El año pasado, Airbnb lanzó una enorme campaña de cabildeo, que incluyó la contratación de Tony Podesta, un poderoso cabildero muy cercano al Partido Demócrata, a raíz de conocerse que el presidente Donald Trump impondría límites a los viajes estadounidenses a Cuba comunista.
El sitio de reservas de alquiler para vacaciones, que tiene a Cuba como uno de sus mercados de más rápido crecimiento, luchó arduamente para garantizar que las reglas actualizadas de la administración Trump permitieran a los viajeros estadounidenses alojarse en casas de alquiler cuando visiten la isla.
En junio, Trump prometió tomar medidas enérgicas contra los esfuerzos del presidente Barack Obama para restablecer las relaciones con Cuba y mandó a sus agencias a redactar una nueva legislación que restringiría los lazos comerciales y de viajes a la nación insular.
Cuando el Departamento del Tesoro emitió reglas actualizadas a principios de noviembre, restringió el uso de muchos hoteles. Sin embargo, una sección llamada "Apoyo al pueblo cubano" permitió a los estadounidenses quedarse "en una habitación en un alojamiento alquilado en una residencia privada cubana".
En el Memorando Presidencial sobre Seguridad Nacional (NSPM) emitido por del presidente Trump para fortalecer la política de Estados Unidos hacia Cuba la OFAC exige que cada viajero participe en un "programa de actividades a tiempo completo que resulte en una interacción significativa con personas en Cuba. Tales actividades también deben mejorar el contacto con el pueblo cubano, apoyar a la sociedad civil en Cuba o promover la independencia del pueblo cubano respecto de las autoridades cubanas. Alquilar una habitación en una residencia privada cubana (casa particular), comer en restaurantes privados (paladares) y comprar en tiendas privadas manejadas por cuentapropistas son ejemplos de actividades autorizadas; sin embargo, para cumplir con el requisito de un programa a tiempo completo, un viajero debe participar un actividades adicionales autorizadas de apoyo al pueblo cubano".
En el segundo y tercer trimestres de 2017, cuando Airbnb discutía su caso sobre Cuba, gastó $ 250,000 y presionó al Senado, la Cámara de Representantes y agencias, incluido el Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad Nacional, según datos compilados por Bloomberg.
No todas las actividades de cabildeo de Airbnb tuvieron éxito. Contrató al Grupo Podesta, fundado en 1988 por Tony Podesta, cuyo hermano John era un alto funcionario de la Casa Blanca de Bill Clinton y se desempeñó como presidente de la campaña de Hillary Clinton.
Tony Podesta se vio forzado a renunciar a su imperio, ya que trabajó junto a Paul Manafort y Rick Gates para mejorar la imagen del gobierno ucraniano; los primeros en caer en medio de la investigación del llamado Rusiagate, encabezada por el fiscal especial Robert Mueller.
Airbnb también usó a Mercury Public Affairs para gestionar la continuidad de sus operaciones en la era Trump.