El grupo de 32 migrantes cubanos detenidos en Belice desde el verano pasado fue liberado en la tarde del jueves, reporta el diario El Nuevo Herald de Miami citando a un funcionario de la Prisión Central en Hattieville y a familiares de los liberados.
La fuente oficial precisó al medio miamense que el grupo de liberados incluye a 28 hombres y cuatro mujeres.
Parientes y amigos dijeron al Herald que esperan ahora que los migrantes se dirijan a México, país que los está recibiendo y ofreciéndoles un salvoconducto de 20 días para abandonar el país, y que luego sigan viaje hasta la frontera con Estados Unidos.
El martes, el ministro de Asuntos Exteriores beliceño, Wilfred Elrington, anunció al canal local News Five que el Ministerio de Recursos Naturales e Inmigración de Belice había dado la orden de liberar a los cubanos, los que ya habían cumplido su condena y pagado sus multas,y que estos serían puestos en libertad en breve.
Elrington dijo a News Five que no hay indicios de que los cubanos quieran quedarse en Belice y que, por tanto, no habría necesidad de mantenerlos encarcelados ni de escoltarlos hacia México.
Los cubanos entraron a Belice de forma ilegal hace varios meses en un recorrido similar al que miles de sus compatriotas realizan durante el prolongado éxodo de este año a través de Centroamérica y México hasta llegar a Estados Unidos.
Al entrar al país fueron arrestados por las autoridades migratorias y puestos a disposición de las autoridades judiciales por entrada ilegal al país.
La mayoría de estos cubanos fueron condenados a pagar una multa de $1.005 beliceños (unos $500 dólares americanos), y los que no tenían dinero para hacerlo debían cumplir cinco meses de prisión. Si bien casi todos los migrantes pagaron la multa, no se les concedió la libertad, sino que fueron obligados a permanecer en la Prisión Central.
Pedro Maytín, un cubano que fue detenido en Belice, y que aceptó ser deportado a Cuba por problemas salud, dijo a El Nuevo Herald vía correo electrónico que “las condiciones allí son horribles. El agua de beber es muy mala, no es agua 100 por ciento potable, es agua de charco. Allí estábamos presos con gente de todo tipo: violadores, narcos, asesinos y personas enfermas con sida y tuberculosis, y la misma dirección de la prisión ha comentado que no tiene los recursos para tratar a los enfermos”, señaló.
El periódico recuerda que el capítulo 156 del Acta de Inmigración de Belice regula el tratamiento a los extranjeros que intentan entrar al país sin documentos, a los que califica de "inmigrantes prohibidos", junto a "prostitutas y homosexuales", "idiotas o cualquier persona que esté demente o tenga una deficiencia mental", entre otras categorías similares a las empleadas en códigos legales ya en desuso en muchos países.