
En octubre de 2011, la policía cerró las oficinas en La Habana de la empresa de inversión y comercio británica Coral Capital Group Ltd., y detuvo a su director ejecutivo Amado Fakhre, un ciudadano británico de origen libanés.
El jefe de operaciones de Coral Capital, el ciudadano británico Stephen Purvis, fue detenido en abril del 2012.
Según la revista británica "The Economist" Coral Capital invirtió alrededor de 75 millones de dólares en Cuba, sobre todo en la remodelación del hotel Saratoga, uno de los más lujosos de La Habana, donde se alojaron recientemente la cantante Beyoncé y su esposo, el rapero Jay-Zee.
Los cuatro hombres de negocios se encuentran recluidos en La Condesa, una prisión para extranjeros en las afueras de La Habana, tras ser interrogados durante meses en otros sitios de la ciudad. El limbo legal en que se les ha mantenido ha sido motivo de fuertes discusiones privadas con las autoridades de la isla, dijeron diplomáticos a la agencia Reuters.
Decenas de compradores estatales cubanos y funcionarios, incluidos ex viceministros, han sido detenidos y condenados como parte de la investigación de negocios relacionados con importaciones a la isla.
Según las leyes cubanas, los juicios deberían de empezar dentro de un mes.
El despacho de Reuters destaca que los arrestos han tenido un gran impacto en la pequeña comunidad de empresarios extranjeros que trabajan en la isla, donde en el pasado empresas conocidas fueron conminadas a abandonar el país en casos similares de prácticas corruptas, pero sin que los ejecutivos fueran a prisión.
Los cargos contra los ejecutivos incluyen varios delitos económicos y de funcionamiento fuera de los límites permitidos en sus licencias para hacer negocios en la isla de Gobierno comunista, dijeron las fuentes, que pidieron el anonimato, entre ellas un pariente cercano de uno de los acusados.
A algunos de los acusados extranjeros se les atribuye haber pagado sobornos a funcionarios a cambio de oportunidades de negocios.
Los arrestos, que forman parte de una extensa campaña del Gobierno para acabar con la corrupción, comenzaron en julio del 2011 con el cierre de la empresa canadiense Tri-Star Caribbean y la detención de su presidente ejecutivo, Sarkis Yacoubian.
En septiembre de 2011, una de las más importantes empresas comerciales de Occidente que operan en Cuba, el Grupo Tokmakjian de Canadá, fue cerrada, y su jefe, Cy Tokmakjian, fue puesto bajo custodia.
Las dos compañías canadienses proveían ambulancias, equipos pesados y otros vehículos a las empresas cubanas, incluida la distribución de la marca automotriz Hyundai.
En octubre de 2011, la policía cerró las oficinas en La Habana de la empresa de inversión y comercio británica Coral Capital Group Ltd., y detuvo a su director ejecutivo Amado Fakhre, un ciudadano británico de origen libanés.
El jefe de operaciones de Coral Capital, el ciudadano británico Stephen Purvis, fue detenido en abril del 2012.
Según la revista británica "The Economist" Coral Capital invirtió alrededor de 75 millones de dólares en Cuba, sobre todo en la remodelación del hotel Saratoga, uno de los más lujosos de La Habana, donde se alojaron recientemente la cantante Beyoncé y su esposo, el rapero Jay-Zee.
Los cuatro hombres de negocios se encuentran recluidos en La Condesa, una prisión para extranjeros en las afueras de La Habana, tras ser interrogados durante meses en otros sitios de la ciudad. El limbo legal en que se les ha mantenido ha sido motivo de fuertes discusiones privadas con las autoridades de la isla, dijeron diplomáticos a la agencia Reuters.
Decenas de compradores estatales cubanos y funcionarios, incluidos ex viceministros, han sido detenidos y condenados como parte de la investigación de negocios relacionados con importaciones a la isla.
Según las leyes cubanas, los juicios deberían de empezar dentro de un mes.
El despacho de Reuters destaca que los arrestos han tenido un gran impacto en la pequeña comunidad de empresarios extranjeros que trabajan en la isla, donde en el pasado empresas conocidas fueron conminadas a abandonar el país en casos similares de prácticas corruptas, pero sin que los ejecutivos fueran a prisión.