Un año después de las manifestaciones del 11 de julio de 2021, Monseñor Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba, elevó una plegaria a la Virgen de la Caridad para que mueva los corazones de todos los cubanos, de todos los que tienen en sus manos la posibilidad de modificar las situaciones, de dar un paso adelante, para que sean revisadas de nuevo todas las condenas y para que puedan salir en libertad todos aquellos que quisieron expresar sus opiniones.
“Lo he dicho en aquel momento y te lo vuelvo a presentar, madre”, fueron las palabras del prelado tras finalizar la eucaristía de este domingo.
Más adelante, el Arzobispo expresó: “Hay muchas familias sufriendo, muchas madres sufriendo, muchas, creo que sería un paso de fraternidad, de entendimiento social, el que estas personas estén en sus hogares y que nadie, también los que no están presos, tampoco paguen ninguna consecuencia, que no queden marcados por lo que hicieron sí, que no queden marcados”.
“Que puedan vivir de su trabajo, en sus estudios, y puedan seguir opinando, porque todo hombre tiene derecho a dar su visión de las cosas, en paz, con sosiego, como ciudadanos que somos”, agregó.
Durante la misa, celebrada en la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, el Arzobispo se refirió también al éxodo de cubanos: “Cada uno de nosotros vive esa situación de una manera diferente, pero muchos miles de cubanos han decidido marcharse de su país, de su patria”, dijo.
“Son muchos miles, y son muchos miles de familias divididas y muchos miles de ancianos que se quedan solos. Muchas familias que sufren porque algunos han muerto en la travesía, ya sea en el mar, o por tierra", añadió.
Monseñor pidió para que se den los cambios necesarios que Cuba necesita.
“Te pedimos para que se den los cambios necesarios para que nos podamos sentir contentos, seguros aquí. Pero, para eso, se tienen que dar las condiciones, hay que hacer los cambios necesarios; hay que hacerlos”, insistió.
El religioso insistió en la urgencia de la hermandad y la paz entre los cubanos.
“Sobre todo, Madre, que los cubanos no seamos enemigos los unos de los otros, no seamos enemigos y, que todas nuestras diferencias se puedan resolver a través del diálogo, de la misericordia, el perdón y nunca con la violencia y la intolerancia", subrayó.
Monseñor García, concluyó: “Madre, tal ves esto ha sido un poquito largo, esta petición, pero también es larga la petición del pueblo cubano”.