Diomar Antonio Acosta, de Manzanillo, provincia Granma, arribó a las Islas Caimán el primero de mayo último en una precaria embarcación junto a otros 19 compatriotas, tras una travesía de poco más de 24 horas.
Junto a sus compañeros de aventura, dedicó varias semanas a construir el artilugio en un territorio intrincado en el monte, para evitar ser detectados por los efectivos de Tropas Guardafronteras.
Hoy, Acosta es uno de los 78 cubanos que permanecen a la intemperie en Breakers Civic Center, un reclusorio para extranjeros en el territorio caimanés en medio de un brote de varicela que afecta a una veintena de migrantes y la incertidumbre sobre un destino que se debate entre la posibilidad de asilo político y la repatriación.
“Optamos por salir de las barracas, para evitar el contagio, y acampar en el exterior con tiendas de campañas improvisadas. Sacamos los colchones y ahí estamos viviendo, porque las autoridades no hacen nada por aislar a los enfermos”, dijo Diomar a Radio Televisión Martí.
Según el Departamento de Aduanas y Control Fronterizo (CBC por sus siglas en inglés), actualmente hay 186 migrantes de Cuba bajo custodia de este organismo gubernamental, la mayoría procedente de las provincias orientales cubanas.
“Queremos estar en un país donde exista sensibilidad, respeto a las leyes y a los derechos humanos, y no en un país donde se reprime a los emprendedores que buscan labrarse el futuro en paz, tranquilidad. Eso no lo podemos lograr en Cuba”, explicó el migrante, que dijo haber trabajado en la Marina Hemingway, en La Habana.
A unas 150 millas al sur de Cuba, Islas Caimán, (Grand Caimán, Caimán Brac y Little Caimán), territorio de ultramar dependiente del Reino Unido, recibe cada año docenas de embarcaciones con migrantes cubanos que llegan a sus costas a expensas del mal tiempo y otros imprevistos que surgen en una travesía que, por lo general, culmina en Honduras, desde donde más tarde emprenden el camino hacia Estados Unidos.
“Me pongo la mano en el corazón para pedirle al gobierno de Estados Unidos que, si aquí no nos quieren, nos tienda una mano y nos conceda asilo político”, agregó.
En el centro de detención, son una veintena los cubanos que han contraído varicela. Algunos se han quejado de la falta de medicamentos. “Nos tratan como si fuéramos una plaga, ahora dicen (las autoridades) que estamos aquí porque el gobierno no tiene local donde meternos”, dijo Yosbel García que lleva dos meses en Islas Caimán.
En una información que recoge el medio local Cayman Compass, CBC informó que carece de inmuebles para alojar a los migrantes que pernoctan en el exterior de la referida instalación para evitar contraer la varicela.
Datos oficiales dan cuenta de que, en el primer y segundo trimestre de 2022, el gobierno gastó unos $450,000 en la manutención de los migrantes cubanos, mientras que, en 2021, el gastó por ese concepto fue de $946.097,06.
Las autoridades calculan que el costo de mantener a cada migrante oscila aproximadamente entre $100 y $150 por día. Esto incluye alimentación, vivienda, atención médica, seguridad y otros gastos.
Según CBC, entre los factores que contribuyen a los altos costos, además de la custodia, destacan los retrasos en recibir la autorización para la repatriación del Gobierno de Cuba, retrasos en el proceso de apelación a la solicitud de asilo, las necesidades de alojamiento (por ejemplo, para familias, niños y mujeres embarazadas), y medidas excepcionales de seguridad.
Ocho cubanas, tres de ellas embarazadas
“Todos estamos en el proceso de asilo político. Aquí hay personas que llevan tres meses y han sido entrevistadas hasta dos veces y aún los mantienen retenidos”, argumentó Yosbel García, y añadió que en la instalación hay cinco cubanas, otras 3 embarazadas fueron trasladadas a un albergue para evitar complicaciones.
Radio Televisión Martí pidió información sobre el caso de los cubanos y el brote de varicela, entre otras cuestiones, mediante correo electrónico a Simone Lynch, Subgerente de Información del Servicio de Control de Aduanas y Fronteras, quien respondió: “Su solicitud está siendo procesada bajo los términos de la Ley de Libertad de Información. Realizaremos las investigaciones necesarias para dar respuesta a su solicitud en el plazo señalado de treinta (30) días naturales", lo que inlcuye los fines de semana y feriados.
Por su lado, Martha Connolly, directora de Comunicaciones del Ministerio de Fronteras y Trabajo, respondió por la misma vía, simplemente, que “su nuestra solicitud ha sido recibida”.
"Lo peor que nos puede pasar es que nos devuelvan a Cuba"
Luis Alberto Rodríguez, también de Manzanillo, considera que ha sido una irresponsabilidad del gobierno que no atendió el problema del brote de varicela con prontitud.
“Reportamos el primer caso de viruela y no hicieron caso, llegaron a los tres días. Entonces ya se había propagado la enfermedad, y no fue hasta que el hombre se llenó de ampollas, aquejado de picazón y fiebre, que lo llevaron al hospital”, comentó.
Para Abraham Correa, al margen de las condiciones actuales de tener que vivir a la intemperie por las razones antes expresadas, hay una preocupación mayor.
“Mi primera preocupación es el asilo político, que me otorguen asilo; no solo a mí, sino a todos mis compañeros cubanos. Lo peor que nos puede pasar es que nos devuelvan a Cuba”, sentenció el joven manzanillero.
Entre otras razones, argumentó que fueron las ansias de vivir en libertad las que lo impulsaron a lanzarse a esta aventura. “Yo, realmente, lo volvería a hacer”, concluyó.
En abril de 2015, el gobierno de Islas Caimán firmó un Memorando de Entendimiento con el gobierno cubano en materia migratoria, en el que se introdujo un cronograma para el intercambio de información entre los dos países para acortar el tiempo entre la llegada y la repatriación de los migrantes.
En 1999, los dos países habían acordado prohibir la ayuda a los migrantes cubanos que se encuentren en las aguas de Gran Caimán, y repatriar a aquellos que arribaran a ese territorio, ubicado al noroeste de Jamaica.