Un total de 19 personas fueron sancionadas a penas de entre 8 y 20 años de cárcel por traficar más de ocho millones de huevos "liberados", como denomina el Ministerio de Comercio Interior de Cuba a los alimentos que se venden fuera de la libreta de racionamiento, informó este viernes el diario oficial Granma.
El desvío de huevos, valorado en 8.907.562 pesos, estaba a cargo de trabajadores de la Unidad Empresarial de Base Acopio y Distribución de Huevos Habana y a la Empresa Provincial de Comercio en la capital que fueron procesados bajo cargos de "malversación, apropiación indebida y falsificación de documentos bancarios y de comercio".
La investigación sobre el tráfico de huevos en La Habana afloró "un grupo significativo de facturas no reconocidas por los lugares de destino", lo que condujo a una auditoría especial.
"De ese modo, salieron a la luz errores contables, incumplimientos de las obligaciones por parte de directivos, especialistas y choferes, violaciones de las rutas establecidas para la comercialización de huevos, la falsificación de facturas; así como la existencia de toda una cadena delictiva, azuzada por el descontrol lacerante, la vulnerabilidad de los procedimientos y la pérdida total de principios éticos y morales", señaló Granma.
Respecto a los choferes, 34 tienen responsabilidad directa por incumplir las rutas de distribución de huevos liberados y no respetar la veracidad de los datos consignados en las facturas, pues declaraban lo robado como "huevos rotos". Solo 11 choferes fueron juzgados.
"El chofer Valery Caballero Moreda, con la venta en el mercado ilegal de 1 209 600 huevos, contenidos en 53 facturas, provocó una afectación monetaria ascendente a 1 814 400 pesos. Entretanto el chofer Juan Eliecer Perdomo ocasionó un faltante de 839 700 pesos, debido a la distribución ilícita de 559 800 huevos, correspondientes a 29 facturas", asegura Granma.
La contadora, Margarita del Carmen Quintana, admitió que nunca supervisó los almacenes, ni las mermas, ni el destino final del producto, dijo que a modo de pago, "recibía dos cajas de huevos semanales". Cada una contiene ocho cartones con 30 unidades, para un total de 480, "las que comercializaba ilegalmente".
Los cartones de huevos se vendían en el mercado negro a un precio de entre 35 y 40 pesos cubanos.
"Si bien es cierto que las condenas, aunque severas, no resuelven por sí solas el problema, en ocasiones es preciso que los malhechores sientan todo el peso de la Ley, más allá de la vergüenza ante la familia y la sociedad", indicó el periódico.