BOCA DE CAMARIOCA - Una imponente perforadora china rompe con apremio el lecho marino en la costa norte de Cuba en busca de petróleo. La isla está precisada a aumentar la producción de sus pozos en declive y encontrar alternativas ante la contracción en los envíos de crudo del aliado venezolano.
Casi asfixiada por la larga y profunda crisis económica en que cayó a comienzos de los años 1990 tras el colapso del protector soviético, Cuba recibió por más de una década oxígeno de Venezuela en barriles de petróleo, unos 100.000 diarios en condiciones preferenciales.
Pero la crisis política y económica venezolana, que se agrava por día, contrajo esas entregas hasta en un 40% a partir de 2014, según expertos, forzando al monopolio estatal Cuba Petróleo (Cupet) a buscar nueva vías para aumentar su producción y diversificar sus mercados.
El director adjunto de Cupet, Roberto Suárez, admitió que la crisis en Venezuela, principal aliado político y económico de Cuba, provocó "inestabilidad" en los envíos de petróleo, lo que llevó a las autoridades cubanas a aplicar en 2016 fuertes restricciones en el consumo energético en el sector empresarial.
La situación es urgente. Cuba consume unos 130.000 bdp y produce aproximadamente 50.000 bdp, señala el experto Jorge Pinón, de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos).
El crudo cubano es pesado y solo puede usarse en la generación eléctrica y la producción de derivados.
Además de sustentar la reforma económica de Raúl Castro, el crudo venezolano permitió a la isla exportar derivados, pero las exportaciones de la refinería cubana de Cienfuegos (centro), gestionada por una empresa mixta entre Cupet y la venezolana PDVSA, cayeron de 500 millones de dólares en 2013 a 15,4 millones el año pasado, según el sistema estadístico de la ONU (Uncomtrade).
Si Caracas dejara de enviar petróleo, Cuba tendría que desembolsar unos "1.500 millones de dólares al año", destaca Piñón, exdirector de Amoco América Latina.
Una factura astronómica que impactaría la balanza de pagos de un país con una economía que entró en números rojos en 2016 (el PIB se contrajo 0,9%).
A mediados de mayo el gigante petrolero ruso Rosneft envió 249.000 barriles de crudo a la isla, en el marco de un acuerdo firmado en marzo por 1,8 millones de barriles, con la importadora estatal Cubametales, cuyos términos se desconocen.
Para Piñón, el petróleo ruso es "un salvavidas", pero no supone que Moscú vuelva a echarse a la isla al hombro como antaño.
"No sé de otro país que tenga la fuerza financiera, el nivel de producción de petróleo o alineamiento político con Cuba que pudiera reemplazar a Venezuela (...) sin impacto en la economía cubana. Brasil, Angola, Argelia, China o Rusia, lo dudo", advirtió el experto.
En el pueblo costero de Boca de Camarioca, 140 km al este de La Habana, Geisel Escalona dirige los trabajos de la torre de perforación que prevé terminar en "300 días" el pozo Varadero 1.008, la nueva promesa de Cupet.
Esta mole de hierro de 58 metros de altura y 3.000 caballos de fuerza, arrendada a la empresa china Gran Muralla, domina el paisaje apacible de Boca de Camarioca, epicentro en 1965 del primer éxodo masivo de cubanos hacia Estados Unidos.
Ante el declive de los yacimientos en tierra y el fracaso de varias campañas de prospección en el Golfo de México, Cupet apostó por cavar pozos horizontales de alcance extendido, una tecnología que permite explotar desde tierra el crudo que yace bajo el mar, pero cerca de la costa, y que abarata los costos de inversión.
"Vamos por 1.350 metros (...) y esperamos llegar a 8.200", lo que marcaría "un récord nacional", declaró a la AFP Escalona, un ingeniero nuclear de 37 años, convertido en experto en perforación petrolera.
La meta es llegar a una zona que "debe ser un buen reservorio", añadió bajo su casco protector y enfundado en un overol naranja.
El 1.008 es el décimo pozo que perfora desde 2009 en el yacimiento Varadero, el más importante de la isla, con reservas estimadas en 11.000 millones de barriles de petróleo.
Estos pozos aportan "más del 98%" del petróleo que produce Cuba, explicó Suárez, subrayando que "todos los esfuerzos" están destinados a "explorar para identificar zonas que pudieran producir petróleo".
Al pie del 1.008, el gerente de perforaciones de Cupet, Julio Antonio Jiménez, de 64 años, aseguró que hay "99,9%" de probabilidades de hallar petróleo y que el pozo "ya tiene cifras en los planes de producción" de la empresa.
[Agencia AFP]