Tres candidatos presidenciales españoles, Albert Rivera, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sostuvieron anoche un debate público organizado por el diario El País, que pudo seguirse en internet y en varias redes sociales. También televisado para el web site de este periódico, la controversia tuvo la notable ausencia del presidente Mariano Rajoy, quien declinó la invitación, por lo que su atril estaba vacío.
A menos de un mes de las elecciones generales de España, tres jóvenes candidatos se perfilan como fuertes contrincantes para el Partido Popular (derecha), actualmente en el poder. De no ganar Rajoy estas presidenciales, sería la primera vez que un presidente español no repita al frente del ejecutivo.
Rajoy, que estaba en París en la Cumbre del Clima, propuso enviar a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, pero los convocantes no aceptaron pues se trataba, explicaron, de un panel para candidatos a la presidencia.
El más joven de todos, Albert Rivera (35 años), líder del partido Ciudadanos, fue el único que llevaba corbata. Pablo Iglesias, por el partido anticapitalista Podemos, apareció con su tradicional camisa blanca remangada y su larga cabellera recogida con una coleta, mientras que el nuevo primer secretario del PSOE, Pedro Sánchez, llevó camisa blanca y chaqueta. Los tres discutieron acaloradamente sobre cómo sacar a España de la crisis económica en que se encuentra desde 2007. Perfilaron sus programas y fueron preguntados por el público presente en el plató, desde las nueve de la noche (hora peninsular).
Rivera, tildado por alguna prensa y por parte de la ciudadanía como un representante de la nueva derecha (ultra, para algunos), de alcanzar la presidencia presentará un cambio de modelo laboral, un contrato único y estable, según dijo. Además, su partido ofrecerá un complemento salarial a desfavorecidos para llegar a fin de mes, y sacará de la desprotección a los trabajadores autónomos. También aspira a ganar ampliamente en Cataluña en las próximas elecciones.
Podemos, según manifestó Iglesias, trabajará fuertemente contra el fraude fiscal, creará 3 mil puestos de trabajo, acabará con la temporalidad laboral y hará lo posible por retornar a los emigrados de estos últimos tiempos. Iglesias es el único de los tres que reconoce un plesbicito para Cataluña. Sus compañeros de atril lo creen anticonstitucional.
El líder del PSOE (Partido Socialista Obrero Español, tradicional, de izquierda y alternante con el PP) no ofreció un plan, sino se dedicó a criticar a su opositor de toda la vida, el PP. Pedro Sánchez es joven y empático, pero tiene en su contra la decepción de cientos de miles de votantes a este partido, luego de la mala gestión de José Luis Rodríguez Zapatero.
Pablo Iglesias aprovechó el debate para remontar, luego de una fuerte caída que sufrió Podemos en los últimos meses, pero se le vía cansando, además de que ha bajado un poco el tono. Así y todo, los participantes del debate on line -el primero de este tipo en la historia de la democracia española- dieron a Iglesias como ganador, según publicó El País.
Rivera intentó demostrar que Ciudadanos no es un partido más, sino una verdadera alternativa al bipartidismo (según encuestas se perfila como la segunda fuerza política en intención de votos), y Sánchez, con menos recorrido mediático, se examinó ante los electores y también ante su partido.
En el primer tercio del debate, Rivera y Sánchez cruzaron palabras contundentes dejando un poco al margen al antisistema Pablo Iglesias. Por un momento el careo recordó el tradicional ajuste de cuentas entre PP y PSOE, precisamente lo que intenta quitarse España de encima para poder avanzar.
Es cierto que un verdadero cambio político sería que Iglesias llegue a la presidencia, pero el precio a pagar por eso es lo que estaría por ver, teniendo en cuenta su carácter anticapitalista y sus intenciones de nacionalizar grandes empresas.