Los abogados que representan a un grupo de balseros cubanos, actualmente bajo custodia del Servicio de Guardacostas de EE.UU,. radicaron el martes una moción de urgencia ante la corte federal del Sur de la Florida para que se permita a todos permanecer en los Estados Unidos.
El grupo de 21 cubanos llegó el viernes pasado al faro American Shoal Light, a unas cinco millas de Sugarloaf Key, un punto que puede, o no, ser considerado territorio estadounidense. Si se estima que no lo es, serán repatriados, pero si lo es, podrán quedarse, bajo la política de pies secos, pies mojados.
"Esperamos que esto impida que el Servicio de Guardacostas los envíe de vuelta a Cuba", dijo la abogada especializada en inmigración Virlenys Palma a la estación local de la cadena CBS.
"Estamos proporcionando fotos y la historia del faro para demostrar que está en territorio de los Estados Unidos y es administrado por Estados Unidos", agregó.
La moción fue radicada a nombre del Movimiento Democracia y seis de los inmigrantes cubanos. Todos se encuentran a bordo de un escampavías de los guardacostas en alta mar, donde funcionarios de Inmigración los someten a las entrevistas rutinarias que determinarían su destino.
La mañana del viernes pasado los balseros fueron avistados cerca del faro por alguien que notificó a la Guardia Costera. Cuando esta llegó al lugar, los cubanos saltaron de su bote rústico y nadaron hasta la estructura, se treparon a ella y permanecieron allí hasta pasadas las 5 de la tarde, cuando accedieron a entregarse.
Los abogados de los cubanos confán en un fallo judicial federal de 2006, cuando un juez permitió quedarse a un grupo de inmigrantes cubanos que llegó a un puente desactivado junto al famoso Puente de las Siete Millas que conecta a varios cayos de la Florida. El activista exiliado cubano Ramón Saúl Sánchez dice que ese caso sentó un precedente.
En enero de 2006, el grupo de 15 inmigrantes cubanos que había llegado al puente contiguo al de las Siete Millas fue repatriado por las autoridades de Inmigración. Como se encontraban en una estructura que no tiene conexión actual con tierra firme, las autoridades entendieron que no habían llegado a territorio de EE.UU.
Luego que familiares de los deportados presentaran una demanda, el juez federal Federico Moreno dictaminó que Inmigración había actuado ilegalmente. De los 15 repatriados, 14 recibieron visados en La Habana para regresar a EE.UU. Sólo que Cuba no les dio permiso de salida y únicamente consiguieron llegar lanzándose de nuevo al mar en una lancha.
"El faro se llama ‘American’ Shoal. Está en aguas territoriales de los Estados Unidos, funciona con fondos de los EE.UU., es un monumento histórico y se encuentra en una especie de reserva marina donde un estadounidense puede ser multado por pescar", dijo el líder del Movimiento Democracia, Ramón Saúl Sánchez, a Martí Noticias.
No obstante, Sánchez cree que el grupo podría ser repatriado este jueves. "Las repatriaciones son los jueves, pero si un juez determina que estaban en territorio estadounidense reclamaremos legalmente que se les envíen visas a La Habana. A los del Puente de las Siete Millas los retuvieron en Cuba porque existía entonces la llamada tarjeta blanca, (negación de salida del país), pero ya no existe, y ya no tienen un pretexto para impedirles salir", agregó.
El faro de 109 pies de altura, fue construido en 1880 y se levanta sobre una plataforma octagonal de 10 pies de profundidad. En 1990, la estructura fue la imagen de un sello de 25 centavos emitido por el Servicio Postal de EE.UU.
El Nuevo Herald cita como un posible argumento en la corte un libro de 1977 titulado “El régimen jurídico internacional de las islas artificiales”, de Nicolas Papadakis. El autor se remite acerca de la soberanía de los faros al Fiscal General de Inglaterra y Gales entre 1893 y 1900, Charles Russell, barón de Killowen.
“Si el faro ha sido construido sobre una roca o sobre pilotes anclados al lecho marino, se convierte en parte del territorio de la nación que lo construyó”, escribió Rusell, “y como parte del territorio, cuenta con todos los derechos inherentes a la protección del territorio, ni más, ni menos”.