El proceso legal iniciado por el cubanoamericano Javier García-Bengochea contra el gigante de cruceros Carnival por utilizar la terminal portuaria de Santiago de Cuba avanza en corte.
Un juez federal de distrito desestimó el martes una moción presentada por Carnival Corp. que alegaba que estaban operando en la isla con la autorización del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Este fallo abrió el camino al primer juicio amparado en el Título III de la Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubana (Ley Helms-Burton) y permitió al demandante presentar querellas similares contra Norwegian Cruise Line Holdings Ltd. y Royal Caribbean International.
El muelle de cruceros en Santiago de Cuba, ubicado en el puerto Guillermón Moncada, fue confiscado a la familia García-Bengochea a inicios de los años 60.
A raíz de conocerse que la terminal de cruceros estaba en disputa, José Antonio Olivares, director de la Empresa Servicios Portuarios de Oriente, dijo a la televisora local Tele Turquino que la propiedad que reclama García-Bengochea consistía en "espigones antiguos, tinglados de madera" donde "todavía hay restos de esas instalaciones que fueron quedando atrás en el tiempo por el nivel de deterioro, falta de actualización en sus procesos, en sus inversiones”.
Mickael Behn, de Havana Docks Corp., quien reclama la terminal de cruceros en el Puerto de La Habana, ha iniciado también demandas contra Norwegian Cruise Line Holdings Ltd., Royal Caribbean International y MSC Cruises.
Los precios se abaratan
La entrada en vigor del Título III de la Helms-Burton y la prohibición anunciada en junio por la Administración del Presidente Donald Trump de no permitir visitas a Cuba a través de embarcaciones de pasajeros y recreativas, incluidos cruceros y yates, han impactado grandemente a la industria de cruceros, abaratando los viajes hasta menos de $40 dólares la noche.
Un reporte reciente de Los Angeles Times que cita a la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros reporta la caída en los viajes, reflejada en “líneas de cruceros con cabinas vacías, muchas cabinas vacías y más de 800.000 reservas afectadas”.
“Las líneas de cruceros no quieren navegar con barcos medio vacíos. Así que rehicieron sus itinerarios, eligiendo visitar otras islas del Caribe además de Cuba”, declaró Denise Bialek, directora de Priceline Cruises al periódico angelino.
“La prohibición de viajar a Cuba fue ciertamente una interrupción inesperada, pero ha creado un mercado donde los cruceros son menos caros de lo que han sido en años”, dijo la ejecutiva.
[Con información de Miami Herald, CiberCuba y LATimes]