El ex General de Brigada cubano exiliado en Florida, Rafael Del Pino, llamó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) a rebelarse contra la posible injerencia de Vladimir Putin en Cuba y advirtió sobre los peligros que traería para el mundo una nueva Crisis de los Misiles.
En el último informe publicado por el laboratorio de ideas Cuba Siglo 21, Del Pino afirma que “las FAR tienen la misión de proteger a los cubanos, no al Kremlin”.
“Desde el momento en que nuestros oficiales patriotas conozcan que los oligarcas de GAESA quieren ofrecer facilidades logísticas ofensivas a Putin para apoyar desde el hemisferio occidental su invasión imperialista a Ucrania, deben proceder a rebelarse y detenerlos por traición a la Patria”, exhortó.
El exmilitar cubano resaltó que las visitas del Secretario del Consejo de Seguridad ruso Nikolai Patrushev a Cuba y Venezuela tienen el propósito de sondear la posibilidad de crear un teatro de operaciones navales del Kremlin en el hemisferio occidental.
De acuerdo al documento, la maniobra de Putin tendría el objetivo de hacer creíble su disposición al uso de armas nucleares, si el continuo apoyo occidental a Ucrania pone sus tropas al borde del colapso.
En febrero de 2022, el mandatario ruso anunció la suspensión del último acuerdo para el control de las armas nucleares con Estados Unidos.
El texto examina que hay una concatenación entre lo sucedido durante la Crisis de los Misiles en 1962 y el contexto actual: la idea de cambiar de un solo golpe el equilibrio mundial de fuerzas militares, que fue lo que alentó a Nikita Jrushov a emplazar misiles de alcance medio en Cuba.
En este sentido, el ex General, consideró que Rusia no seguiría, esta vez, el patrón de la Crisis de octubre de 1962, porque usaría, de manera rotativa, las facilidades logísticas de la marina de guerra cubana.
“De ese modo Cuba albergaría, de forma sucesiva cuasi permanente, a naves rusas de superficie y submarinos equipados con misiles nucleares”, dijo.
“El hecho de que el ministro de Relaciones Exteriores iraní haya visitado la región poco antes que Patrushev y que días después se estacionasen dos buques de guerra de ese país frente a las costas de Río (con la obvia tolerancia del presidente Lula) parece una estrategia coordinada para calibrar la reacción de EEUU antes que el Kremlin decida enviar una representación de la flota rusa al Caribe”, añadió Del Pino.
El ex alto oficial cubano se refirió, además, a que los "visitantes rusos reunidos en el MININT (Ministerio del Interior) con los represores cubanos" brindaron su colaboración “para neutralizar las llamadas “revoluciones de colores” y las “actividades destructivas”.
Patrushev se reunió con el general Lázaro Alberto Álvarez Casas, titular del Ministerio del Interior cubano, para dialogar en torno a "la cooperación en el ámbito de seguridad y las amenazas procedentes de Occidente".
“El hecho de que esa conversación haya tenido lugar y de que esa ayuda haya sido ofrecida refleja la preocupación de los militares cubanos y rusos de que no todo está bajo control”, afirmó el autor del dossier.
“La justificación empleada por Nikita Khrushchev y Fidel Castro para instalar cohetes nucleares en Cuba en 1962 era la de proteger a Cuba de una inminente invasión imperialista de su vecino estadounidense”.
En 2023, “Cuba ya no es un país revolucionario y Rusia no es comunista. Ambos son Estados mafiosos y desarrollan una política exterior injerencista e imperialista. No hay consenso en la nación para enredarse en el siglo XXI en esta lógica sumisa y aventurera”, concluyó Del Pino.
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