Miguel Díaz-Canel asistió el domingo a una manifestación de partidarios del régimen en la que cientos de personas violaron las normas de distanciamiento social impuestas por las autoridades sanitarias para evitar la propagación del coronavirus.
Frente a los reunidos en el Parque Trillo, del municipio de Centro Habana, el gobernante cubano en ocasiones se quitó el nasobuco, un accesorio obligatorio en la isla y que no tenerlo puesto le ha costado multas y hasta la cárcel a numerosos cubanos.
Díaz-Canel y los medios de prensa oficialistas insisten en calificar el evento como un acto espontáneo, sin embargo congregó a cientos de personas con banderas y carteles y contaron con electricidad para conectar los equipos de sonido, algo que le está prohibido a cualquier grupo o asociación en la isla.
En la manifestación dijo estar dispuesto "al diálogo siempre que sea con y para el Socialismo y la Revolución".
"No permitiremos injerencias en nuestros asuntos internos", dijo el funcionario designado para sustituir a Raúl Castro, que considera al Movimiento San Isidro como una "farsa" financiada por Estados Unidos.
En las redes sociales varios usuarios han criticado al mandatario por usar una camiseta con la bandera nacional, un acto que quedó prohibido con la Ley de símbolos.
La nueva ley considera la bandera de la estrella solitaria, el escudo de la palma real y el Himno de Bayamo como los símbolos nacionales, y busca un mayor respeto y presencia de estos símbolos en la sociedad.
La norma establece entre otras cosas que los símbolos patrios en prendas de vestir “deben ir situados al frente de las mismas, y no formar parte de pantalones, sayas, pañuelos de bolsillo, ropa interior o de baño”.