La migrante cubana que dio a luz en Nuevo Laredo a inicios de año llegó a Miami este miércoles con su bebé en brazos gracias a un parole humanitario.
Elayde Vilches Jiménez y su hija Emili Melania García hicieron titulares en más de una ocasión, por ser la primera bebé nacida de padres cubanos, varados en territorio mexicano, tras la eliminación de la política de “pies secos-pies mojados”.
Como símbolo de su esperanza, los padres nombraron a su hija Melania, en honor a la primera dama estadounidense, Melania Trump.
Madre e hija recibieron un permiso de residencia temporal en el país por razones humanitarias. Al año y un día podrán acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.
Pero la felicidad no es completa aún para ellas. Atrás, detenido en el puesto fronterizo migratorio, quedó su esposo, Yosley García López, quien debe esperar allí su proceso de solicitud de asilo político.
“Fue muy duro. Entramos los tres y tenía la esperanza de que nos soltaran a los tres pero no fue así. A él llegan y le ponen cadenas en los pies y lo ponen en un cuarto aparte”, dice con voz entrecortada por el llanto.
Vilches Jiménez indicó que al entregarse en la frontera, el 20 de mayo, fue tratada con hostilidad por las autoridades.
"Te dicen que te van a mandar para Cuba, que tú estás firmando tu propia deportación", indica la joven madre.
Ella y su esposo esperaron 5 meses en Nuevo Laredo, México, con la esperanza de que el presidente Donald Trump dispusiera mecanismos legales para permitir a cientos de cubanos en la misma situación entrar a Estados Unidos. Pasado un tiempo se convencieron de que esa ya no era una opción.
“Unos meses de mucha incertidumbre y de mucho dolor, porque todavía teníamos la esperanza de que el presidente hablara y nos diera la posibilidad de llegar. Pero al ver que no se solucionaba la situación decidimos entrar por la frontera”, detalla.
En un contacto con Martí Noticias, la portavoz del Servicio de Emigración y Aduanas, ICE por sus siglas en inglés, prometió explicaciones en las próximas horas sobre el proceso general que sigue el organismo a la hora de procesar a familias solicitantes de asilo político.
Vilches Jiménez bajó del ómnibus que la trajo desde Texas hasta Miami, profundamente abatida. Nos solo le preocupan los retos de construir una nueva vida en un país extranjero, sino que anhela criar a su hija junto a su esposo, y aún no tiene certeza para su sueño.
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En Estados Unidos no tienen familia, pero las recibió un amigo que salió con ellos de Cienfuegos el mismo día, rumbo a Ecuador, pero, a diferencia de Vilches Jiménez y su esposo, contó con el dinero para seguir camino mucho más pronto. Hace un año y medio que reside en el sur de la Florida.
"Me tocó ser padre antes de tiempo", bromea su amigo Idnar Héctor Randy. "Aquí uno recién llegado es bien difícil, pero bueno, ya está aquí con nosotros y con esa nena que nos trajo".
Esta madre cubana pasa a ser ahora pilar de una familia dividida por emigración y sus leyes, pero decidida a luchar por la reunificación.
"Que sea fuerte, que no se preocupe que yo voy a luchar para que él esté aquí conmigo y que lo queremos mucho", es el mensaje que le envía a su esposo en la distancia.
(Redactado por Lizandra Díaz Blanco, a partir de un reportaje de Ricardo Quintana)
