El Observatorio de Libertad Académica (OLA-Cuba) criticó el reciente acuerdo de cooperación firmado entre el Prisca Sapientia Institute, con sede en Suiza, y la Universidad Agraria de La Habana, calificándolo como un intento de legitimación internacional del sistema universitario cubano pese a su historial de censura, control político y ausencia de autonomía.
El convenio —suscrito durante la visita de una delegación italiana y suiza al Ministerio de Educación Superior (MES) en el marco de la Convención “Agricultura y Empresa”— contempla la creación de maestrías y doctorados en ciencias agropecuarias y la cooperación con varios centros de investigación estatales vinculados al sector agrícola.
"Llevamos tiempo alertando sobre la diplomacia académica en la que el régimen cubano ha desarrollado experticia. Esto hay que mirarlo con lupa. Estamos hablando de una institución privada, el Instituto Prisca, que pertenece a la Universidad de Zúrich, que sí es pública", precisó la historiadora de arte y académica Omara Isabel Ruiz Urquiola, directora de OLA-Cuba.
Ruiz Urquiola advirtió que el acercamiento se produce pese a que el sistema universitario europeo opera bajo normas que priorizan autonomía, libertad académica y neutralidad política.
"Es preocupante cómo estas instituciones legítimas del mundo democrático, nada más y nada menos que suizas, se acercan mediante los parlamentarios europeos del bloque socialista a la universidad cubana", dijo.
Asimismo, señaló que los avances científicos que el Gobierno atribuye a la Universidad Agraria y otros centros estatales “no se han visto en la práctica” y que el deterioro del sistema productivo cubano evidencia la brecha entre la retórica oficial y la realidad.
Para la profesora, la visita del Prisca Institute y los acuerdos firmados representan “diplomacia política vestida de intercambio académico”.
En un comunicado reciente OLA-Cuba denunció “las discrepancias entre los principios que rigen al Prisca Sapientia Institute y las directrices políticas unipartidistas y obligatorias que sigue el Ministerio de Educación Superior de Cuba”.
La organización sostiene que el régimen utiliza estos acuerdos para proyectar una imagen de apertura que no se corresponde con la realidad. Según la organización, se trata de “una forma de legitimar el simulacro de desarrollo académico” en un sistema donde se expulsan estudiantes y profesores por discrepancias políticas y donde no existen instituciones educativas privadas.
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