La peor crisis financiera en la historia de Cuba no tiene su origen en las sanciones de Estados Unidos ni en factores externos, sino en la estructura de poder que controla realmente la economía del país: GAESA, advierte un informe de Cuba Siglo XXI presentado en la conferencia ASCE 2025.
El documento, titulado “GAESA: estado ladrón”, expone que el conglomerado militar dirigido por la cúpula castrista maneja más del 70% de la economía cubana y el 95% de las finanzas nacionales, mientras el gobierno civil funciona como un mero “títere”.
Según el estudio, el 19 de octubre de 2025 el dólar alcanzó 472 pesos en el mercado informal, un récord histórico que refleja el colapso financiero. La escasez de divisas, la caída de las remesas —70% menos que en 2019— y el desplome del turismo, que continúa 50% por debajo de niveles prepandemia, han creado una espiral inflacionaria que el gobierno es incapaz de detener.
El informe atribuye la génesis de esta crisis a las medidas improvisadas de los últimos años: Tiendas en MLC, prohibición de depósitos en dólares, “Tarea Ordenamiento” y nuevo mercado cambiario. Todas implementadas sin liberar la producción ni reformar el modelo económico.
Emilio Morales, vicepresidente de Cuba Siglo 21, explicó a Martí Noticias que el Banco Central de Cuba opera subordinado a GAESA y que Miguel Díaz-Canel carece de autoridad real sobre las finanzas. Desde que asumió la presidencia, el dólar pasó de 24 a 472 CUP, una devaluación superior al 1.900%.
El especialista identifica la Tarea Ordenamiento como el punto de quiebre: salarios elevados sin productividad, topes de precios al cuentapropismo, escasez estructural y un incremento de la frustración popular que desembocó en las protestas del 11 de julio de 2021.
Cuba acumula 46.000 millones de dólares en deuda externa, aunque solo reconoce 20.000. Incluso sus aliados —Rusia, China y Venezuela— han dejado de otorgarle crédito. Rusia tenía 50 proyectos suspendidos ya en 2020 por impagos, mientras España ha comenzado también a retirar inversiones.
La inversión extranjera está “en el limbo”: la inseguridad jurídica, la prohibición de repatriar capitales y la activación del Título III de la Helms-Burton han convertido al mercado cubano en “el cementerio de las inversiones”.
Morales, presidente y CEO de Havana Consulting Group, explicó además que el informe también recoge el desvío sistemático de los ingresos generados por los médicos cubanos en el exterior. Entre 2008 y 2022, Cuba recaudó 108.530 millones de dólares por exportación de servicios médicos. Sin embargo, solo 1.7 mil millones (1.61%) se invirtieron en salud pública.
El resto —unos 70.000 millones— fue absorbido por GAESA a través del Banco Financiero Internacional, sin auditoría ni control institucional.
Mientras los hospitales colapsaban sin oxígeno ni medicamentos durante la pandemia, el régimen destinó 24.200 millones a construir hoteles, una cifra 13 veces mayor a lo invertido en salud.
El informe concluye que Cuba enfrenta una crisis “multisistémica” que ha llevado a la población a la pobreza extrema: salarios pulverizados, apagones interminables y servicios esenciales en ruinas. “Privar a los ciudadanos de transporte, agua, energía, alimentos y medicinas es un acto de genocidio”, señala Morales.
Morales sostiene que la única salida real para Cuba es un cambio político, no solo económico: la restitución de la democracia, la separación de poderes y la libertad empresarial.
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