Varios miles de opositores marcharon el sábado en la capital venezolana en protesta contra el gobierno y el Tribunal Supremo de Justicia en medio de las tensiones generadas por la inhabilitación política de Henrique Capriles, uno de los líderes de la coalición opositora.
Entre banderas venezolanas y carteles que decían "no más dictadura", miles de manifestantes tomaron una de las principales avenidas del este de la capital como parte de las protestas que desde hace más de una semana viene impulsado la oposición en todo el país para presionar por la realización de elecciones y la destitución de los siete magistrados de la corte que emitieron dos sentencias contra la Asamblea Nacional.
Luego de finalizada una concentración, los miles de manifestantes decidieron marchar hacia la Defensoría del Pueblo, en el centro de la ciudad.
Las movilizaciones opositoras han terminado en enfrentamientos entre manifestantes y los cuerpos de seguridad que han dejado un muerto, decenas de heridos y medio centenar de detenidos.
La policía judicial difundió en una de sus cuentas de Twitter unos mensajes, con fotografías de ocho supuestos manifestantes, en los que pide a la población aportar información sobre esas personas a las que llama "generadores de violencia". Los mensajes, sin precedentes en el país, fueron rechazados por activistas de derechos humanos que advirtieron que esa acción "incita al odio" y "juzga anticipadamente a ciudadanos".
Las tensiones se intensificaron la víspera luego de la decisión que tomó la Contraloría General, que está vinculada al gobierno, que inhabilitó al dirigente opositor y excandidato presidencial Capriles para participar en eventos electorales por 15 años por supuestas irregularidades administrativas en la gobernación del estado Miranda, que dirige en la actualidad.
La decisión representa un duro golpe para la oposición que en los últimos dos años ha perdido a dos de sus principales líderes, Leopoldo López, quien fue condenado en el 2015 a casi 14 años de cárcel, y ahora a Capriles.
Al rechazar la sanción, Capriles afirmó que su inhabilitación forma parte del "autogolpe" que asegura que dio Maduro la semana pasada luego de las dos sentencias que emitió el máximo tribunal en las que asumió las competencias legislativas del Congreso y limitó la inmunidad de los diputados.
"¡El que ríe de último, ríe mejor! Nos veremos en las calles de Venezuela Nicolás Maduro. Prepárate", dijo el dirigente opositor en su cuenta de Twitter tras anunciar que en los próximos días iniciaría una campaña nacional a favor de las elecciones y contra el gobierno.
Aunque el Tribunal Supremo, que es señalado de estar controlado contra el gobierno, revirtió los dictámenes contra la Asamblea Nacional, los cuestionamientos internacionales y las protestas contra el máximo tribunal han continuado.
La mayoría opositora del Congreso activó a mediados de la semana un proceso de destitución de los siete magistrados de la Sala Constitucional que emitieron las dos sentencias contra el Legislativo, pero el Poder Ciudadano, que integran la Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo, descartaron la posibilidad de procesar a los miembros de la corte.
Las tensiones políticas se dan en medio de una crisis económica dominada por una desbordada inflación de tres dígitos; severos problemas de escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos, y una recesión económica.
Un perfil de Capriles
El gobernador Henrique Capriles, a quien las autoridades venezolanas sacaron de carrera para las presidenciales de 2018, es un obstinado dirigente que desafió a Hugo Chávez cuando lucía invencible y ahora reta a su heredero Nicolás Maduro.
Capriles, abogado de 44 años y una de las figuras más reconocidas y populares de la oposición, ha desarrollado su carrera política durante la era chavista, en la que asegura que Venezuela cayó en la peor crisis de su historia.
Soltero y nieto de judíos polacos sobrevivientes del Holocausto, rozó en 2013 la presidencia, resquebrajando por primera vez la maquinaria electoral del chavismo, que finalmente se quebró con la arrasadora victoria de la coalición opositora en las parlamentarias de 2015.
Por años considerado el líder del ala moderada de la oposición, ha venido endureciendo su discurso ante críticas por no apoyar abiertamente las protestas de 2014 que convocó el encarcelado Leopoldo López para presionar la renuncia de Maduro, en las que murieron 43 personas.
"Impulsó una estrategia de acumulación de fuerza para crear una mayoría electoral que a la larga tuvo éxito, frente a la tesis de que había que generar una crisis para evitar la consolidación de Maduro", señaló a la AFP la psicóloga social Colette Capriles, que no es familiar del dirigente.
Su endurecimiento quedó patente el viernes al rechazar la decisión de la Contraloría, que le prohíbe ejercer cargos públicos durante 15 años: "El único inhabilitado en este país es Nicolás Maduro. Métanse su inhabilitación por donde no les da el sol".
La sanción, que será apelada, tiene que ver con supuestas irregularidades administrativas durante su gestión entre 2011 y 2013 como gobernador de Miranda, cargo al que llegó en 2008.
Capriles popularizó dos símbolos de la oposición: el tricolor venezolano en la gorra que lleva a todas partes y el término "enchufado" para referirse a quienes se benefician del despilfarro y la corrupción que, según él, carcome al gobierno.
De cara a las presidenciales de 2018, ya había sido postulado como candidato para las primarias de la oposición por Primero Justicia, partido en el que comenzó a construir su liderazgo junto con López, quien luego fundó su propio movimiento.
"Maduro tiene miedo a que yo sea su nuevo comandante en jefe, pero no se preocupen, más temprano que tarde habrá un nuevo comandante en jefe", desafío Capriles, al asegurar que militares rechazaron su sanción.
Su imagen se vio golpeada al fracasar una iniciativa para convocar un referendo revocatorio contra Maduro en 2016, en la que se enfrascó mientras el resto de la dirigencia ensayaba otras fórmulas para sacar al mandatario del poder.
Pese a ello, él y López son los líderes de mayor aceptación, según una reciente encuesta de Venebarómetro, que le da una imagen positiva de 50,3%, por debajo de López (53%) y lejos de Maduro (28)%.
En 2013 perdió la presidencia frente a Maduro por apenas 1,5% puntos de diferencia (235.000 votos).
Definido por una colaboradora como un hombre "incansable", cuyas principales motivaciones son el trabajo y el deporte, se considera de centroizquierda, aunque el chavismo se empeña en ubicarlo en la derecha.
De hecho, Maduro lo descalifica por pertenecer a una familia rica: "burguesito mantenido" y "señorito" son algunos de los epítetos, a los que suma insultos como "vago" y más recientemente "Capriloca".
A esto, el opositor le responde con acusaciones como "ilegítimo", por un supuesto fraude que según él lo llevo al palacio de Miraflores.
En su primera campaña presidencial, en 2012, perdió frente a Chávez, pero logró el mejor resultado para un rival del poderoso exmilitar en la polarizada Venezuela: 44% de los votos frente a 55%.
Devoto de la Virgen del Valle, fue elegido parlamentario por primera vez a los 26 años y se convirtió en el presidente más joven de la Cámara de Diputados del extinto Congreso (hoy Asamblea Nacional), en 1998.
En 2000 ganó las elecciones a la alcaldía del acomodado distrito caraqueño de Baruta.
Durante el golpe de Estado que depuso brevemente a Chávez en abril de 2002, ingresó a la embajada de Cuba, según él para mediar con manifestantes opositores, pero el chavismo lo acusó de asalto.
Por ello estuvo preso cuatro meses en 2004, aunque luego fue absuelto y retomó sus banderas.
Muy activo en redes sociales, tiene 6,5 millones de seguidores en Twitter y transmite todas sus intervenciones por Periscope, incluido un programa semanal.
[con información de AP, AFP y redes sociales]