Las restricciones de viajes en Cuba y la orientación de permanecer dentro de sus casas ha obligado a la población a comunicarse a través de las líneas telefónicas y las redes sociales, pero esas opciones no son posibles para todos, según testimonio de residentes en municipios de Camagüey y Las Tunas.
Ricardo Fernández, periodista y defensor de la libertad religiosa residente en la ciudad de Camagüey, dijo a Radio Televisión Martí que en la vecina provincia de Las Tunas los pastores evangélicos Sergio Gutiérrez, del poblado de Baltre, y el pastor Daniel Josué, de Chaparra, no pueden acceder a Internet desde sus teléfonos y tampoco tienen cobertura telefónica.
En la localidad de Haití (conocida por Macareño), al sur de la provincia de Camagüey, el pastor Ismael Riverón tampoco puede acceder a las redes sociales, aseguró.
Para comunicarse vía WhatsApp hay días que está "mejorcita" pero en otros es imposible. Con Facebook desde allí no hay posibilidad, y tiene que trasladarse al municipio de Santa Cruz del Sur, a más de veinte kilómetros de su casa, dijo Riverón.
Los contratiempos para conectarse se acentúan en una etapa en que la familia necesita comunicarse con sus allegados, y también cuando ocurren atropellos que debemos denunciar, recalcó Fernández, que como defensor de la libertad religiosa ha tenido que servir "de puente" para divulgar el acontecer de esas "regiones de silencio".
Yilber Durand es pastor en el municipio de Nuevitas. A mediados de abril fue reprimido y amenazado por las autoridades locales. Para denunciar lo ocurrido tuvo que esperar a las horas de la madrugada, que es "cuando mejor está la conexión", para enviarle a Fernández fotos del incidente y formular la denuncia en organismos internacionales.
Durand dice que antes se podía conectar mejor por el día desde Nuevitas, pero a raíz del aislamiento social hay más personas accediendo a la red al mismo tiempo, y es imposible la conexión en horario diurno.
Tengo que esperar a la madrugada para que "entre" internet al móvil y compartir algo o acceder a información, apuntó.
El pastor, agregó que en su caso lo puede hacer, aunque sea de madrugada, porque su teléfono funciona en la red 3G, sin embargo, los que tienen 2G nunca logran conectarse a Internet desde Nuevitas y otras zonas de la provincia.
Decenas de cubanos han publicado imágenes y videos de sucesos ocurridos en sus localidades durante estas semanas de cuarentena, y han logrado denunciar los atropellos de las autoridades contra la población, sin embargo, para los residentes en las "zonas de silencio y de baja conectividad eso no es posible", lamentó Fernández.
A inicios de la pandemia y ante la inminente restricción de movimiento en el territorio nacional, activistas de todo el país libraron campañas en las redes sociales pidiendo a ETECSA bajar los precios de Internet para que los cubanos pudieran comunicarse y estar informados.
Según cibernautas cubanos, en todo el país las conexiones tienen horario pico, apagones, o picos de bajas trasferencias de datos, desde las 7 de la tarde hasta las 11 de la noche aproximadamente.
En esos horarios el ancho de banda en los parques wifi disminuye considerablemente y la congestión en la red 3G de internet convierte en un gran problema la navegación.
Esa inestabilidad, y lentitud, encarecen aún más el costo de la conexión.
Tanto Durand como Fernández creen que la estatal ETECSA debe buscar vías para mejorar la telefonía celular en todo el país, y ampliar el ancho de banda para que la población pueda comunicarse y estar informada.