Aunque cada vez gana más terreno, Internet no ha podido imponerse a la radio como el medio con mayor audiencia en todo el mundo. Y al igual que los otros, la radio se sirve también de internet para llegar a su público.
En el Día Mundial de la Radio, y a punto de cumplir ya 35 años el 20 de mayo, Radio Martí no es la excepción.
“Alentar y promover el acceso a la información, a la libertad de expresión y a la igualdad de género”, dijo el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a propósito de la fecha, en una convocatoria que recuerda la misión de Radio Martí.
El gobierno de La Habana nunca ha disimulado su aversión a las transmisiones de noticias para Cuba auspiciadas por el gobierno de Estados Unidos. En los encuentros bilaterales con representantes de Washington, tanto durante la apertura de relaciones que decretó Barack Obama como ante la presunta “hostilidad” de otras administraciones, hay una petición recurrente de los enviados del régimen: el cierre incondicional de Radio Televisión Martí.
Ahí está el mejor reconocimiento de que cumple su papel.
A principios de los años 80 la idea no era nueva: la existencia de una Radio Europa Libre hacía pensar que Cuba también necesitaba una Radio Cuba Libre. Cinco nombres encabezan la lista de las personas a las cuales se debe que el propósito se hiciera realidad: el líder del exilio cubano Jorge Mas Canosa; el presidente de Estados Unidos Ronald Reagan; el congresista floridano Dante Fascell, y los senadores Paula Hawkins (también de la Florida) y Jesse Helms, de Carolina del Norte.
Fue la orden ejecutiva número 12323 de Reagan la que estableció la Comisión Presidencial de Radiodifusión a Cuba el 22 de septiembre de 1981. Le encargaba hacer un plan para instrumentar las transmisiones de radio hacia la isla y presentarlo a la Casa Blanca a más tardar el 1ro de octubre de 1982.
Entre tanto, con Midge Decter, William P. Stedman Jr. y Robert W. Zimmerman, la organización no gubernamental Radio Broadcasting to Cuba, Inc. se ocupó de acopiar fondos privados y públicos para encaminar el plan.
Dos proyectos de ley corrieron paralelamente en la Cámara y el Senado en 1982 con el fin de darle carácter legislativo a la creación de Radio Martí como un programa para Cuba de la Voz de las Américas.
En la Cámara de Representantes fue el congresista Dante Fascell quien más arduamente promovió la necesidad de que Estados Unidos hiciera llegar a los cubanos la información que el gobierno de su país les negaba, hasta que el 10 de agosto de 1982, con una votación de 245-143, el pleno le dio luz verde. Las audiencias en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado tuvieron lugar los días 1ro y 27 de julio, y el 19 de agosto de 1982.
Pero no fue hasta el 10 de septiembre del año siguiente que el proyecto consiguió una mayoría de 11 a 5 en ese Comité. Tres días más tarde fue aprobado en el pleno del Senado y por fin llegó a la Oficina Oval para que el Presidente Reagan lo firmara el 4 de octubre de 1983.
“Aquí Radio Martí, programa del servicio para Cuba de la Voz de los Estados Unidos de América, transmitiendo desde Washington, capital de los Estados Unidos”, fueron las palabras del periodista Humberto Medrano al amanecer del 20 de mayo de 1985. El decano de los locutores cubanos Moisés López iniciaba las transmisiones en vivo con un “Buenos días Cuba”.
Desde los primeros momentos, La Habana hizo todo lo posible para interferir la señal de la emisora “enemiga”, pero fue en vano.
“Si no hubiera sido por Radio Martí, no me entero de que se cayó el Muro de Berlín, pero me enteré en seguida y llamé a todos mis amigos”, le contó en 2015 a la BBC una economista identificada como Ana. “Esa noticia le dio la vuelta al mundo, pero en Cuba la prensa nacional no le dio la menor importancia”, dijo.
En 1996, los estudios de Radio Martí se mudaron de Washington a Miami. Aquí, en medio del bullicio matutino de la redacción, mientras suenan los teléfonos y los presentadores van a las cabinas de transmisión para dar un boletín de noticias, o a las de grabación para hacer una entrevista, dos periodistas ofrecen sus impresiones sobre el valor del medio en este Día Mundial de la Radio.
“La radio es familiar; para mí que soy host [anfitriona de un programa], me gusta decirle a la gente: escúchame como si estuviera en la sala de tu casa, como si nos estuviéramos tomando un café”, dice la periodista Exilda Arjona, presentadora del espacio matutino de Radio Martí Levántate Cuba.
Es esa familiaridad, ese mundo interior, es llegar ahí, como si estuvieras viendo a los oyentes y como si ellos estuvieran viéndote a ti, comenta Arjona.
“Para mi tiene una misión importante, que es comunicar”, añade. “La radio llega a tanta gente a pesar de los pesares, y a pesar de la tecnología, a pesar de la internet. Creo que la radio, por mucho que pase, nunca va a ser superada por ningún medio”.
Para el veterano periodista, historiador y documentalista cubano Pedro Corzo, la radio es también un asunto de tradición en la cultura cubana dentro y fuera de la isla.
“Los cubanos tenemos una cultura radial muy arraigada”, dijo Corzo. “Oímos el radio donde quiera que tengamos oportunidad, ya sea para noticias o para programas de entretenimiento. La radio, por su capacidad de llegar a los públicos más remotos, por la capacidad que tienen las ondas radiales de extenderse, es insustituible”.