Estados Unidos ve en el cambio político en Bolivia una oportunidad para fortalecer su presencia en América Latina y promover una nueva etapa de cooperación basada en la libertad económica y la democracia, afirmó este lunes el subsecretario de Estado Christopher Landau.
Durante una conferencia de prensa virtual con medios de la región, Landau calificó la llegada al poder del presidente Rodrigo Paz como “un renacimiento” en las relaciones bilaterales y el cierre de un ciclo dominado por gobiernos aliados del llamado socialismo del siglo XXI.
“El socialismo del siglo XXI está muerto en Bolivia”, aseguró el funcionario estadounidense, quien representó al presidente Donald Trump y al senador Marco Rubio en la ceremonia de toma de posesión celebrada en La Paz.
Un nuevo comienzo para las relaciones con Bolivia
Landau anunció una serie de medidas de cooperación inmediata con el nuevo gobierno boliviano, incluyendo asistencia financiera para el abastecimiento de combustibles, donaciones médicas por más de 700.000 dólares y apoyo al desarrollo de infraestructura tecnológica mediante la empresa Starlink, que busca mejorar la conectividad a internet en el país.
“Queremos apoyar al gobierno y al pueblo de Bolivia en estos momentos de crisis económica”, dijo el diplomático, quien explicó que Washington trabaja con el Ex-Im Bank y organismos multilaterales para facilitar líneas de crédito destinadas a estabilizar el suministro energético.
El funcionario destacó además que la relación bilateral se basará en el respeto a la soberanía, pero con un énfasis en la iniciativa privada como motor del desarrollo. “A largo plazo, los países prosperan no solo con asistencia, sino con oportunidades económicas reales que generen crecimiento y empleo”, apuntó.
Washington apunta a reconstruir alianzas democráticas
Landau aprovechó el encuentro con la prensa para subrayar que la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina busca “promover el crecimiento económico y las oportunidades reales, impulsadas por el sector privado y el fortalecimiento institucional”.
Durante su visita a Bolivia, el subsecretario sostuvo reuniones bilaterales con los presidentes de Argentina, Ecuador y Paraguay, así como con el canciller de Panamá, en lo que describió como una agenda enfocada en la cooperación regional.
“Estamos viviendo un momento de renacimiento en nuestras relaciones hemisféricas”, dijo, al recalcar que Washington quiere ser “un socio confiable para las democracias de la región”.
Cuba, Venezuela y Nicaragua: regímenes bajo observación
En su intervención, Landau fue consultado sobre la influencia de actores externos en América Latina, entre ellos Irán, y los vínculos que gobiernos del eje bolivariano mantuvieron durante las últimas décadas.
El subsecretario respondió que esa cooperación “ha sido muy alarmante” y anticipó que con la apertura del nuevo gobierno boliviano podrían conocerse detalles sobre acuerdos y alianzas con regímenes como los de Irán, Nicaragua, Venezuela y Cuba.
“Vamos a ver muchas cosas sorpresivas cuando se conozcan los archivos de los últimos veinte años”, señaló, en referencia al periodo de gobiernos afines al socialismo regional.
El diplomático insistió en que Estados Unidos mantendrá su compromiso con las democracias del hemisferio, mientras seguirá vigilando la injerencia de regímenes autoritarios que, dijo, “han fracasado en su modelo económico y político”.
Seguridad y crimen organizado, prioridades compartidas
Landau también abordó la amenaza del narcotráfico y el crimen organizado, que describió como “una cuestión de seguridad nacional” para Estados Unidos.
“El narcotráfico no puede verse como un problema de un solo país. Se ha extendido por todo el hemisferio, infiltrando estructuras económicas y políticas”, advirtió.
Aunque aclaró que no se discutió el posible retorno de la DEA a Bolivia, el subsecretario aseguró que Washington está dispuesto a cooperar “bajo el marco que el nuevo gobierno establezca”, con el objetivo de garantizar la seguridad ciudadana y frenar las redes criminales transnacionales.
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