Cubanos de varios puntos de la isla manifestaron a Radio Martí su preocupación por los apagones intermitentes que están afectando tanto la cocción de los alimentos como la iluminación de los hogares, la seguridad y la vida cotidiana en general.
La situación vislumbra un segundo "período especial", a pesar de que el régimen cubano ha procurado restar peso a esa posibilidad, aunque sin dejar de hacer llamados a apretarse el cinturón.
Personas entrevistadas por el reportero Adriel Reyes para Radio Martí muestran su incertidumbre y malestar ante las infrahumanas condiciones de vida a que los somete la frecuente ausencia de la energía eléctrica en sus hogares y centros de trabajo.
Los cubanos temen no sólo que estos apagones intermitentes se mantengan como hasta ahora, sino que puedan empeorar en el futuro cercano.
Una situación que viene a complicar las cosas es una masa de mosquitos que, al no trabajar los ventiladores, ataca sin piedad a la población en general, pero sobre todo a los niños. Esta situación, unida al inclemente calor del verano en la isla, hace que sea prácticamente imposible conciliar el sueño durante las largas noches de apagones.
La posibilidad de que la isla se adentre en una crisis económica similar a la de los años 90, conocida como “período especial en tiempo de paz”, mantiene en vilo a los cubanos, y las protestas a viva voz en las colas y los atestados ómnibus no se hacen esperar.
Ya se observan algunas señales que han encendido la alarma entre la población, como la disminución dramática del transporte público en la capital, sobre todo en los horarios de mayor afluencia.
Con menos guaguas en la calle, a la población no le queda otro remedio que acudir con más frecuencia a los transportistas privados, que a su vez se quejan de que "el petróleo está perdido", y ya casi no se consigue ni en las gasolineras que venden en divisa.
La drástica reducción del alumbrado público en las calles cubanas tiene alarmada a la población, que se queja de las dificultades y los peligros que corren los que se ven obligados a transitar de noche.
El retiro de parte de las luminarias en calles y avenidas de la isla es parte de las medidas que ha tomado el gobierno cubano ante la crisis que encara Venezuela, principal aliado y benefactor de las autoridades comunistas.
El consumo de combustible se reduce un 28 por ciento hasta diciembre; la electricidad, en una proporción similar; y las importaciones, un 15 por ciento, o $ 2.500 millones, en una economía centralizada en la que 17 centavos de cada dólar producido se dedican a la importación.
Ante la crisis, el gobierno sólo atina a alertar a sus brigadas de respuesta rápida ante el temor de que el descontento conlleve a un estallido social y político.