Analistas políticos ven posible el hecho de que por primera vez, en más de 60 años, Cuba tenga un gobierno sin un solo Castro, pero alertan que la salida de otros líderes históricos también será necesaria para un cambio sustancial en la isla comunista.
La publicación especializada en temas políticos The Hill entrevista a Fulton Armstrong, exdirector de Asuntos Interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional que trabajó en temas de Cuba en el Departamento de Estado, la Casa Blanca y el Senado, quien asegura que la capacidad del actual mandatario Miguel Díaz-Canel para impulsar más reformas dependerá de si la vieja guardia los miembros del partido también renuncian, como se espera que lo haga Raúl Castro a su puesto de primer secretario del Partido Comunista de Cuba en su VIII Congreso que comienza hoy.
El experto señaló específicamente a José Ramón Machado Ventura y Ramiro Valdés Menéndez, ambos ahora en sus 80, que han ocupado varios puestos en la dirección del partido comunista.
“La pregunta no es si el politburó va a quedar sin Castro. La pregunta es si ellos también se retiran del politburó. Esos tipos son conocidos como intransigentes, pero también son unos duros", dijo Armstrong.
“Si se quedan, yo diría que es una mala noticia para Díaz-Canel. Porque todavía tendrá que vender sus propuestas a personas como ellos que no están a favor de reformas radicales”, declaró Ricardo Torres Pérez, profesor de Economía en la Universidad de La Habana.
El académico llamó la atención acerca de que la renuncia de Castro de 89 años al cargo que ocupa al frente del PCC desde 2011 en sustitución de su hermano Fidel Castro (1926-2016) marca un cambio de era.
“Todos esperamos que la vieja generación renuncie a todas sus funciones dentro del partido, incluido Raúl como primer secretario. Eso en sí mismo es importante. Marca el final de una era", declaró el profesor.
The Hill destaca que "si bien el fin del reinado de Castro es histórico, pocos están convencidos de que el cambio de liderazgo conducirá a un cambio radical para la nación isleña o su relación con Estados Unidos".
"Se espera que Castro deje el liderazgo del partido en manos del presidente Miguel Díaz-Canel, mientras que el resto del politburó no estará ocupado por la generación más joven más ansiosa por el cambio, sino por líderes de partidos de mediana edad, nacidos a raíz de la revolución", asegura el artículo.
La publicación de periodismo político estadounidense fundada en 1994 entrevistó también a Geoff Thale, presidente de la Oficina de Washington para América Latina, quien explica que “esta no es una transición dinástica - el nuevo liderazgo, aunque formado por los hermanos Castro y su legado, es la próxima generación del Partido Comunista de Cuba, no la próxima generación de la familia Castro”.
“El cambio generacional es bastante suave; no habrá grandes desacuerdos o conflictos políticos en la convención", adelanta Thale.
Esta valoración coincide con lo que adelanta este viernes el diario Granma, órgano del PCC, donde se descarta cualquier cambio: "Continuidad será el apellido de esta cita, que trasciende el proceso natural de tránsito de una generación a otra para convertirse en certeza perenne de que ¡Cuba Socialista Va!, hoy, y todos los años por venir".
La agenda de los cuatro días de congreso incluye según Granma temas como "la actualización de la Conceptualización del Modelo económico y social cubano de desarrollo socialista, la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, los resultados económico-sociales obtenidos desde el 7mo. Congreso, el funcionamiento del Partido, su vinculación con las masas, la actividad ideológica y el examen de la política de cuadros".
Cualquier postura relativamente liberal podría encontrar resistencia si la vieja guardia consolida su poder en el Congreso, alerta The Hill.
La tensión, dijo Armstrong, es que la generación de Díaz-Canel entiende que el partido está viendo un número cada vez menor de personas que buscan unirse a sus filas y los más jóvenes quieren ser parte de algo emocionante frente al control totalitario.
El diario español El País entrevista al exdiplomático y miembro del partido comunista Carlos Alzugaray, quien adelanta que Díaz-Canel tendrá "mayor discrecionalidad y poder de decisión del que ya tiene a partir de que sea elegido primer secretario del PCC" y alerta que el “principal obstáculo” con el que deberá lidiar seguirá siendo “la prevalencia de una vieja mentalidad en todo el aparato del Gobierno y del partido que hace resistencia al cambio”.
“Si en definitiva se retiran todos los históricos junto a Raúl y ello significa el retiro del actual segundo secretario, José Ramón Machado Ventura [identificado con los sectores más ortodoxos], entonces es lícito suponer que su sustituto sea alguien de la mayor confianza de Díaz-Canel, quien incrementará su autoridad en todo lo que se refiere al manejo del aparato del partido. Y es importante recordar que es ahí donde se decide la promoción, rotación y remoción de los cuadros”, señala Alzugaray en El País.
El diario español remarca que aunque casi todos los dirigentes del partido a nivel municipal y provincial nacieron después de 1959, los miembros de la vieja guardia han seguido ocupando cargos relevantes, compartidos con dirigentes de una generación intermedia. Pero en "el núcleo duro del PCC, el buró político, su más alta instancia, la edad promedio es de 69 años y ocho de sus 17 integrantes tienen más de 75 (cinco de ellos son militares)".
El periódico español reconoce que la designación de Díaz-Canel al frente del país fue un proceso orquestado por el general Castro: "La entrega del testigo a una nueva generación ya se ha producido de hecho en el Gobierno. El presidente del país, Miguel Díaz-Canel, cumple 61 años el próximo martes, y el primer ministro, Manuel Marrero, nació en 1963. Fue Raúl Castro quien seleccionó a Díaz-Canel como su sucesor en la presidencia, después de haberlo calificado como el “único superviviente” de una generación de dirigentes que en diferentes momentos fueron aupados por los históricos para garantizar la sucesión y supervivencia de la revolución, pero que en su mayoría cayeron en desgracia".