Cerca de 100 menores de edad fueron arrestados durante las protestas de esta semana en Hong Kong, realizadas en rechazo a dos nuevas y polémicas leyes relativas a la soberanía del territorio frente a China.
Según cifras de la policía, casi la mitad de las 396 personas detenidas el miércoles y el jueves son estudiantes, pertenecientes a 60 escuelas secundarias o institutos terciarios, lo que incluye a menores de edad.
Los reportes oficiales indican que el más joven de los detenidos por protestar tiene 12 años de edad, mientras que el detenido de mayor edad es de 70. A su vez, fueron arrestados 234 hombres y 162 mujeres.
El jueves, el Parlamento chino adoptó la polémica ley sobre la seguridad nacional en Hong Kong, como respuesta a las grandes manifestaciones prodemocracia del año pasado en la ex colonia británica, a pesar de las amenazas de sanciones de Estados Unidos.
Como se esperaba, los casi 3.000 diputados de la Asamblea Nacional Popular (ANP) china adoptaron por unanimidad esta medida que ha reactivado las protestas en Hong Kong y llevó a Estados Unidos y Gran Bretaña a convocar una reunión informal del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas este viernes para analizar la situación.
Casi 200 personas fueron detenidas el domingo 24 de mayo y más de 300 el miércoles pasado, sumando en total casi 9.000 manifestantes arrestados en un año.
Unos 1.600 ya fueron enviados a juicio, 595 de ellos por “disturbios”, un delito que puede ser condenado con 10 años de cárcel.
Frente a tantos detenidos, está cerca del colapso el sistema judicial, con decenas de acusados en las salas de los juzgados y demoras interminables. Un año después del inicio de la crisis política, los tribunales de Hong Kong están desbordados por los contenciosos.
En Hong Kong se produjo, de junio a diciembre de 2019, una movilización sin precedentes contra la tutela de la República Popular China. Las protestas cesaron durante varios meses debido a las medidas de distancia social para contener el nuevo coronavirus.
Pero este paréntesis no ha bastado para que la justicia pueda tratar los miles de casos que se acumulan desde hace un año. Esta saturación podría agravarse si las protestas se reanudan.
En tanto, la declaración de Estados Unidos esta semana sobre la pérdida de autonomía de Hong Kong de China ha sido un momento histórico con potenciales consecuencias para esta plaza financiera, aunque mucho depende del presidente Donald Trump. La revocación del estatus oficial podría cambiar radicalmente la situación de la excolonia británica que ha servido durante décadas como la puerta de entrada de China a la economía mundial.
El viernes, el presidente Trump prometió despojar a la ciudad de algunos privilegios comerciales, asegurando que el plan de Pekín de imponer una ley de seguridad en el territorio semiautónomo es una “tragedia”. Por su parte, representantes del gobierno de Hong Kong (designados por Pekín), criticaron este sábado la decisión del presidente Trump de retirar el estatus especial que otorgaba al territorio, como castigo a China por imponer la nueva ley de Seguridad Nacional.
El gobierno en Pekín ya había advertido previamente a Washington que adoptaría represalias si finalmente la Casa Blanca optaba por ese tipo de medidas. El ejecutivo hongkonés pro China indicó que pese a las amenazas de Washington, seguirá adelante con el desarrollo de la ley de Seguridad Nacional.