El exprisionero estadounidense Alan Gross, que pasó cinco años en las cárceles cubanas por llevar equipos de comunicación a la isla aseguró que hizo pocos intentos por disfrazar su trabajo para establecer conexiones a Internet.
En una entrevista para el programa “60 minutos” de la cadena CBS y considerada como la más copiosa en comentarios desde que fue liberado por el régimen castrista en diciembre de 2014, Gross calificó su misión como “un programa disparatado” y que le estaba poniendo en peligro la vida debido a una estrategia diplomática fallida, reseñó el domingo la agencia AP.
Especialista en comunicaciones y ahora con 66 años de edad, Gross ha trabajado en más de 50 países y entre ellos hizo tres viajes a Cuba hasta que finalmente fue detenido y juzgado a una pena de 15 años de cárcel. El 17 de diciembre de 2014, en medio del anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, Gross fue liberado en un canje por los cinco espías de la Red Avispa.
Gross dijo que en Cuba le pareció que un hombre lo estaba siguiendo, pero regresó dos veces más debido a que se le había permitido ir y venir y esto no suponía una amenaza.
Cuando CBS le comentó si aun con los tres mil millones de personas que son registrados todos los días en Internet le parecía estar eludiendo al gobierno (de La Habana), el subcontratista de que trabajaba para la Agencia Internacional de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID, por sus sigles en inlgés) aseveró: "Ahora, puede ser que suene un poco ingenuo. Así que soy ingenuo”.
El especialista en comunicaciones perdió 100 libras en los cinco años de prisión y cinco dientes por la deficiente alimentación a que fue sometido en el rigor de su detención.
“Era ridículo. Yo no era un espía. Yo no era un contrabandista. Yo no era un criminal”, dijo seguidamente que ¿el gobierno de Estados Unidos desea enviar a personas a países en los que tenemos relaciones diplomáticas y ejecutar programas ridículos? Ok, adelante, pero déjeme fuera de esto”.