Los representantes de la oposición en Colombia al acuerdo de paz con las FARC rechazaron este lunes el nuevo pacto alcanzado con esta guerrilla, con la que pidieron reunirse, luego de un encuentro de más de seis horas con los delegados del gobierno.
"Insistimos esta noche en un acuerdo nacional para introducir unas modificaciones al acuerdo ajustado entre el Gobierno y la FARC. El Gobierno ha negado, esta noche, la posibilidad de este acuerdo nacional sobre temas sustanciales", declaró a periodistas el expresidente Álvaro Uribe, férreo opositor a las conversaciones con el grupo rebelde.
El exmandatario y actual senador se reunió, en compañía de otros voceros del "No" al primer acuerdo alcanzado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), rechazado el 2 de octubre en un plebiscito, con una delegación del gobierno de Juan Manuel Santos que les explicó el nuevo pacto alcanzado con los insurgentes el 12 de noviembre en Cuba, sede de las pláticas desde 2012.
Los opositores afirmaron que si no se incluyen algunos de sus pedidos en lo sellado hace una semana, que el gobierno y las FARC han calificado de definitivo e inmodificable, lo acordado "es apenas un retoque del acuerdo rechazado por los ciudadanos".
Entre sus requerimientos expuestos este lunes al nuevo convenio está que no se permita la elegibilidad política de responsables de delitos atroces mientras cumplen sus penas, eliminar el narcotráfico como conexo al delito político y que el acuerdo no entre a la Constitución, entre otros.
"El gobierno nos ha dicho que estos temas no son revisables", agregó Uribe, quien calificó de "fundamental" la refrendación popular de lo pactado o sobre "los puntos referidos de desacuerdo". Tanto el gobierno como la guerrilla se han mostrado favorables a la implementación del acuerdo a través del Congreso, donde hay mayoría oficialista.
"Tenemos toda la disposición de dialogar con el gobierno y las FARC sobre las modificaciones en los temas referidos. Para este diálogo proponemos aprovechar la presencia en Bogotá de los líderes de las FARC", que llegaron este lunes a la ciudad para preparar la firma de la paz, aún no definida, afirmó el expresidente.
Por su parte, el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, que participó en la reunión, hizo un llamado de urgencia para implementar el nuevo acuerdo por la "fragilidad" del cese al fuego bilateral vigente desde agosto, que en su concepto se hizo "evidente" tras un suceso la semana pasada en el que murieron dos integrantes de las FARC en un presunto combate con el Ejército en el norte del país.
El funcionario propuso un borrador de un acuerdo nacional para la implementación de lo convenido con el grupo insurgente, el principal y más antiguo del país, para superar un conflicto armado de medio siglo.
Para ello, realizó una declaración de un acuerdo nacional de diez compromisos para la implementación de lo pactado que incluye acuerdos sobre reformas necesarias para hacer frente a los retos de construcción de paz, monopolio de las armas por parte del Estado, apoyo al proceso de dejación de armas y reincorporación de los miembros de las FARC.
Además, recordó que el nuevo documento es el resultado de "días enteros" de renegociación con la guerrilla, tras el revés electoral que impedía implementarlo como en un principio se estipuló, a partir de propuestas de ajustes y cambios de la oposición.
"El resultado fue un nuevo acuerdo con cambios, ajustes y precisiones de fondo en prácticamente todos los temas", sostuvo De la Calle. Según el gobierno, lo convenido conlleva cambios en 56 de 57 puntos planteados por la oposición.