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Voto latinoamericano en la ONU sobre la Planta Nuclear de Zaporiyia I (Video)


Vista de la planta nuclear de Zaporiyia desde 20 kilómetros de distancia en una zona de la región de Dnipropetrovsk, Ucrania, 17 de octubre de 2022. (AP Foto/Leo Correa, File)
Vista de la planta nuclear de Zaporiyia desde 20 kilómetros de distancia en una zona de la región de Dnipropetrovsk, Ucrania, 17 de octubre de 2022. (AP Foto/Leo Correa, File)

La invasión a gran escala de Rusia en Ucrania, que ya está en su tercer año, continúa impactando en la reconfiguración del orden internacional mundial.

La cuestión de la seguridad nuclear volvió a surgir con fuerza a principios de julio de 2024, lo que llevó a la votación y adopción de una resolución de la Asamblea General de la ONU sobre la seguridad y protección de los objetos nucleares ucranianos y la central nuclear de Zaporiyia, iniciativa de Ucrania.

Se trata de la necesidad de la desmilitarización y desocupación de la central nuclear de Zaporiyia debido al incumplimiento y la falta de respeto por parte de Rusia a las resoluciones de los órganos del OIEA. Es importante señalar que la cuestión de la seguridad nuclear y radiológica fue uno de los temas clave en la Fórmula de Paz del Presidente de Ucrania en la Cumbre Global de Paz en Suiza.

La captura de la planta de Zaporiyia

En general, la captura de la central nuclear de Chernóbil y Zaporiyia por las tropas rusas en 2022 fue un acto sin precedentes de terrorismo nuclear en el mundo. La central nuclear de Zaporiyia es la más grande de Europa y la tercera más grande del mundo. Cuenta con 6 unidades de energía, lo que representa aproximadamente el 40% de todos los reactores nucleares en Ucrania. Fue construida y puesta en operación entre 1980 y 1996 cerca de la ciudad de Energodar en la región de Zaporiyia, Ucrania.

Hasta el inicio de la invasión rusa a gran escala el 24 de febrero de 2022, esta poderosa planta de energía, que empleaba a unas 11,000 personas, proporcionaba electricidad a millones de hogares en toda Ucrania, así como en Hungría, Polonia, Moldavia, Rumanía, Eslovaquia y Bielorrusia.

la captura de la central nuclear de Chernóbil y Zaporiyia por las tropas rusas en 2022 fue un acto sin precedentes de terrorismo nuclear en el mundo.

Hoy día, la central nuclear de Zaporiyia está controlada por el ejército ruso y representantes de "Rosatom" desde el 4 de marzo de 2022. Inicialmente, las tropas rusas capturaron la ciudad de Energodar, tras combates, los soldados rusos atacaron uno de los reactores y finalmente tomaron el control de la planta, ya que las fuerzas eran desiguales. Esta es la primera central nuclear en la historia mundial que fue atacada con tanques.

Según el derecho internacional, Rusia violó el artículo 56 de la Convención de Ginebra sobre la prohibición de la captura de centrales nucleares. Desafortunadamente, no existe un documento en el mundo que regule la actividad y el funcionamiento de las centrales nucleares ocupadas.

Según la legislación ucraniana, existe la disposición "Sobre el uso de la energía nuclear y la seguridad radiológica", que regula la actividad de los reactores, solo el operador de esta, la compañía estatal "Energoatom", es responsable del daño nuclear, incluida la responsabilidad financiera. Hasta la fecha, solo "Energoatom" tiene un contrato vigente de seguro de daño nuclear. El problema radica también en que el Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) no estaba preparado para los desafíos militares. Ucrania trabaja con ellos para desarrollar documentos que regulen la seguridad de las centrales nucleares durante la guerra. Hasta la fecha, no hay pasos prácticos para la creación de tales documentos.

Desde el comienzo de la invasión la energía nuclear ucraniana ha perdido alrededor de 40 mil millones de grivnas. Para restaurar los edificios dañados por los ocupantes en la central nuclear de Zaporiyia se necesitan aproximadamente 18 mil millones de grivnas. En el territorio de la central nuclear de Zaporiyia hay alrededor de 500 soldados rusos y 50 unidades de equipo pesado.

Uno de los seis subdirectores generales del OIEA, el jefe del Departamento de Energía Nuclear, es el ruso Mikhail Chudakov, y Rusia también formó parte de la Junta de Gobernadores en 2021-2022.

Zaporiyia en la agenda de la ONU

El 23 de febrero de 2023, la Asamblea General de la ONU ya había instado al mundo a "cooperar en un espíritu de solidaridad para superar las consecuencias globales de la guerra" para la seguridad nuclear. Se adoptaron una serie de resoluciones en las que los estados ya expresaron su preocupación por la situación inestable en la central nuclear de Zaporiyia y pidieron a Rusia que retirara a sus militares y personal y devolviera la planta nuclear ocupada al control de Ucrania.

La cuestión de las amenazas nucleares fue constantemente planteada por Ucrania, el 11 de julio de 2024, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución titulada "Seguridad y protección de los objetos nucleares de Ucrania, incluida la central nuclear de Zaporiyia". La nueva resolución apoya el mandato del OIEA para eliminar los riesgos para la seguridad y protección nuclear durante el conflicto armado y reconoce la importancia de los principios de la agencia que ayudarán a garantizar la protección de la central nuclear de Zaporiyia.

La resolución también exige que Rusia "cese inmediatamente su agresión contra Ucrania" y retire todas sus tropas. Confirma el compromiso de la ONU con el respeto de la "soberanía, independencia, unidad e integridad territorial" de Ucrania.

Rusia violó el artículo 56 de la Convención de Ginebra sobre la prohibición de la captura de centrales nucleares.

La resolución habla sobre devolver a la misión de apoyo y asistencia del OIEA en Zaporiyia el acceso completo y oportuno a todas las áreas importantes para la seguridad nuclear de la planta. También pide el cese inmediato de los ataques de Rusia a la infraestructura energética crítica en Ucrania, que aumentan el riesgo de accidentes e incidentes en todas las instalaciones nucleares de Ucrania.

Se condena la captura ilegal y sin precedentes de la central nuclear de Zaporiyia en Ucrania (ZAE), así como se expresa preocupación por la situación de seguridad y los sistemas de protección en la ZAE.

La Asamblea General de la ONU exige así que Rusia retire a su personal militar y civil del territorio de la ZAE y devuelva inmediatamente la planta al control total de Ucrania. Junto con la contribución práctica a la implementación de la Fórmula de Paz, la resolución se ha convertido en una parte importante del instrumental internacional para garantizar la seguridad y protección nuclear de Ucrania en condiciones de agresión rusa.

El representante permanente de Ucrania ante la ONU, S. Kyslytsya, en la sesión de la ONU durante la adopción de esta resolución, señaló que Ucrania y los países vecinos sufrieron "consecuencias catastróficas" del estallido nuclear en la central nuclear de Chernóbil en 1986, pero las consecuencias de un posible incidente en Zaporiyia, "que fue hecho deliberadamente un componente clave de la estrategia militar de Rusia", serán aún más catastróficas". Kyslytsya señaló que "si simplemente nos quedamos de brazos cruzados, esta suerte no durará para siempre, y el incidente será inevitable".

Política y propaganda rusa sobre la ocupación de la planta nuclear

"Rosatom" constantemente intenta legitimar sus acciones en la ZAE promoviendo abiertamente su presencia en la planta a través de comunicaciones corporativas públicas y propaganda rusa. Son cínicas las declaraciones de "Rosatom" sobre la creación de una sociedad anónima "Organización Operativa de la ZAE" y su afirmación de que su objetivo será "garantizar el funcionamiento a largo plazo de la ZAE cumpliendo con todos los criterios y estándares de seguridad y utilizando la experiencia impecable de operar plantas nucleares en Rusia. Estas declaraciones crearon una apariencia de respeto a los derechos humanos y legitimidad, mientras que decenas de empleados de la ZAE fueron torturados por las fuerzas de seguridad rusas.

De los 193 países miembros de la ONU, 99 votaron a favor del documento ucraniano, 9 votaron en contra y 60 se abstuvieron. En el artículo se hablará sobre la posición y cobertura del tema de la seguridad nuclear y el estado de la central nuclear de Zaporiyia por parte de los países de América Latina.

El voto de los países latinoamericanos en la ONU sobre la Planta Nuclear de Zaporiyia
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¿Cómo vota América Latina?

En contra se pronunciaron Cuba, Nicaragua, y otro aliado del Kremlin, Venezuela, sigue privada del derecho de voto por no pagar sus cuotas de membresía a la ONU. Se abstuvieron Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador, Haití y México. A favor votaron: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Chile, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, Guyana, Panamá, Paraguay, Perú, San Cristóbal, Surinam, Trinidad y Tobago y Uruguay.

Primero consideraremos a los antiguos y leales aliados de Rusia en América Latina: Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Venezuela, que no puede votar

En cuanto a Venezuela, hay que señalar que en el último mes del presente año toda su atención se centró en las elecciones presidenciales del país, que se celebraron el 28 de julio de 2024. Según el estatuto de la ONU, si la deuda de un país equivale o supera la cantidad que debía pagarse por los dos años completos anteriores, pierde su derecho a voto. Si la deuda impaga se debió a "circunstancias ajenas al país miembro de la ONU", se le puede permitir votar. Sin embargo, en el caso de Venezuela, esto no será así, ya que el pago mínimo de Venezuela para restaurar su derecho a voto fue de 40 millones de dólares. Para ella, esta cantidad es actualmente muy alta, por lo que en el futuro cercano no podrá apoyar a su sangriento dictador del Kremlin ni participar en la Asamblea General de la ONU.

si la deuda de un país equivale o supera la cantidad que debía pagarse por los dos años completos anteriores, pierde su derecho a voto

El 15 de octubre de 2010, Rusia y Venezuela firmaron un acuerdo intergubernamental sobre la construcción y operación de una planta de energía nuclear en Venezuela. El acuerdo no solo preveía la construcción de una planta nuclear de dos unidades con tecnología rusa, sino también la construcción de un reactor de investigación para la producción de radioisótopos, que se pueden utilizar en la medicina, la agricultura y otras áreas de la economía. Actualmente, en Venezuela no hay instalaciones nucleares en funcionamiento. La mayor parte de la actividad científica nuclear en Venezuela se lleva a cabo en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas.

La alianza de Cuba

Cuba se opuso al regreso de la planta nuclear más grande de Ucrania, la central nuclear de Zaporiyia, en la ONU, demostrando su lealtad y compromiso con el Kremlin. En noviembre de 2022, Cuba se abstuvo durante una votación en la ONU que condenaba la agresión de Rusia, después de haber apoyado varias resoluciones en apoyo de Moscú. El apoyo se basa no solo en cuestiones geopolíticas, sino en aspectos puramente pragmáticos; la deuda financiera de Cuba con Rusia ha aumentado significativamente, alrededor de 2,3 mil millones de dólares, y el plazo de pago se ha extendido hasta 2027.

Durante todos estos años, Cuba ha apoyado obedientemente a su aliado, votando a favor de Rusia en cuestiones de integridad territorial de Ucrania. Desde 2013, Cuba ha mostrado su actitud negativa y despectiva hacia Ucrania al firmar un acuerdo de asociación estratégica con Rusia.

La postura de Cuba respecto al estatus de la central nuclear de Zaporiyia tiene una explicación histórica, ya que en 1976 se había planificado la construcción de una planta gemela VVER-440 en Juraguá, en la costa sur, por parte de la Unión Soviética. Después de la disolución de la Unión Soviética, el proyecto se suspendió en 1992. En 1996, Cuba y Rusia planearon reanudar el proyecto, pero en 2000 ambas partes lo abandonaron.

En 2016, "Rosatom" firmó un nuevo acuerdo con Cuba, creando una nueva "base legal para la cooperación bilateral futura en energía nuclear civil", que incluye la medicina y tecnologías de radiación, la formación de especialistas nucleares, investigaciones fundamentales y aplicadas, la gestión de residuos radiactivos, entre otros.

También cabe mencionar un evento que tuvo lugar el 12 de junio de este año en Cuba: el submarino nuclear ruso "Kazan" y tres barcos de la Armada rusa llegaron al puerto de La Habana. Según declaró Cuba, el objetivo del desfile era realizar reuniones entre los marineros rusos, el comandante de la flota cubana y el gobernador de La Habana, así como realizar excursiones por lugares históricos y culturales de la capital. Esta explicación genera asombro, aunque el Ministerio de Defensa de Cuba aseguró que ninguno de los barcos lleva armas nucleares y que su presencia no representa "ninguna amenaza para la región". Está claro que la ubicación de un submarino nuclear en tal proximidad a los EE.UU. no puede pasar desapercibida para la comunidad internacional y la reacción mundial.

El delegado de Cuba en la ONU también expresó su pesar por la falta de un proceso inclusivo, añadiendo que su delegación habría propuesto ciertas enmiendas, después de escuchar atentamente otras posiciones. Este proyecto no fomenta la cooperación, dijo, añadiendo que diluye los principios clave de la seguridad nuclear.

El voto de Cuba respecto a la central nuclear de Zaporiyia es completamente comprensible en términos de su apoyo total a su aliado. En abril de 2023, Cuba anunció su "apoyo incondicional a Rusia" en su "lucha contra Occidente". Cuba no condenó en ningún momento el ataque de Rusia a Ucrania. El régimen cubano una vez más se inclinó ante los intereses de su aliado al votar, en un evento en el que se abstuvieron China, India, Sudáfrica y los países de Medio Oriente, entre otros.

Apoyo incondicional de Nicaragua

Otro vasallo del Kremlin en la región es Nicaragua, que apoya completamente a Rusia en todas las resoluciones. De hecho, Rusia y Nicaragua firmaron un acuerdo intergubernamental de cooperación en el uso no energético de la energía nuclear con fines pacíficos. Además, el gobierno de Nicaragua tiene un acuerdo con "Rosatom" para la construcción de un centro de medicina nuclear en Managua, que comenzará en 2025 y se espera que esté operativo en unos tres años.

Los países que se abstuvieron de votar han reaccionado de diversas maneras a las resoluciones pro-Ucrania en la Asamblea General de la ONU; en su mayoría han condenado la agresión rusa contra Ucrania, pero han expresado su neutralidad.

Posición de México

Por ejemplo, México expresa profunda preocupación por la retórica nuclear que ha surgido en el contexto de esta guerra. Condena cualquier amenaza de uso de armas nucleares, explícita o implícita, por cualquier actor y en cualquier circunstancia, ya que va en contra del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Expresa su preocupación por el grave riesgo radiológico de las acciones militares cerca de las plantas nucleares. México reconoce y apoya el trabajo de la OIEA y su director general, Rafael Grossi, en la central nuclear de Zaporiyia.

Con el inicio de la guerra ruso-ucraniana, México ha comenzado a cambiar diligentemente su posición respecto a la confrontación entre Rusia y Ucrania. El presidente Obrador ha evitado la condena directa al presidente V. Putin, manteniendo el principio tradicional de la política exterior mexicana de no intervención en los asuntos de otros estados. Sin embargo, posteriormente, México adoptó una posición crítica clara en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde condenó la "invasión, de la que Ucrania fue víctima". Parte de la justificación de la posición del gobierno mexicano fue la "experiencia histórica". El Ministerio de Relaciones Exteriores de México insiste en el cumplimiento obligatorio del principio de no intervención y la resolución pacífica de disputas.

México confirma la importancia de cumplir con los siete pilares de la seguridad nuclear técnica y física, así como con los cinco principios de protección de la central nuclear de Zaporiyia, establecidos por la Agencia Internacional de Energía. En cuanto a las acciones multilaterales para resolver el conflicto en Ucrania, se logrará una paz sólida solo si se detiene el uso de la fuerza y se respeta la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas, lo cual es una exigencia inevitable.

México ha propuesto una serie de iniciativas de paz en las que participan ambas partes para poner fin a la guerra, incluida una iniciativa mexicana que desde el principio condenó la invasión militar de Rusia a Ucrania. Al igual que en otros países de América Latina, México también centra su atención en las posibles consecuencias económicas de la guerra. Su dependencia de Estados Unidos para el suministro de gas natural y la perspectiva de aumento de precios obligan al gobierno a considerar otras opciones de producción de electricidad. Intentando mantenerse al margen de la imposición de sanciones contra Rusia, México apoyó la votación en la ONU para pedir a Rusia que retire sus tropas de Ucrania. Pero se abstuvo durante la votación en la Asamblea General de la ONU sobre la exclusión de Rusia del organismo de derechos humanos de la ONU y se abstuvo en la resolución sobre la seguridad nuclear y radiológica, incluida la central nuclear de Zaporiyia.

La representante de México en la sesión de la ONU pidió la preservación de la integridad de las instalaciones nucleares en Ucrania y subrayó que los ataques contra ellas están directamente prohibidos por el derecho humanitario internacional.

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    Kateryna Vakarchuk

    La profesora Kateryna Vakarchuk es doctora en Ciencias Políticas. Docente de la Facultad de Relaciones Internacionales, Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Nacional de Odesa, Ucrania, donde imparte cursos de política e historia de Ibero-América y América Latina. 

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