El preso político, encarcelado por participar en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021, Juan Enrique Pérez Sánchez, se cosió la boca con alambres en protesta por maltratos y violaciones en la cárcel de Quivicán.
El padre de cuatro niños cumple en ese recinto de máxima seguridad una condena de ocho años de cárcel por los presuntos delitos de desórdenes públicos, desacato y sabotaje, que le fueron imputados tras su participación en las manifestaciones en el poblado de Vegas, en el municipio de Nueva Paz, de la provincia de Mayabeque. Ese día salió a la calle con un cartel que decía: “Era tanta hambre que nos comimos el miedo”.
Su esposa Dayana Aranda Batista, en entrevista con Martí Noticias, dijo que recibió una comunicación del director de la prisión, el Teniente Coronel "Lolo" y del Primer Teniente "Humberto" confirmando la situación de su esposo, quien se cosió la boca el 30 de septiembre, en el destacamento No. 3 de ese penal, en protesta por los abusos de las autoridades carcelarias y en reclamo de ser escuchado por el jefe de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios del Ministerio del Interior de Cuba (MININT) en la provincia de Mayabeque.
"Decidió coserse la boca en forma de protesta, imagínate cuatro puntadas con alambre en la boca, a sangre fría, con la boca cosida imposible que él pueda comer", declaró la esposa.
"Yo fui ayer y no me dejaron verlo, pero sí habló con Lolo. Lo que está pasando ya viene desde hace algún tiempo, desde el 10 de julio no tiene llamadas telefónicas, yo sé de él por otros presos amigos de él que hacen el favor de llamarme (...) ya no lo quieren sacar al patio a coger sol, más los malos tratos que sigue recibiendo por parte de los guardias. Entonces por ahí empezó el problema, a raíz del patio, porque sacan al destacamento y lo dejan a él trancado dentro del destacamento, y cuando viran con los otros reclusos que se acaba el patio, ya él tenía la boca cosida. Aparte de eso, lleva como tres semanas ya mandando a buscar a Pedro, para conversar sobre las situaciones que está teniendo ahora en la prisión. Pedro es el jefe de unidades, de todas las prisiones en Mayabeque, y entonces ahí en esa prisión los jefes no le hacen caso, no le prestan atención”, alertó Aranda Batista.
El preso político de 42 años ya ha realizado varias protestas desde que su encarcelamiento, en reclamo de derechos y ha denunciado el acoso reiterado por órdenes de la Seguridad del Estado, en represalia por su posición política.
Entre otros maltratos y violaciones, ha sido amenazado por reos comunes de alta peligrosidad, que actúan bajo las órdenes de los carceleros; le han robado alimentos y medicamentos que le ha llevado su esposa; y ha sido puesto en aislamiento tras protestar pacíficamente.
Durante el mes de julio, en conmemoración del segundo aniversario del estallido del 11J, fue al comedor de la prisión vistiendo una camiseta con consignas antigubernamentales, por ello fue golpeado por los guardias y enviado a una celda de castigo.
El día primero de septiembre, desplegó en el patio de la prisión una sábana que tenía escrito "Abajo la Dictadura" y "Libertad para los Presos Políticos". Esta acción le costó otro aislamiento, la prohibición de tomar el sol, y la amenaza del director de la prisión, con ser trasladado para una institución psiquiátrica.
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