El dólar estadounidense llega a cotizarse, al cambio según la tasa de referencia del mercado informal, a 400 pesos cubanos. Mientras el MLC, la moneda libremente convertible, presenta una caída libre.
El poder adquisitivo del cubano de “a pie” se contrae, lo mismo que el valor del peso cubano, en un reflejo del crítico estado de la economía cubana en momentos en que el país está dolarizado.
En diciembre de 2023, el primer ministro castrista, Manuel Marrero Cruz, decía que tenía que detener el aumento del precio del dólar en el mercado informal.
Un año después, en diciembre de 2024, Marrero Cruz decía que no se había podido parar el incremento de la moneda estadounidense y no tuvo más remedio, según sus críticos, que seguir su cause, reconocerlo y dolarizar el país en un desesperado intento por captar divisas.
Las redes sociales se han hecho eco del fenómeno. En poco tiempo, la experiencia se generalizó a todo el país. Las tiendas en dólares contribuyeron al aumento del valor cambiario de la moneda estadounidense frente al peso nacional. El cubano de “a pie” ha visto como su poder adquisitivo se contrae.
De esta forma se amplía cada día la brecha entre quienes tienen acceso a los dólares y quienes solo dependen de su salario en moneda nacional, y el principal beneficiado es el Estado partido.
Como dice este joven al referirse a las FAR (es decir, las Fuerzas Armadas Revolucionarias): estos establecimientos están bajo la sombrilla de los militares cubanos, que son, a final del día, quienes rigen los designios del país.
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