El ex congresista federal estadounidense, Lincoln Díaz-Balart, dijo que el nombramiento del cubanoamericano John Barsa en su equipo de transición para el Departamento de Seguridad Interna por el presidente electo de EE.UU, Donald Trump, “es sumamente emocionante” y que “estamos ante una extraordinaria noticia”.
El ex legislador cubanoamericano abundó en entrevista con Martí Noticias, que Barsa es un “hombre brillante, profesional de éxito, un amante de la libertad y un patriota no sólo en relación con Estados Unidos sino en relación con Cuba”.
Preguntado sobre la experiencia de Barsa con respecto a Cuba, el codificador del embargo al régimen de Fidel Castro mediante la ley Helms-Burton, dijo que “Barsa es un experto en la temática de la isla y un amante de su libertad”.
Para Díaz-Balart es sumamente significativo que Barsa sea el cuarto cubanoamericano nombrado para el equipo de transición de Trump, pues denota una continuidad de un legado en la lucha a favor de las libertades en Cuba, iniciado por el exilio histórico.
Barsa, graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Internacional de la Florida, con una extensa experiencia en el sector público y privado, mayormente en empresas de alta tecnología, laboró como director legislativo en la oficina del ex congresista en áreas relativas con la defensa y la seguridad nacional.
En la oficina de Díaz-Balart laboró también el actual congresista republicano por la Florida, Carlos Curbelo.
El nombramiento por parte de Trump para su gabinete de los otros cubanoamericanos: Carlos E. Díaz-Rosillo, Mauricio Claver-Carone e Yleem Poblete, hace pensar en que el mandatario electo va a cumplir con su promesa de apretar las tuercas al régimen castrista.
La reciente muerte de Fidel Castro, por otra parte, es vista como un incentivo para exigir cambios verdaderos en Cuba por parte de la administración Trump.
Claver-Carone fue un destacado ejecutivo del US-Cuba Democracy PAC, para la asesoría del Departamento del Tesoro, que cabildeaba eficazmente a favor del mantenimiento de las sanciones económicas al régimen de la isla.
Poblete por su parte ha trabajado durante casi dos décadas en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU y está empapada de la problemática cubana.
Díaz-Rosillo ha sido profesor de asuntos de Gobierno en la Universidad de Harvard. Su investigación se ha centrado en la presidencia estadounidense, campañas y elecciones, liderazgo político y políticas públicas, entre otros temas.
Díaz-Balart estima que los cubanoamericanos nombrados para "el gabinete de Donald Trump indican que existe la continuidad de un legado político que pasó de la Cuba republicana, anterior a Fidel Castro, al exilio posterior a 1959", iniciada por hombres como su padre Rafael Díaz Balart y Enrique Ros, padre de la congresista Ileana Ros-Lehtinen.
Este legado supo a su vez "ejercer magisterio sobre las nueva generaciones de cubanos nacidos y formados en el exterior de manera que el tema de las libertades en la isla no ha sido olvidado", explicó el abogado cubanoamericano.
Estos nombramientos, por otro lado, "hacen fracasar una y otra vez las encuestas y los estudios que vienen anunciando hace más de treinta años los cambios en la diáspora isleña, cambios anunciados como aquiescencia y avenencia con la dictadura castrista".