BRUSELAS- Un hombre agredió a soldados con un cuchillo el viernes en Bruselas al grito de "Alá Akbar" y luego fue abatido, y otro, armado con un sable, fue detenido en Londres tras haber herido a policías delante del palacio de Buckingham.
El ataque de Bélgica fue rápidamente calificado de "terrorista" por las autoridades y la policía británica anunció que el asaltante había sido detenido "en el marco de la legislación antiterrorista".
Un hombre de 26 años, oriundo de Luton (a 50 km al norte de Londres), donde se están llevando a cabo registros, "gritó varias veces Alá Akbar" (Dios es el más grande, en árabe) y trató de agarrar un "sable de 1,20 m" que estaba en el suelo del asiento del pasajero de su vehículo, anunció el sábado la policía británica.
Ambos ataques ocurrieron en un contexto de aumento de atentados yihadistas en Europa, horas antes de una gran manifestación por la paz el sábado en Barcelona, tras los atentados de Barcelona y Cambrils (noreste de España) que dejaron 15 muertos y más de 120 heridos el 17 y 18 de agosto.
En Bruselas, la fiscalía federal belga indicó haber abierto una investigación por "intento de asesinato terrorista".
El asaltante, contra el que los soldados abrieron fuego, "murió", dijo a la AFP un portavoz de la fiscalía federal belga. Había "gritado dos veces Alá Akbar" (Dios es el más grande, en árabe) al atacar a dos militares, uno de los cuales fue "levemente herido".
El agresor, nacido en 1987, era un belga de origen somalí que tenía un domicilio en Brujas (noroeste), donde se llevó a cabo un registro durante la noche, indicó la fiscalía belga en un comunicado, que precisó que el hombre no tenía antecedentes vinculados con "actos de terrorismo".
El ataque tuvo lugar poco después de las 20H00 (18H00 GMT) en un bulevar en pleno centro de la capital belga, cerca de la Gran Plaza, una de las zonas "sensibles" donde patrullan militares armados.
"Escuché gritos y justo después dos tiros", contó a la AFP Yohan, que se encontraba en una terraza cercana al lugar del ataque. El testigo dijo que vio a "un militar sangrando en la mano y a un hombre en el suelo" que tenía barba y capucha.
En marzo de 2016, un doble atentado cometido por kamikazes que afirmaron pertenecer al grupo Estado Islámico (EI) dejó 32 muertos y más de 150 heridos en Bélgica, donde han ocurrido otras agresiones contra militares y policías desde entonces.
El sábado, el organismo encargado en Bélgica de la evaluación de la amenaza terrorista, el OCAM, mantuvo el nivel actual de 3 sobre una escala de 4.
En Londres, la policía también indicó que el nivel de amenaza seguía siendo "grave", lo que significa que un atentado es "muy probable".
El autor del ataque frente al palacio de Buckingham, detenido en el marco de la "Terrorism Act 2000", la legislación antiterrorista británica, detuvo su automóvil hacia las 20H35 (19H35 GMT) cerca de un vehículo de la policía, frente a la residencia de la reina Isabel II, que se encontraba en el castillo de Balmoral (Escocia).
Los policías, no armados, "vieron que llevaba un cuchillo muy grande en el coche y procedieron a detenerlo", según un comunicado de la policía británica. Tres de ellos fueron "levemente heridos" y dos fueron atendidos en un hospital, que abandonaron horas después.
"Pensamos que el hombre actuó solo y no buscamos otros sospechosos en este momento", declaró el comandante Dean Haydon, al mando de la dirección de las fuerzas antiterroristas. "Era normal que esto fuera tratado, de momento, como un acto terrorista", precisó.
Gran Bretaña se ha visto duramente golpeada por los ataques terroristas este año, con tres atentados reivindicados por el EI desde marzo. En Londres, asaltantes utilizaron en dos ocasiones un vehículo para embestir a los peatones antes de atacarlos con cuchillos, en marzo (5 muertos) y en junio (8 muertos). En mayo, un hombre se hizo explotar con una bomba artesanal a la salida de un concierto en Mánchester y causó 22 muertos.
En otras partes de Europa también se han producido otros ataques o presuntas tentativas de ataque recientemente.
[Agencia AFP]