Mientras las denuncias y reportes de asesinatos, robos en viviendas y asaltos en los espacios públicos han ido en aumento en Cuba en el presente año, el diario Granma, órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, insiste en el discurso propagandístico que presenta “la tranquilidad ciudadana” como "una de las grandes conquistas" del sistema socialista.
En un artículo publicado este lunes bajo el título “No existe impunidad, la orden de combate del Minint contra el delito es permanente”, su autor sostuvo que las noticias sobre hechos violentos que se publican en medios independientes y redes sociales forman parte de “la guerra mediática contra nuestro país y el empeño por presentar a Cuba como un Estado fallido”.
“Los enemigos de la Revolución en los últimos tiempos han enfocado sus armas contra el Ministerio del Interior (Minint) y, sobre todo, contra la Policía”, dijo.
El texto calificó a Internet como un “mundo paralelo” donde las redes sociales son utilizadas “de manera irresponsable e inescrupulosa” por personas que buscan difundir “noticias falsas e informaciones sin verificar”, con el propósito de “sembrar el pánico entre la población”.
Justo el mismo día de la publicación del referido texto en Granma, la prensa independiente publicó dos casos de asesinatos en la isla, el feminicidio de Alianni Rodríguez, de 25 años, en Matanzas, y la muerte violenta del rapero cubano Dayán Torres, conocido como El Masái, en La Habana, asaltado y agredido por cinco personas.
Con la muerte de Rodríguez, la cifra de feminicidios en lo que va de año en Cuba ascendió a 46, que representa 12 casos más que los documentados en todo 2022. Sin embargo, las organizaciones defensoras de derechos humanos que llevan estas estadísticas siempre advierten que la cifra real debe ser mayor, porque ellas trabajan con los casos que son publicados en redes sociales o les informan directamente.
La falta de transparencia informativa sobre los crímenes de violencia de género, o cualquier otro tipo de crimen o delito, constituye uno de los principales problemas identificados por activistas, académicos y periodistas del país a la hora de trabajar este tema.
En su texto, Granma citó datos ofrecidos por el coronel Hugo Morales Karell, jefe de brigada de Patrullas, de la dirección general de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), que no sostienen su afirmación acerca de la supuesta tranquilidad ciudadana.
“Los hechos violentos que han ocurrido y son descaradamente magnificados o manipulados por sitios digitales enemigos, constituyen apenas el 8,5 por ciento del total de delitos registrados en lo que va de año, y el 60 por ciento de los autores fueron detenidos e imputados”, refirió el periódico.
No obstante, sin la cifra total de delitos, ni las cifras de años anteriores, resulta imposible precisar si ese 8,5 por ciento corresponde a 10 hechos violentos, o 1.000; pues que sea una mínima parte del total de delitos no necesariamente puede significar que son pocos, si la cifra del total de delitos es alta.
Cuba, además, tipifica como delitos una serie de hechos que en sistemas democráticos forman parte de las libertades civiles y políticas, y ocupa el sexto lugar en el ranking de países con mayor población carcelaria del mundo.
“No existe pasividad ni impunidad ante las acciones delictivas, y, contrario a las matrices de opinión que se intentan establecer a través de las plataformas digitales, los hechos violentos que han ocurrido y son magnificados o manipulados, constituyen una pequeña parte de los delitos registrados”, insistió Granma.
Precisamente, la pasividad, la lentitud y la impunidad son parte de las denuncias constantes de muchas víctimas de hechos violentos y de sus familiares, que encuentran en las redes sociales o medios independientes una manera de ser escuchadas y exigir justicia.
A comienzos de este año, uno de los sucesos que mayor conmoción causó en la isla fue el asesinato de Leidy Bacallao, de 17 años, por parte de su expareja, en una estación de policía en Camagüey. La adolescente estaba huyendo de su victimario y creyó que en el sitio donde encontró la muerte podría ponerse a salvo, pero los oficiales presentes allí no intervinieron a tiempo.
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