Deyanira Fontanill Pérez, de 32 años y madre de tres hijos, fue asesinada el pasado 19 de abril por su pareja en Trinidad, provincia de Sancti Spíritus. Con su muerte, los observatorios independientes sobre la violencia de género en Cuba registran 49 feminicidios ocurridos en la isla en lo que va de año.
El periodista Alberto Arego confirmó el crimen con fuentes cercanas a la víctima. Según dijeron, el agresor “le quitaba hasta el celular” y no le permitía tener acceso a las redes sociales.
Este año ha sido el más letal desde que los observatorios independientes comenzaron a llevar registros de los feminicidios en el país, en 2019. “Nos están matando porque vivimos en un Estado feminicida, que criminaliza el activismo feminista y LGBTIQA+ (y a todos los activismos), y no quiere implementar mecanismos de protección para los que es imprescindible la sociedad civil”, explica una declaración conjunta de varias organizaciones que piden al Gobierno declarar el estado de emergencia por violencia de género.
Actualmente la plataforma feminista Yo Sí Te Creo en Cuba trabaja en la investigación de la “misteriosa” muerte de una mujer trans en La Habana, identificada como Flavia Herrera Rodríguez.
“Sería necesario tener acceso al expediente de investigación policial, algo que se le hace imposible a las organizaciones independientes al no ser reconocidas por las autoridades del país”, indica la nota y aclara que con la información recabada hasta el momento “todo apunta a algún tipo de feminicidio”.
“Consideramos la necesidad de una revisión externa de los dictámenes realizados por Medicina Legal en La Habana y en Caibarién (donde vive su familia), al cuerpo de la joven, de 30 años de edad, que falleció el 22 de junio de 2023. Pedimos apoyo especial de la ciudadanía y las familias para estos casos, debido a las vulnerabilidades específicas a la violencia feminicida de las mujeres trans en Cuba”, agregan.
De comprobarse, este sería el segundo transfeminicidio registrado en 2023. El primero ocurrió en Camagüey cuando un hombre asesinó a Samira Lescar, una mujer trans de 30 años a quien todos conocían como La Loba.
“Su ex pareja, quien en reiteradas ocasiones habría querido retomar la relación y no salir de su vida, le propinó 4 puñaladas en distintas partes del cuerpo, comprometiendo la zona delicada del corazón”, denunció en Facebook la activista Kiriam Gutiérrez e hizo un llamado a incluir “con una perspectiva trans, estadísticas tanto de crímenes por motivos de odio, género, sexualidad como los transfeminicidios a manos de parejas, exparejas, amantes o pretendientes” de las víctimas.
Esta semana los observatorios verificaron otros dos crímenes: Saray Moya Moreno, madre de dos hijos, asesinada por su pareja el pasado lunes 3 de julio en el poblado de Chambas, provincia de Ciego de Ávila, y Yunisleive Fernández, asesinada por su expareja enfrente de su hijo y de su madre el 23 de junio en el poblado de Torriente, provincia de Matanzas.
El caso de Fernández abrió una vez más la polémica sobre la respuesta de las autoridades cubanas ante los casos de violencia de género. La joven había ido cuatro días antes a denunciar a su agresor, quien la había golpeado “salvajemente”, provocándole heridas graves en su ojo izquierdo.
Al hombre no lo detuvieron. Se dio a la fuga tras cometer el crimen y la familia de la víctima denunció irregularidades en la investigación. “Todavía la Policía no ha recogido la ropa que llevaba puesta el día que la mataron”, dijo un primo suyo al medio independiente Cubanet.
No era la primera mujer que buscaba protección sin que las autoridades lograran impedir el crimen.
El 4 de febrero una adolescente fue asesinada frente a los propios agentes a los que le pedía ayuda. Leidy Bacallao, de 17 años, corrió a la estación de la policía del poblado Camalote, en el municipio camagüeyano de Nuevitas, luego de que su expareja la amenazara en una fiesta.
El Ministerio del Interior (MININT) emitió un breve comunicado confirmando lo ocurrido, sin mencionar que se tratara de un feminicidio, un delito que no está tipificado en el Código Penal vigente.
“Un individuo de 50 años, de pésima conducta social y con múltiples antecedentes penales, ultimó con el empleo de armas blancas a su expareja de 17 años, quien buscaba resguardo en la subestación de la Policía Nacional Revolucionaria de la comunidad. Como resultado de la respuesta de las fuerzas del orden interior, el autor del suceso resultó lesionado en la región lumbar”, dijeron entonces. Bacallao no era su única víctima. El asesino había maltratado a otras mujeres en el pasado.
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