El índice de violencia social en Cuba ha alcanzado niveles preocupantes, ante la casi nulidad de programas gubernamentales de prevención y el pobre accionar de la policía, opinaron cubanos desde la isla entrevistados por Radio Martí.
Este fenómeno es multifactorial; en él inciden el agravamiento de la crisis económica, social y cultural, demás de la falta de recursos y capacitación de las autoridades policiales, y no hay programas de interacción con las instituciones políticas, educativas y culturales con el propósito de crear un sistema preventivo. Se necesita también hacer un trabajo social profundo para lograr disminuir los índices de violencia, dijeron los entrevistados.
“El gobierno cubano también promueve desde el diseño de sus políticas la violencia social. Recordar que desde los años 60 estamos escuchando campañas, constantemente, que van a promover la violencia, y esto, sencillamente, ahora ya llega a un punto neurálgico, donde choca con todos los estamentos sociales”, señaló el sociólogo Ángel Marcelo Rodríguez Pita.
En el poblado de Aguada de Pasajeros, en la provincia de Cienfuegos, el pasado 2 de abril fue asesinada por su pareja la joven de 22 años, y madre de dos niños, Rosa Amelia Sotolongo.
Juan Alberto de la Nuez, desde el poblado de Aguada, recuerda que en Cuba no hay una ley que sancione la violencia de género.
“En el caso de Rosa Amelia Sotolongo, en varias ocasiones ella denunció la violencia doméstica del esposo, y solamente se le hacían cartas de advertencia, y se le soltaba, y no se aplicó la ley, y los crímenes siguen en aumento”, destacó el activista.
Es tal el nivel de violencia, robos y asaltos que en la provincia de Villa Clara los agricultores se están organizando de forma independiente para proteger sus propiedades, ante el incremento del vandalismo en el campo.
Guillermo del Sol, periodista independiente desde la ciudad de Santa Clara, calificó de pésimo el desempeño de la policía.
“En los dos primeros meses del presente año, el número de feminicidios supera a los que hubo en el 2015 en el año completo. El robo con violencia es algo que ha tomado niveles increíbles”, aseguró el comunicador.
En el poblado de San Andrés, cerca de la cabecera provincial, en Holguín, existe una pista de baile llamada Arco Iris, donde semanalmente ocurren agresiones físicas entre los participantes, y nada hacen las autoridades policiales, denunció desde allí Dámaso Alberto Fernández.
El poblador explicó que la miseria existente en Cuba es uno de los elementos que provoca un incremento de la criminalidad.
“Las carencias, ya sea de alimentos, ya sea de medicamentos, ya sea de todo tipo, trae consigo todo ese tipo de violencia que está creciendo día a día en nuestro país”, señaló Fernández.
Otro de los factores que incrementan la agresividad social ciudadana es el alto consumo de alcohol en la isla, sobre todo entre los jóvenes, un fenómeno que cada vez crece más, sin que las autoridades hayan desplegado una campaña efectiva para frenarlo.
Leydis Tabares reside en la ciudad de Camagüey, donde ha sido testigo de las fallas de la policía para prevenir casos de feminicidio.
“Yo tuve la experiencia de, estando allí, en la unidad policial que está en la calle Avellaneda, de una muchacha que salió llorando. Era la segunda vez que iba a tratar de acusar y no quisieron cogerle la denuncia. Aquí hay una violencia extrema, las personas se están refugiando en el alcoholismo”, detalló Tabares.
Este jueves, la plataforma independiente, YoSíTeCreo en Cuba (YSTC), confirmó el doble feminicidio de Caridad Medina Segreo y de su madre, Adalis Segreo, a manos de la expareja de Caridad, quien luego se suicidó. Este doble asesinato ocurrido en localidad El Pesquero, en Cacocún, provincia de Holguín, eleva ya a 22 la cifra de feminicidios en el país durante el primer trimestre del año.
También en Holguín, el médico Ramón Zamora destacó la presencia de pandillas integradas, en muchos casos, por adolescentes, quienes se dedican al vandalismo.
“La presión económica hace que, en vez de predominar el amor, pues que lo haga entonces la violencia, justamente por el desespero tan grande que se vive dentro del país. El trabajo policial no funciona debidamente, para un poco frenar la situación tan lamentable que hoy se está viviendo en cuanto a violencia y robos”, opinó Zamora.
Desde Mayarí, en esa provincia oriental, Teresa Miranda Céspedes recordó que el deterioro social en Cuba y la violencia no se pueden desmarcar del gobierno.
“Desde que Fidel Castro llegó al poder, le inculcaba a la población que la patria estaba primero que la familia. Acabó moralmente con el pueblo cubano”, apuntó Céspedes.
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