La economía es la cuarta prioridad del nuevo Consejo de Ministros de Cuba, a juzgar por el reporte de su primera reunión publicado en el periódico Granma con las conclusiones que hizo el gobernante Miguel Díaz-Canel para cerrar el encuentro.
“Díaz-Canel enumeró cuatro prioridades fundamentales: la batalla ideológica, frente a la actual plataforma colonizadora que nos quieren imponer y los intentos del gobierno estadounidense para desacreditar a la revolución; la defensa del país; el intenso ejercicio legislativo iniciado para apoyar la Constitución de la República; y la batalla económica”, enumera Granma.
El presidente designado hizo una advertencia a quienes pensaron que su llamado a “desatar las fuerzas productivas” era una convocatoria a fomentar la iniciativa privada. “No se puede confundir con privatización, pues ese no es nuestro camino”, declaró Díaz-Canel.
Lo que sí pidió, aclara el periódico, fue “analizar detalladamente qué se requiere destrabar de lo estatal y qué de lo privado para que la economía cubana sea más armónica y se dinamice”.
Fue la primera reunión del Consejo dirigida por el recién estrenado primer ministro Manuel Marrero, ex titular de Turismo. Las exhortaciones de Díaz-Canel, según puede entenderse de la nota publicada en Granma, iban de sugerir la importancia de la empresa privada a la advertencia de no confiar en ella.
Por primera vez después de varios años con una “tendencia sostenida al decrecimiento”, aumentó el número de empleados en el sector estatal, de acuerdo con la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Martha Elena Feitó Cabrera.
Al cierre de 2019 hay “4,515,200 cubanos ocupados en la economía; de ellos, más de 3 millones en el sector estatal”, para un incremento de 32,500 empleados, cita Granma a la ministra, sin especificar cifras en el sector privado.
Los participantes examinaron los problemas que afectan las inversiones, un tema presentado por el ahora viceprimer ministro y también ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández. Según él, antes de seguir haciendo inversiones hay que estudiar por qué las que ya se han hecho no dan los frutos previstos.
“Esta es una tarea en la que «le va la vida a la economía», pues no podemos aspirar a tasas de crecimiento superiores si no hacemos un proceso inversionista eficiente, porque ahí es donde está el crecimiento, en la inversión, por lo tanto, esto es algo que tenemos que transformar”, dijo Gil Fernández, según Granma.
En Artemisa y Mayabeque, donde han venido ensayando separar las administraciones provinciales y municipales de las delegaciones correspondientes del Poder Popular, “no se han obtenido los resultados previstos”, informó Leonardo Andollo Valdés, el segundo jefe de la Comisión encargada del experimento.
Cuando reseña los informes y los planes presentados por los ministros, el reporte de Granma está lleno de párrafos incomprensibles. Por ejemplo:
“Más adelante, el máximo órgano de Gobierno evaluó y aprobó la propuesta de política para la gestión de los inventarios, expuesta por la ministra del Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, la cual incluye la flexibilización de la gestión de inventarios ociosos y de lento movimiento y está encaminada a buscar una disponibilidad adecuada de los recursos destinados a la producción, comercialización y prestación de servicios, coordinando las funciones de compras y de logística en aras de reducir al mínimo posible los niveles de existencias”.
