El consulado de Cuba en EE.UU. quedará con un solo funcionario para atender a la numerosa comunidad de la Isla en ese país, adelantó el canciller del gobierno de Raúl Castro, Bruno Rodríguez, previendo una "situación de extraordinaria precariedad" en la sede diplomática tras la expulsión de la mayoría de su personal anunciada por Washington el martes.
"La situación del consulado de Cuba en EE.UU. es de "extraordinaria precariedad, a partir de que después de la decisión de retornar personal, ha quedado un solo funcionario consular en Washington", insistió Rodríguez.
El Departamento de Estado entregó ayer al embajador cubano José R. Cabañas una lista de 15 nombres para que abandonen Estados Unidos en un plazo de siete días, debido a la incapacidad de la Habana para proteger a los diplomáticos estadounidenses y en busca de una equidad en las operaciones de ambas embajadas después que se ordenara una reducción del 60 % en el personal de la sede diplomática de EE.UU. en La Habana.
Una lista diplomática publicada por la cancillería estadounidense en el verano de 2016 relacionaba 26 funcionarios en la Embajada de Cuba. Dos fueron expulsados en mayo pasado como protesta por los misteriosos ataques que han afectado la salud de 22 de sus similares estadounidenses estacionados en Cuba.
Ahora fuentes del ministerio de Exteriores de la isla aseguraron a la agencia Efe que tras el inminente regreso de los 15 diplomáticos, quedarán en Washington solo ocho funcionarios cubanos, de 23 que trabajaban originalmente en la sede cubana, reabierta hace poco más de dos años.
A los cubanoamericanos, el segundo mayor grupo de visitantes a Cuba después de los turistas canadienses, con 329,496 en 2016, el gobierno de la isla les exige para viajar a su país de origen, aun si son ciudadanos naturalizados de EE.UU., un pasaporte cubano vigente y “habilitado” con una visa, trámites costosos que son gestionados por el consulado cubano en Washington y que aun antes de la inminente salida de unos 2/3 del personal de la Embajada de Cuba solían tardar meses.
Según el artículo 320 de la Constitución de Cuba, no se reconoce la doble ciudadanía y la ciudadanía cubana se pierde si un cubano adquiere la de un país extranjero.
Si alguien está en ese caso y gestiona ante las autoridades cubanas la renuncia a su ciudadanía, estas estarían obligadas a formalizarla, pero en la práctica a los efectos de visitar su país lo siguen considerando cubano por el lugar de nacimiento y sólo puede entrar a la isla con un pasaporte cubano.
Los trámites son especialmente caros en la sección consular cubana en Estados Unidos, donde vive la mayor comunidad cubana en el exterior: $350 por sacar el pasaporte cubano o renovarlo ($200 en otros países) y $160 por prorrogarlo ($100) más gastos de envío y manejo.
Para mayor contradicción, a los cubanos se les exige pagar por un permiso de entrada a su país que con pasaporte cubano cuesta actualmente $40.
En reiteradas ocasiones grupos del exilio han denunciado el requisito de visa que les impone La Habana para viajar a su propio país por barco o por avión.
Actividad consular interrumpida
En el pasado la Embajada de Cuba en Washington ha reconocido problemas para cumplir a tiempo sus trámites consulares debido a la carencia de empleados y al período de vacaciones del personal de la embajada.
Así en junio de 2016 anunciaron que no podían procesar más pasaportes de ciudadanos cubanos hasta septiembre, ni tramitar renovaciones a quienes estuvieran dentro de los dos años de su salida de Cuba.
Otros pausas en el procesamiento de documentos ocurrieron en el 2014, a causa de la ausencia de un banco para encargarse de las transacciones de Cuba.
Impacto económico
Una desaceleración en el flujo de cubanoamericanos visitando la isla reduciría asimismo la corriente de dólares que portan estos viajeros para compartir con sus familiares en la isla y ayudarlos económicamente.
Datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI) consignados en un estudio de The Havana Consulting Group (THCG) indican que el turismo interno cubano ha experimentado en los últimos nueve años un crecimiento “meteórico”, con 991.122 nacionales hospedados en hoteles de la isla en 2016, un récord histórico que solo sería inferior, por la procedencia de los vacacionistas, al millón 198,917 canadienses que visitaron la isla el año pasado.
El presidente de THCG, Emilio Morales, estimaba que sobre el boom del turismo interno gravitan dos factores principales: el aumento de los viajes de los cubano-estadounidenses a la isla caribeña, y el crecimiento del sector privado doméstico
El turismo es el único sector de la economía cubana que ha continuado creciendo en medio de una complicada situación caracterizada por la reducción del subsidio venezolano y de las importaciones, insuficiente inversión extranjera, estancamiento de las reformas y los recientes estragos del huracán Irma, que también afectó sensiblemente a la industria turística.
[Con información de EFE,ONEI y THCG]