Cuba es el único país del hemisferio cerrado completamente a las protestas públicas de acuerdo al informe anual de CIVICUS, la Alianza global de la sociedad civil.
El reporte publicado esta semana por el centro de monitoreo CIVICUS con el aporte de decenas de organizaciones internacionales sitúa a la isla entre los 24 países del mundo donde se reprime con más dureza al activismo cívico pacífico.
A partir de un análisis a los incidentes ocurridos desde octubre de 2018 a la fecha, el estudio califica a los gobiernos teniendo en cuenta el espacio que permiten a las libertades de asociación, reunión pacífica y expresión. Así los países quedan en cinco categorías: abierto, estrecho, obstruido, reprimido o cerrado.
"En Cuba, por ejemplo, los principales líderes de protesta han sido detenidos, sometidos a arresto domiciliario o amenazados antes o durante demostraciones programadas. La detención a corto plazo es utilizada por el Estado cubano como una táctica para prevenir las manifestaciones", asegura el informe que califica a Cuba como sistema cerrado.
CIVICUS también documentó denuncias de que en Cuba, Chile,
Nicaragua y Venezuela los detenidos en las protestas han sido víctimas de torturas y malos tratos. Además señaló que en países como Bolivia, Haití, Honduras, Nicaragua y Panamá hay reportes de manifestantes que han sido asesinados.
El informe cita entre las cinco mayores violaciones al activismo cívico en nuestro hemisferio: la detención de manifestantes y periodistas; los ataques contra periodistas; la intimidación y uso excesivo de la fuerza durante las protestas; la censura y el acoso.
El grupo considera que existe una crisis generalizada del derecho fundamental a la reunión pacífica y que a nivel mundial, los estados y actores no estatales por igual han usado fuerza injustificada y excesiva para dispersar protestas y ha habido detenciones de manifestantes pacíficos. Sin embargo destaca la vitalidad del activismo en países como Hong Kong, Sudán, Líbano y Chile donde los manifestantes se han lanzado a las calles.
La acción ciudadana no ha sido disuadida, la gente continúa movilizándose y ha ideado nuevos métodos para desafiar las restricciones al derecho a protestar, reconoce CIVICUS.