El motor izquierdo del avión que se precipitó a tierra en La Habana el 18 de mayo de 2018, en una tragedia que le costó la vida a 112 personas, había sido golpeado por un vehículo en al Aeropuerto Internacional Jose Martí, dijo Samuel González Ruiz, abogado de las víctimas, en entrevista con Univisión 23 de Miami.
“Cuando un coche del aeropuerto le pegó al motor izquierdo del avión accidentado, […] fue reportado a la autoridad cubana, la empresa de seguros rusa –que ya tenemos también el contrato de seguros ruso-- fue llamada, y se hizo un reporte del daño que tenía el avión en la turbina izquierda”, declaró González Ruiz al reportero de Univisión 23, Mario Vallejo.
El representante legal de muchas de las víctimas y de la única sobreviviente, Mailén Díaz Almaguer, reveló una fotografía que muestra la turbina presuntamente afectada.
FOTOGALERÍA: Imágenes del Accidente aéreo en Cuba (18/Mayo/2018)
El informe oficial de la investigación del accidente, presentado por las autoridades cubanas poco antes de cumplirse el primer aniversario de la tragedia, atribuye el desplome de la nave a errores en la distribución de carga.
Por su parte, la aerolínea mexicana Global Air, propietaria del avión, sostuvo que todo fue consecuencia de un “error humano" de los pilotos por haber despegado con “un ángulo de ascenso muy pronunciado” que provocó una falta de sustentación.
“Vamos a tener ya, de manera definitiva, la posibilidad de probar con ese contrato que efectivamente falló el mantenimiento de Global Air, pero que también lo sabía la autoridad cubana”, dijo el abogado González Ruiz, citado por Univisión 23.
Las conexiones de Global Air dentro de la Dirección General de Aviación Civil de México privilegiaron los intereses “de una serie de corruptos”, particularmente de la propia aerolínea, según el representante legal de las víctimas.
Un informe que dio a conocer Radio Televisión Martí a raíz de la tragedia muestra cómo un inspector de Cubana de Aviación había recomendado no contratar a Global Air “bajo ningún concepto” por incontables problemas técnicos.
A su vez, un expiloto de aviones Boeing que fue consejero de seguridad aérea del gobierno de Estados Unidos consideró inexplicable que Global Air fuera contratada para cubrir vuelos de Cubana de Aviación sin pertenecer a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
“Una aerolínea que no está suscrita a esa asociación y que no ha pasado las auditorías de esa asociación inmediatamente debería levantar una serie de objeciones de la dirección general de aviación civil de cualquier país, incluido Cuba”, explicó entonces a Radio Televisión Martí Oscar García, presidente de la firma InterFlight Global, con sede en Miami desde 1992.
El excapitán de Aerolíneas Damojh, Marco Aurelio Hernández, quien había piloteado más de una vez la nave que se desplomó en La Habana, denunció en varias ocasiones que tuvo que volar por Sudamérica sin radar, que los motores fallaron en algunos vuelos y que a los mecánicos les faltaban piezas de repuesto para reparar las aeronaves.
