En su informe anual el proyecto Archivo Cuba responzabilizó al régimen de Raúl Castro por la muerte documentada de 12 personas durante 2017 por razones políticas, y advirtió de que la alarmante cifra es sólo la punta del “iceberg”.
A continuación, un resumen del informe actualizado publicado por la plataforma en su sitio en internet:
Sufrimiento extremo
Tres de las víctimas murieron en circunstancias misteriosas y se sospecha fudamentadamente que se trató de asesinatos extrajudiciales.
Los 12 casos denotan la injusticia y el sufrimiento humano extremo que se vive en Cuba, generalmente ignorado por el mundo.
La doctora Teresa Castillo Sotto, de 27 años, murió la noche del 13 de junio de 2017 en Caracas, Venezuela, en circunstancias que los medios venezolanos calificaron como misteriosas.
La médico cubana y su posible relación con un militar vinculado a la oposición
La joven médico cumplía una misión "internacionalista" al servicio del régimen de Cuba y cayó, saltó o fue empujada desde el piso 8 de un edificio en su complejo residencial en el Fuerte Tiuna, la mayor instalación militar de Venezuela.
Murió en el acto de múltiples fracturas y traumatismo craneoencefálico. Funcionarios cubanos impidieron el examen forense por la policía local y llevaron el cadáver a una morgue y al día siguiente lo enviaron a Cuba.
A los periodistas venezolanos se les dijo que la profesional se había suicidado después de encontrar mensajes de texto en el teléfono de su esposo de otra mujer, sin embargo, la médica aparecía como soltera en su perfil en Facebook.
Se reportó por otro lado que había hecho comentarios negativos sobre la situación de Venezuela. Un periodista en Miami, con fuentes dentro de Cuba, informó que la doctora Castillo tenía una relación cercana con un oficial de la Guardia Nacional de Venezuela que había sido capturado por la inteligencia venezolana, SEBIN, por estar involucrado con la oposición.
Parece ser que Castillo había sido presionada para que informara sobre militar venezolano y se había suicidado sin poder lidiar con su traición, o la habían empujado a la muerte.
Un médico muerto en Ecuador
Otro internacionalista, el médico Roger Vega Tabares, de 46 años, murió el 22 de diciembre de 2017 en su residencia en Portoviejo, Ecuador, con heridas en el cuello y por causas aún no determinadas que también se intentaron explicar inicialmente como un probable suicidio.
La denominada cooperación internacionalista de Cuba a través de misiones médicas y otras actividades de exportación de mano de obra barata en muy diversos campos es un gigantesco negocio global que constituye la principal fuente de ingresos de Cuba.
Entre las consecuencias lamentables de esta forma de esclavitud moderna, muchos trabajadores, especialmente médicos, son enviados a lugares peligrosos en áreas infestadas de crímenes o zonas remotas de países del tercer mundo. Decenas, si no cientos, han muerto.
Opositor muere en extrañas circunstancias
Adrián Sosa Blanco, de 48 años, conocido miembro de la oposición pacífica, fue encontrado muerto en su casa el 7 de marzo de 2017. La familia solicitó una investigación de la extraña muerte, ya que se encontraba en buen estado de salud.
Su cuerpo estaba cianótico de la cabeza a los hombros y con el abdomen hinchado. La causa de muerte se certificó como una trombosis pulmonar, pero por razones desconocidas no se realizó la autopsia habitual. Sosa participaba en varios grupos de oposición y era hostigado persistentemente por las autoridades comunistas; un agente de la Seguridad del Estado visitaba frecuentemente su casa.
Desde que el general Raúl Castro se hizo cargo de Cuba en 2006, al menos 17 opositores políticos han muerto en circunstancias misteriosas. Se sospecha que muchos, o todos, fueron asesinados o llevados a la muerte por agentes del Estado.
Muerte de la Dama de Blanco Ada María López y del activista Hamel Mas
Asimismo, el 12 de diciembre, la activista del movimiento de las Damas de Blanco, Ada María López, murió de una enfermedad repentina. Aunque la familia ha hecho declaraciones que culpan al régimen cubano, hasta el momento Archivo Cuba no ha podido verificar informes que comprometan a agentes del Estado cubano.
Otro opositor político murió en la cárcel por problemas de salud repentinos y misteriosos. Hamel Mas Hernández, de 45 años, falleció el 24 de febrero de 2017 en la prisión Combinado del Este de La Habana sin atención médica por una afección desarrollada en prisión.
El prisionero político era miembro del grupo opositor UNPACU y había estado preso desde junio de 2016 por desacato y desobediencia pública después de participar en una protesta pacífica en La Habana.
Estaba esperando juicio y la fiscalía estaba pidiendo una sentencia de prisión de 4 años. Las autoridades de la prisión informaron a la familia que había muerto de un ataque al corazón.
Cuatro días antes, durante una visita a la prisión, su esposa descubrió que había perdido alrededor de 35 libras en tres semanas y se enteró de que supuestamente tenía una infección renal, para lo cual no estaba recibiendo tratamiento médico. Nunca había tenido problemas renales.
Muerte a golpes de Erick Acosta Ochotorena
En 2017, Cuba Archivo recibió informes con nombres y circunstancias de muerte de siete hombres y dos mujeres que murieron en cárceles o centros de detención en Cuba; dos fueron asesinados por autoridades penitenciarias (ejecuciones extrajudiciales) y a siete se les negó atención médica por condiciones aparentemente tratables.
Así Erick Acosta Ochotorena, de 34 años, fue golpeado hasta la muerte el 20 de octubre de 2017 en el tercer día de su detención en una unidad policial en la calle Zanja de La Habana. Martinoticias.com tiene imágenes gráficas del cuerpo, que evidentemente fue autopsiado. Este caso plantea preguntas que hemos hecho anteriormente ante denuncias de partes extraídas de cadaveres y sospechas de tráfico de órganos.
Mientras tanto, el Estado cubano promueve a nivel internacional el negocio de trasplantes de órganos en Cuba e informa a la Organización Mundial de la Salud una alta tasa de trasplantes de riñones, sin embargo, no se observa el resultado en la población.
Muerte a golpes de Rafael Arredondo Jardínes
Rafael Arredondo Jardínes, murió en la prisión de Melena del Sur, provincia de Mayabeque, alrededor de junio de 2017.El preso común fue golpeado por guardias de la prisión mientras tenía las manos esposadas. Según 17 compañeros presos en una carta a Naciones Unidas, la golpiza causó su muerte. La misiva también informaba que otros cuatro presos (nombres desconocidos) habían muerto allí hasta esa fecha en el 2017 en circunstancias sin aclarar, sometidos a malos tratos, violencia y condiciones extremadamente malas.
Dos muertes por falta de atención médica
Angel Manuel Cabrera, de 21 años, murió el 6 de agosto de 2017 en la Prisión 1580 de San Miguel del Padrón, La Habana. El prisionero común murió durante un ataque de asma habiéndosele negado tratamiento médico.
El joven Ramón Garbey Hinojosa, de edad exacta desconocida, murió el 10 de noviembre de 2017 en el Hospital Clínico Quirúrgico de Santiago de Cuba. Había sido recluido en una prisión para personas con VIH-SIDA sin juicio durante un año luego de su arresto sin pruebas de causa en el parque La Fraternidad de La Habana, un lugar de reunión para la comunidad gay.
Era VIH positivo, había contraído tuberculosis en prisión y no le habían dicho que tenía hepatitis C ni le habían dado tratamiento médico. A su padre, un conocido boxeador que había emigrado de Cuba, se le denegó la entrada al país para visitarlo en su lecho de muerte y para asistir a su funeral.
Al prisionero Ramón Hernández Medina tampoco le dieron atención médica.
Ramón Hernández Medina, de 45 años, murió el 5 de mayo de 2017 en el centro de detención Augusto César Sandino de Pinar del Río, Cuba. Cumplía una pena de prisión de 8 años y unos meses antes había sido hospitalizado en la prisión durante un mes después de sufrir un ataque al corazón.
Fue devuelto a su celda a pesar de sus objeciones, ya que insistía en no sentirse bien y le había dicho a su familia que no estaba recibiendo atención médica adecuada. Un día antes de su muerte, le había dicho a un guardia de la prisión que se sentía enfermo, pero el hombre lo ignoró. Al día siguiente, murió de un ataque al corazón masivo.
Muerte en la prisión de mujeres
Dulce Luna Castillo, de 39 años, murió el 26 de mayo de 2017 en la Prisión de Mujeres de El Guatao, en La Habana, cuatro horas después de comenzarle un ataque de asma.
No había recibido tratamiento médico, ya que no había médicos en la prisión. Otra presa de 39 años, conocida por su alias La Morena, había muerto el 21 de febrero de 2017 en la misma prisión de un paro cardíaco horas después de quejarse de no sentirse bien. Aunque sufría de presión arterial alta, le habían negado atención médica, indicándole que tomara un refresco o un café.
Hugo Riverón Aguilera murió tras 57 días en huelga de hambre
Hugo Riverón Aguilera, de 59 años, murió el 8 de julio de 2017 en el Hospital Vladimir Ilich Lenin de Holguín, Cuba, luego de 57 días de huelga de hambre. Su desesperada protesta exigía una revisión de su caso criminal, que las autoridades rechazaron. Había sido condenado a seis años de prisión por presuntamente robar un caballo, pero negaba todos los cargos. El caballo fue encontrado más tarde.
Ocurren innumerables muertes en las cárceles de Cuba pero, dadas las dificultades extremas para recopilar esta información en la isla, es prácticamente imposible hacer siquiera una estimación aproximada de las cifras y las circunstancias de esas muertes en prisión.
No obstante, el alto número de centros penitenciarios (al menos 200) que someten a a condiciones excesivamente duras a una gran población carcelaria (que debe superar con creces la última cifra oficial de 57.337 en 2012), lleva a la conclusión de que el número real de víctimas anuales está, como mínimo, entre los cientos de casos.
204 muertes documentadas
Desde que Raúl Castro tomó el mando en Cuba, Archivo Cuba ha documentado 204 muertes en centros penitenciarios y de detención a pesar de estar recibiendo informes mínimos. En los últimos años, especialmente desde que los presos de conciencia que cumplían condenas largas fueron liberados a España en 2010, los informes desde el interior de las cárceles, que ya eran escasos, prácticamente no existen. A los organismos internacionales no se les permite monitorear o inspeccionar las cárceles cubanas y las organizaciones independientes de derechos humanos locales no tienen permiso para existir.
Muchos presos actuales y anteriores -políticos o no- han informado sobre el abuso físico y verbal persistente, el hacinamiento severo, la mala alimentación, las condiciones sanitarias terribles, el agua no potable y la falta de atención médica en las cárceles de toda Cuba.
Dichas condiciones provocan graves afecciones físicas y emocionales que generalmente no se tratan y resultan en muchas muertes, incluso por suicidio. También se denuncian golpizas y asesinatos por parte de guardias de prisión o a manos de criminales en la población carcelaria.
La mayoría de las víctimas son hombres jóvenes, a menudo afrocubanos, que cumplen prisión por "crímenes" que son aberraciones que ilustran la naturaleza estalinista del sistema. Estas anomalías legales incluyen la peligrosidad social pre-delictiva.
Aberración de la peligrosidad social predelictiva
Según el Artículo 72 del Código Penal de Cuba, se criminaliza la propensión a cometer un crimen o la "conducta manifiestamente contraria a las normas de la moral socialista". El Artículo 73 define la peligrosidad como derivada de la embriaguez habitual o la dipsomanía, la narcomanía y la "conducta antisocial"; esta última permanece indefinida y, por lo tanto, subjetiva y arbitraria. Las personas, por ejemplo, son encarceladas por esta causa simplemente por no estar empleadas, independientemente del hecho de que la mayor parte de la economía está controlada por el Estado y, por lo tanto, faltan puestos de trabajo por el fracaso del modelo socialista de planificación centralizada.
Otra anomalía legal es el elevado número de personas que cumplen prisión por delitos económicos inéditos en los países civilizados. De hecho, el sistema que produce escasez sistemática criminaliza el consumo para satisfacer las necesidades básicas. Tener algo prohibido, desde un pedazo de carne hasta una bolsa de cemento, lleva años de prisión.
Incluso matar a una vaca propia sin el permiso del gobierno -para alimentar a la propia familia- puede resultar en 25 años de prisión (esto no es exagerado, sabemos de tales casos).
Desapariciones forzadas
Hasta comienzos de diciembre de este año, se habían producido al menos 4,665 detenciones arbitrarias de activistas políticos y defensores de los derechos humanos, según ha documentado el Observatorio de Derechos Humanos de Cuba.
Este es un promedio de alrededor de 14 por día, sin contar los casos no reportados. Muchas de dichas detenciones implicaron, al inicio, una desaparición forzada. Sin embargo, en 2009, Cuba ratificó la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas. Las Naciones Unidas no han exigido su cumplimiento.
Buenas noticias
Sin embargo, no se recibieron informes de muertes en intentos de salida del país en 2017, aunque esto no significa que no ocurrieran sin reportarse. El cese de la entrada sistemática de los cubanos en los Estados Unidos por le cambio de política migratoria de EE.UU ha reducido significativamente el gran y peligroso éxodo por mar y tierra que durante décadas ha llevado a muchas muertes y desapariciones.
El costo en vidas de la revolución cubana
El trabajo en porgreso de Archivo Cuba documenta cerca de 10,000 muertes y desapariciones, de las cuales 7,325 se atribuyen al Estado cubano durante la dictadura de los Castro. Así 382 casos se atribuyen al Estado cubano bajo Raúl Castro, desde julio de 2006, incluidos 51 asesinatos extrajudiciales (denunciados o sospechados), 120 por falta de atención médica o motivos de salud y 52 suicidios.
(Con informe de Archivo Cuba)