María Isabel Breto Fleitas es la madre de Marco Antonio Alfonso Breto, uno de los jóvenes detenidos por manifestarse pacíficamente durante el levantamiento popular del 11 de julio de 2021 en el barrio habanero conocido como La Güinera, quizá la zona más castigada por las fuerzas represivas del régimen durante las protestas.
En un video publicado por el portal digital CubaNet, María Isabel Breto habla entre lágrimas de su experiencia como madre de un muchacho de 19 años, y sin antecedentes penales, a quien el sistema judicial cubano acusa de sedición y le pide 15 años de privación de libertad sólo por “haber caminado”.
“Cuando su papá y yo estábamos ahí, en el DTI (Departamento Técnico de Investigaciones) del Capri, que se lo llevaron, para mí fue el día más difícil del mundo. ¡Yo no sabía ni lo que había sucedido con mi hijo! No sé, no sé qué es lo que pasó en su mente pequeña”, dice.
Fue después, cuando pudo hablar con su hijo, que María Isabel supo que “él simplemente se manifestó, caminó, y él lo dice: ‘Yo caminé porque vi a los demás caminar’. Me imagino que en su mente pequeña no sé lo que habrá pasado en ese momento porque, de hecho, él no tiró ni piedras, ni botellas”.
“El día del juicio, ver a mi hijo como hablaba, esas ropas, esas esposas, son difíciles, son difíciles”, repite la mujer, mientras se pasa la yema de los dedos por el borde de los ojos para atajar las lágrimas, y cuenta cómo realizó una reclamación en el expediente de su hijo en la fiscalía, y que allí le aconsejaron no preocuparse porque “a la larga o a la corta, a esos niños los iban a soltar”, y cómo lo acusaron de sedición tras las tensiones provocadas por el llamamiento a la Marcha Cívica por el Cambio para el 15 de noviembre de 2021, convocada por la plataforma Archipiélago.
“Él debe estar pasando eso como un pájaro cuando lo metes en una jaula y le cortas las alas. Me imagino que así se debe estar sintiendo Marco”, explica la madre del prisionero político, refiriéndose a que su hijo “no puede estar sin hacer nada, y si se acuesta, es porque está enfermo”.
María Isabel define a su hijo como “un muchacho agradable, es buena persona, es trabajador. Marco Antonio nunca ha tenido ni una multa, un niño de 19 años, criado en La Güinera, para que no tenga ni una multa... es algo que decir”.
“Madre al fin, a mi hijo me le piden 15 años, si me lo mandan para un campamento, soy la mujer más feliz del mundo, pero no me conformo: mi hijo no mató, no robó, no violó a nadie; no tiene por qué estar preso. No rompió una tienda en MLC, no viró patrullas…”.
“No me conformo con lo que está pasando”, concluyó la mujer, cuya historia de impotencia y desconsuelo no difiere en mucho de las contadas por las madres de los cincuenta y cinco menores que el régimen reconoce mantener tras las rejas sólo por eso, por “haber caminado”.